Nueva York
DPA

La estadounidense Sloane Stephens logró su primer título de Grand Slam al consagrarse hoy campeona del Abierto de tenis de Estados Unidos, tras arrollar en la final a su compatriota Madison Keys por 6-3 y 6-0.

Apenas una hora y un minuto le demandó a la número 83 del ranking vencer a su amiga Keys y celebrar el primer título grande de su carrera y el quinto de su trayectoria en general.

El duelo se planteó entre el juego ofensivo de Keys y la capacidad de defensa de Stephens, que se sintió cómoda esperando el error rival.

Con las estrategias claras, la diferencia iba a estar en la ejecución. Y allí la que sacó ventajas fue Stephens, que jugó con mucho margen para no cometer fallos y esperó las equivocaciones de su adversaria.

Con esa táctica quebró el saque de Keys en el quinto juego y se encaminó a quedarse con el primer set.

Keys, que arrastraba una molestia en el aductor derecho, buscó acortar los puntos para no llegar a un partido largo, pero padeció una mala tarde con su derecha, con la que no paraba de equivocarse.

Por el contrario, Stephens mostraba paciencia para aguardar el mejor momento para atacar o para esperar que Keys se desesperara para buscar «winners» desde posiciones imposibles. Los seis errores que acumuló Stephens en todo el partido contrastaron contra los 30 que sumó Keys.

Así la nueva campeona se llevó el set y se encontró con rápidas ventajas en el segundo parcial. Además, mostró mucha sangre fría para levantar un 0-40 cuando Keys amagó una reacción. Y también para cerrar el partido en su tercer match point.

Para Stephens, la victoria es cumplir un sueño, teniendo en cuenta que hace menos de cinco meses no podía caminar por una operación de tobillo que le demandó en total once meses de recuperación y que la llevó al puesto 957 del ranking hace 30 días.

Tras regresar con una derrota en Wimbledon, las semifinales en Toronto y en Montreal le permitieron subir casi 900 puestos en el escalafón y auguraban que podía hacer un buen US Open, pero nada hacía suponer que hoy iba a celebrar el título.

Después de un sentido abrazo con Keys en el medio de la pista, Stephens subió por las escaleras del estadio para saludar a su equipo y abrazarse también con su madre Sybil. Así completó una consagración inolvidable.

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