Moscú/Londres/Belgrado
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En Inglaterra poco importó que el ministro de Exteriores, Boris Johnson, haya dado un paso al costado y sumido el gobierno de la primera ministra, Teresa May, en una crisis. Los «three lions» se miden mañana ante Croacia en la semifinal del Mundial y ese parece ser el único asunto verdaderamente nacional hoy.

«¿No sabes que hay un maldito partido?», preguntó «The Sun» en su portada con una imagen de Boris Johnson llevando la camiseta inglesa, haciendo pública la dificultad de elegir entre uno u otro tema, pero al final inclinándose por el juego.

«Los muchachos de 1966 siguen siendo reverenciados hoy», expresó el técnico de Inglaterra, Gareth Southgate, en relación a los que consiguieron el único Mundial hasta ahora de Inglaterra. «Pero hoy, en los tiempos modernos, sería una locura», agregó.

El posible penúltimo gran capítulo de la aventura inglesa en Rusia tiene al país paralizado. La demanda de boletos para la transmisión pública de la semifinal en el Hyde Park excedió la cantidad, ya significativa, de 30.000 entradas, finalmente sorteadas, con un fallo de los servidores incluido. Pareció hasta casi más fácil conseguir un ticket al Mundial.

«La fiebre del Mundial ha atrapado a Londres y a toda la nación», dijo Sadiq Khan, el alcalde de la capital británica. La emoción atrapó también a las personalidades del país, como al príncipe Guillermo. «Querían escribir historia y están haciendo exactamente eso», tuiteó el heredero al trono.

La estrella pop Robbie Williams, a su vez, escribió: «Football’s coming home» (el fútbol vuelve a casa), el pegadizo y viejo eslogan que tomó vigencia con la actuación inglesa en Rusia y fue originalmente un coro de la canción Three Lions, publicada para la Eurocopa que Inglaterra recibió en 1996.

Un fanático se tatuó a Harry Maguire en su pierna. Maguire le prometió una camiseta. Para Southgate, en tanto, los fanáticos han reescrito una canción, que actualmente se escucha no solo en Inglaterra, sino también en Rusia.

En su versión de «Whole Again», el grupo de chicas «Atomic Kitten» confiesa su afecto al entrenador de éxito: «Southgate, eres el único».

La fiebre en Croacia llega a las mismas proporciones. La vida normal se detendrá mañana en el país balcánico, que tiene cuatro millones de habitantes. Los teatros cancelaron sus funciones, los supermercados cerrarán poco antes del comienzo del juego.

Además, las camisetas de la selección se han prácticamente agotado en todo el país durante dos semanas. Hay fotos de niños y hasta de perros con la camiseta croata. Una pareja de novios incluso se puso la casaca sobre el vestido y el traje.

«Croacia registra una completa histeria por el fútbol», escribió el portal «Index». La presidenta Kolinda Grabar-Kitarovic, que celebró la victoria en cuartos ante Rusia con el plantel, estará por tercera vez en el estadio, en esta ocasión acompañado por Andrej Plenkovic, el primer ministro.

En medio de la emoción colectiva de sus países, los jugadores tendrán que concentrarse. Aunque podrían escribir una página histórica y ya llegaron lejos, todavía no ganaron nada. Una derrota el miércoles sería recordada siempre como una oportunidad perdida.

Los ingleses intentan quitarse presión. «Se siente como unas grandes vacaciones», expresó el veterano Ashley Young, que el lunes cumplió 33 años. «No hay segundo aburrido, disfrutamos cada momento», añadió.

En Croacia, en tanto, la selección provoca preguntas sobre el país. «¿Por qué los jugadores croatas son más exitosos que Croacia?», preguntó el periodista Goran Vojkovic.

El diario «Jutarnji list», por su parte, se alegra de que el fútbol croata vuelva a dar noticias tras el escándalo de corrupción de Zdravko Mamic, ex presidente del Dinamo Zagreb, condenado por malversación de fondos.

«El fútbol croata tiene la oportunidad de poner fin al desagradable pasado y abrir una nueva página en la historia», escribió el diario.

Una historia deportiva está por escribirse. El resultado, sin embargo, dejará huellas mucho más allá del fútbol.

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