Algunos dicen que no hay otra fanática como ella. Y ahora está de vuelta donde empezó todo, mucho más cerca del club de sus amores, el Real Madrid.. Foto La Hora/AP

Algunos dicen que no hay otra fanática como ella. Y ahora está de vuelta donde empezó todo, mucho más cerca del club de sus amores, el Real Madrid.

Después de vivir dos décadas en Estados Unidos, donde empezó una familia y una carrera, una de las aficionadas más fervorosas del equipo merengue regresó a España.

María García Mella Cid partió de Miami hace unos dos meses y ahora podrá disfrutar más de cerca del club que tanto admira.

El fin de semana pasado, García Mella, de 41 años, vivió una jornada con la que solo hubiera podido soñar en los Estados Unidos. Viajando pocos kilómetros desde su nueva casa, pudo confraternizar con otros fanáticos del Real Madrid en el estadio Santiago Bernabéu y ver un partido de la liga española con su hijo.

 

“Todo fue perfecto, absolutamente perfecto”, comentó después de la victoria 2-1 sobre el Real Betis del sábado.

“Fue hermoso verlos ganar y que mi hijo los haya podido ver ganar”, declaró García Mella, sin poder contener las lágrimas, mientras abrazaba a su hijo de 13 años ya afuera del Bernabéu.

García Mella es el tipo de fanática que le cantaba el himno a sus hijos mientras estaba embarazada. Dijo que vio todos los partidos del Real Madrid en casa el año en que ganó su séptima Liga de Campeones, en 1998, poco antes de emigrar a Estados Unidos.

Desde entonces no tuvo muchas oportunidades de ver jugar al club en Estados Unidos e inicialmente pudo seguirlo solo por la radio. Asistió a algunos amistosos de pretemporada que Real Madrid jugó en suelo estadounidense, incluido uno del 2018 en Miami, en el que García Mella y su familia fueron invitados a conocer a los jugadores en el terreno de juego.

También vio al club ganar la Liga de Campeones en el 2017 y 2018 en las finales en Gran Bretaña y Ucrania. Contó que su viaje a Kiev fue odisea porque le tomó 24 horas llegar allí y 36 regresar a Estados Unidos. El año previo tuvo que hacer escala en Islandia para llegar a Cardiff (Gales).

“Me despierto pensando en el Real Madrid y me voy a dormir pensando en el Real Madrid”, dijo García Mella. “No concibo mi vida sin el Real Madrid. Es difícil de explicar. La gente piensa que estoy loca, sobre todo mi marido, pero ahora que estamos de vuelta en Madrid, se da cuenta de que no soy la única, de que hay otra gente con esta ‘enfermedad’, y dice que es una enfermedad bendita”.

Su marido, Atruro Cid, la apoyó cuando decidieron regresar a Madrid con Alejandro, su hija Andrea, de 15 años, y su perra Luna, una enorme Schnauzer negra.

Se trajeron decenas de camisetas, libros y revistas del Real Madrid que García Mella colecciona, muchos con autógrafos de dirigentes y jugadores, incluidos Iván Zamorano, David Beckham y Luka Modric, su jugador actual favorito.

 

“En realidad, ella es introvertida, pero todo cambia cuando está el Real Madrid de por medio, saca a relucir su pasión” por el club, dijo Cid, un estadounidense que no es aficionado al fútbol pero que aprendió pronto lo que significa el equipo para su esposa.

“No siempre fue fácil esto, porque si no entiendes esa pasión, cuesta comprender por qué tengo insomnio y estoy despierta hasta las cuatro de la mañana, porque jugaban una semifinal”, declaró García Mella. “Su lema es ‘esposa feliz, vida feliz’. Por eso reza para que gane el Real Madrid. Eso me hace feliz, y si yo estoy feliz, él está feliz”.

La mudanza a España es una buena ocasión de cambiar de escenario para la familia y una gran oportunidad para García Mella, cuyo amor por Madrid ya había dado lugar a una mezcla de trabajo y hobby gracias a un canal del Twitch que tiene casi 2.000 seguidores y transmite los cinco días de la semana.

La cantidad de seguidores aumentó desde que regresó y ella espera que lo siga haciendo. Tanto Cid como García Mella son psicoterapeutas y siguen atendiendo a sus pacientes de Estados Unidos en forma remota.

García Mella nació en la República Dominicana y se mudó a España con su familia cuando tenía ocho años. Estudió en Inglaterra y luego en Miami, donde conoció a Cid. Allí tuvo a sus hijos.

Estaba abonada a los partidos del Inter de Miami y era presidenta de una peña del Real Madrid del sur de la Florida.

No le tomó mucho tiempo hacerse apasionada del Real Madrid cuando llegó de niña. Todo empezó un día en que fue a ver un encuentro con su hermano en el sector de los hinchas más fanáticos del equipo.

 

“Mi hermano, quien es nueve años mayor que yo, fue quien me enseñó a querer al fútbol”, comentó. “Me llevó al Bernabéu por primera vez cuando tenía ocho años y vi el partido desde sus hombros. Fue amor a primera vista. Me obsesioné con el Real Madrid”.

El sábado, cuando asistió al partido con su hijo, vio un niño de siete años a su lado.

“Le pregunté si ya había visto un partido. Me dijo que no, que era el primero. Y yo le respondí: ‘Te acordarás de este partido toda tu vida’”.

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