Por Noelia Román
Barcelona
agencia/dpa

Dice que los retos simples nunca se le dieron bien y «txingurri», su apodo en euskera, significa «hormiga». Ernesto Valverde, el nuevo entrenador del Barcelona, es un hombre que se crece ante las grandes empresas.

Las afrontará en el club catalán, que ayer anunció su fichaje para devolver a los azulgrana al camino del éxito y del juego que años atrás despertó la admiración del fútbol mundial.

Sustituirá al desgastado y exitoso Luis Enrique que, tras tres años al mando del Barcelona, se despidió del banco azulgrana con nueve títulos de 13 posibles y un conjunto en declive.

A Valverde, que será presentado el jueves, le tocará ahora revitalizarlo con los fichajes precisos y con armas futbolísticas que convenzan al argentino Lionel Messi y a sus compañeros para iniciar un nuevo ciclo.

Las expectativas son enormes y las incógnitas, no pocas. El técnico español, de 53 años, nunca entrenó a un grande en la Liga española de fútbol.

Sí lo hizo en Grecia, donde dirigió al Olympiacos en dos etapas y, entre otros títulos, conquistó tres Superligas griegas.

Su exitoso periplo en el fútbol heleno, su buena labor en el convulso Valencia (temporada 2012-13) y su gran tarea al frente del Athletic de Bilbao, en su segunda etapa, lo convirtieron en los últimos años en uno de los entrenadores españoles de mayor prestigio.

«Tiene capacidad, criterio, conocimiento, experiencia, es un amante del fútbol base, un estilo de trabajar propio de nuestro club, una gran capacidad de trabajo y es un apasionado de las nuevas tecnologías y de su aplicación a los partidos», destacó hoy Josep Maria Bartomeu, presidente del Barcelona, para justificar su fichaje.

«Hoy hablé con él y está muy feliz e ilusionado porque ser entrenador del Barça es un reto apasionante», añadió el mandatario azulgrana.

Un reto que, no obstante, Valverde había rechazado en ocasiones anteriores, cuando el Barcelona lo sondeó para hacerse cargo del banco del primer equipo.

«Ahora, llega en el momento adecuado», estimó hoy Bartomeu sobre uno de los pocos entrenadores que logró arrebatarle un título a Luis Enrique: la Supercopa española de 2015.

En los últimos cuatro años, en el Athletic, y con recursos limitados, Valverde ha tenido tiempo de curtirse en la Liga y en el fútbol internacional, aunque sea en la Liga Europa, la segunda competición europea.

Y de seguir alimentando al buen entrenador que Johan Cruyff, el gran gurú del Barcelona, ya elogió en sus tiempos.

«Cuando era jugador era muy inteligente y siempre me transmitió su interés por el fútbol y por aprender. Es de los entrenadores más destacados y prometedores del fútbol español», afirmó el ya fallecido Cruyff cuando el Valencia contrató a Valverde para sustituir al argentino Mauricio Pellegrino.

El mito holandés lo había dirigido en el Barcelona entre 1988 y 1990. Y aunque nunca lo tuvo entre sus titulares -en dos años, Valverde disputó apenas 29 partidos y marcó 10 goles-, siempre dijo admirar su inteligencia y su pasión futbolística.

Ese breve periplo en el «Dream Team» otorga al entrenador español la suficiente dosis de «ADN Barça» como para que la hinchada «culé» y la directiva azulgrana lo consideren apto para entrenar al Barcelona.

«La posesión del balón te obliga a tener un juego combinativo y también te sirve para avanzar», dijo en más de una ocasión Valverde sobre su filosofía futbolística, que está más cerca de la de Luis Enrique que de la del añorado Josep Guardiola.

«Tanto en una foto como en un equipo buscas el equilibrio de las cosas. Ambos dependen de los elementos que tengas», ilustró también el técnico español aludiendo a una de sus pasiones: la fotografía.

Como Guardiola, Valverde es un hombre con inquietudes más allá de fútbol. Se pone detrás de la cámara siempre que puede y, además de tener un hermano dibujante, se relaciona con escritores y cineastas españoles como Bernardo Atxaga y David Trueba.

La música, desde ACDC hasta Bob Dylan pasando por músicos del folclore vasco, también se encuentra entre las aficiones del nuevo entrenador del Barcelona, cuyo estreno oficial será de lo más exigente: frente al Real Madrid, en la Supercopa española, el próximo mes de agosto.

Sin embargo, Valverde enfrentará por primera vez al equipo merengue antes, en un amistoso en julio en Miami.

El «txingurri» Valverde inicia una nueva etapa en el Barcelona con el objetivo y la exigencia de agrandarse y crecer.

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