Melbourne
DPA

El sueño del tenis australiano de ver un campeón en casa deberá esperar al menos un año más, después de que la esperanza local, Nick Kyrgios, quedara eliminado ayer en los octavos de final a manos del búlgaro Grigor Dimitrov, en una jornada en la que Rafael Nadal sobrevivió a su primera gran batalla en el torneo.

Dimitrov se impuso por 7-6 (7-3), 7-6 (7-4), 4-6 y 7-6 (7-4) en tres horas y 26 minutos de otro electrizante encuentro en la Rod Laver Arena y se enfrentará en cuartos de final al británico Kyle Edmund, que derrotó al italiano Andreas Seppi por 6-7 (4-7), 7-5, 6-2 y 6-3.

El otro cruce de cuartos en el sector superior del cuadro es el que medirá a Nadal con el croata Marin Cilic. El número uno del mundo derrotó al argentino Diego Schwartzman por 6-3, 6-7 (4-7), 6-3 y 6-3 y Cilic batió al español Pablo Carreño por 6-7 (2-7), 6-3, 7-6 (7-0) y 7-6 (7-3).

El tenis australiano no celebra un título local en el singles masculino desde 1976, cuando Mark Edmondson se alzó con el trofeo. Ninguno de los otros tres torneos de Grand Slam sufre una sequía tan larga: Yannick Noah ganó Roland Garros en 1983, Andy Roddick el Abierto de Estados Unidos en 2003, y Andy Murray acabó con la maldición de Wimbledon en 2016. Y con la eliminación de Kyrgios ya no quedan australianos ni en el singles masculino ni en el femenino.

Dimitrov, campeón el año pasado del Masters de Londres, sigue por su parte superando batallas en busca de su segunda semifinal consecutiva en Melbourne.

«¿Qué puedo decir? Jugar contra Nick siempre es difícil. Está sacando increíble y jugando increíble. Estoy contento de haber pasado este partido», dijo el jugador entrenado por el venezolano Daniel Vallverdú.

El número tres del mundo, que tuvo que sobrevivir a 36 aces de Kyrgios, tuvo la posibilidad de cerrar el partido con su servicio cuando sacó 5-3 en el cuarto set. Sin embargo, el australiano no se dio por vencido y recuperó el quiebre para forzar el tie break.

«Era uno de esos partidos en los que tienes que estar centrado y aprovechar las oportunidades que tienes», analizó el búlgaro. «Incluso cuando estaba sirviendo para el partido, no sentía que hubiera terminado. Por eso, estoy contento de haber podido superarlo», explicó.

En tanto, Nadal, posible rival del búlgaro en semifinales, afrontó ante Schwartzman su prueba más exigente del torneo y la sorteó con éxito después de tres horas y 51 minutos de notable nivel, que hizo vibrar a la Rod Laver Arena.

Con la victoria y el acceso a los cuartos de final por décima vez en su carrera en Melbourne, Nadal se asegura mantener el primer puesto del ranking por delante de Roger Federer suceda lo que suceda en el resto del certamen.

Schwartzman, número 26 del ranking, llevó al límite a Nadal durante varios pasajes, pero para vencer al español muchas veces no alcanza ni siquiera con un juego brillante. Sobre todo si no se capitalizan las oportunidades generadas (apenas tres de 18 en quiebres).

«Es el primer gran partido que juego en 2018», señaló el número uno tras el encuentro. «Un partido como éste ayuda. Es confianza para mí, es saber que puedo resistir unas cuatro horas jugando con esta intensidad. Ya estoy en cuartos de final y estoy muy feliz».

El finalista del 2017 buscará un lugar en las semifinales ante el croata Marin Cilic, que impidió un duelo español en cuartos al derrotar a Carreño por 6-7 (2-7), 6-3, 7-6 (7-0) y 7-6 (7-3) en el estadio Margaret Court.

«Será un partido duro. No puedes esperar otra cosa en unos cuartos de Grand Slam. Nos conocemos ya con Marin, hemos jugado algunas veces. Voy a tener que jugar mi mejor tenis», analizó Nadal, que le ganó cinco de seis enfrentamientos al croata.

Sexto favorito en Melbourne, Cilic se recuperó de un primer set adverso ante Carreño para imponerse en casi tres horas y media de alto nivel.

El español tuvo una buena posibilidad de colocarse dos sets a uno, ya que llegó a servir 6-5 y 30-15 en el tercer capítulo. Pero el campeón del US Open 2014 impuso su potencia (20 aces y 73 tiros ganadores) y mayores pergaminos en canchas duras.

«Ha sido un partido increíble, con muchas idas y vueltas», analizó Cilic su victoria. «Pablo me causó muchos problemas. Ha sido duro mental y físicamente. Estaba húmedo el día y hubo rallys muy largos, así que estoy contento de haberme llevado este partido», señaló el croata.

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