Pekín
DPA

El británico Andy Murray se proclamó ayer campeón del torneo de tenis de Pekín al batir al búlgaro Grigor Dimitrov por 6-4 y 7-6 (7-2) y está cada vez más cerca del número uno del mundo.

El máximo favorito en la capital china suma ya 60 victorias en 2016, la mejor temporada de su carrera, en la que ha levantado cinco títulos en nueve finales.

Con esos números, Murray sería normalmente ya primero del ranking mundial, pero por encima tiene a un Novak Djokovic que ha dominado con puño de hierro el circuito en los últimos años.

Sin embargo, desde su victoria en la final de Roland Garros precisamente ante Murray, el serbio está atravesando una fase de saturación y ha mostrado evidente falta de motivación en los últimos cuatro meses.

Djokovic no jugó en Pekín, donde triunfó en seis ocasiones, pero volverá al circuito la próxima semana en Shanghai.

El que está con la moral en todo lo alto es Murray, que derrotó a Dimitrov pese a que el búlgaro tuvo el sábado día de descanso, ya que su rival en semifinales, Milos Raonic, no se presentó por una lesión en el tobillo.

«Ha sido probablemente mi mejor partido de la semana», advirtió el campeón. «Hacía bastante frío, pero aún así saqué a velocidades por encima de las cien millas por hora en algunos segundos servicios».

«Tuve muchas variantes con ese golpe, así que no le permití realmente atacarme. Eso fue probablemente lo que mejor hice hoy», explicó el escocés.

Murray conquistó su título número 40 en 61 finales durante su vida como tenista profesional.

En 2016, el escocés ha ganado cinco torneos, entre los que están Wimbledon y los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. Además, fue finalista en el Abierto de Australia y Roland Garros.

«Andy es el mejor jugador del año. Ha estado ganando mucho y tiene mucha confianza. Obviamente sabe cómo moverse. Tiene todo el mérito», dijo Dimitrov.

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