SINGAPUR
AGENCIA/AP

La selección argentina no tuvo problema alguno para cosechar su segunda victoria desde que Jorge Sampaoli asumió como su técnico, y dejó claro que un abismo separa su calidad futbolística respecto de la que posee Singapur, al recetarle hoy un 6-0 a domicilio.

Consciente de la desigualdad futbolística, Sampaoli dio descanso a Lionel Messi y Gonzalo Higuaín. Aun así, la albiceleste tuvo la artillería suficiente para arrollar con tantos de Federico Fazio, Joaquín Correa, Alejandro Gómez, Leandro Paredes, Lucas Alario y Ángel di María.

“Lo que más rescato es que intentamos jugar un partido con una intensidad muy importante”, manifestó Sampaoli. “Eso es un buen comienzo. Más allá del rival, no sufrimos ningún contratiempo, estuvimos todo el tiempo en el campo rival”.

Así, se mantuvo la foja perfecta tras dos cotejos amistosos para Sampaoli, quien debutó formalmente en el banquillo argentino el viernes, con un triunfo por 1-0 sobre Brasil en Australia. El extécnico de la selección chilena y del Sevilla tomó el timón tras la salida de Edgardo Bauza, ante los tropiezos de Argentina en la eliminatoria sudamericana para el Mundial, donde se ubica quinta y condenada por ahora a disputar un repechaje contra una selección de Oceanía para conseguir el pasaje a Rusia 2018.

Fazio abrió el marcador a los 24 minutos, tras un saque de esquina que cobró “Papu” Gómez. Pese a que Singapur se defendió con nueve hombres durante buena parte del encuentro, el tanto evidenció las fallas del conjunto asiático en la marcación, una constante durante el duelo amistoso.

Seis minutos después, Correa aprovechó nuevas facilidades y acudió a la cita con un centro que le prodigó Paulo Dybala para hacer el 2-0.

Ya en el complemento, Gómez controló el balón afuera del área y definió con un potente zurdazo a los 60, tra un mal despeje de la zaga, que se equivocó nuevamente perdiendo la pelota ante Paredes para que definiera también de media distancia a los 73, en su debut con la selección.

Un regalo más llegó por parte de un defensa local, que no atinó a controlar con la cabeza un largo pase, dejando el esférico a Alario para que anotara a los 90.

En los descuentos, Di María se regodeó, recibiendo un pase a un par de pasos de la línea de gol. En vez de rematar con potencia, el extremo del París Saint Germain se dio la vuelta y empujó el balón a las mallas, de taco.

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