Heidy Rosaura Marroquín García (Guatemala, 1992). Es Profesora de Lengua y Literatura y estudiante de Letras. Ganó el Premio Editorial Universitaria de Poesía “Manuel José Arce” 2020, con su obra: Bajo los rayos luminosos del farol.
En la revista mexicana La Piraña publicó parte de su poesía. También, Integra la Fanzine #7 Yomoram Jayatzame (Mujeres Poetas), México y ha participado en el Festival Internacional de Poesía de Quetzaltenango en sus ediciones 2018 y 2019. Invitada al Proyecto POSH, Festival Internacional de Expresiones Culturales de la Nueva Generación, en la disciplina de Literatura, Chiapas, México, 2019.
Colaboró en la Lectura de poesía de escritores desaparecidos durante el Conflicto Armado, promovida por el Colectivo Cultural Pie de Lana, 2019. Integra la Antología poética hispanoamericana de mujeres menores de 30 años: Para cuando nos volvamos a juntar en la cafetería a tomar café, de Chuleta de Cerdo Editorial, 2020. Participó en la tertulia literaria en Sáfica, organizada por el colectivo de mujeres escritoras (Medellín).

Los sueños están infestados de violencia.
de no ser así,
¿atravesarían desprecio y rabia?
Están infestados, los sueños de violencia.
por la noche,
una mujer grita auxilio,
mientras seres extraños
le arrancan una lágrima.
Están, los sueños, infestados de violencia.
se ha vuelto una plaga.
por la madrugada,
niños rasguñan un muro,
hambrientos y descalzos.
Infestados están, los sueños de violencia.
en un canasto de tortillas de maíz, un arma.
en una joven de diecinueve años, desilusión.
en las muñecas de un adolescente, esposas.
De violencia están, los sueños infestados.
porque temo por la noche,
por la madrugada,
y un grito se confunde
con el canto del alba.

***
Y ahora tendemos a
guardar la risa
detrás de la pantalla
que refleja nuestros ojos
cansados.
Una lágrima precisa
y la sensación
de la angustia.
Deberíamos estrellarnos
también nosotros
contra la intención de mandar a volar
las telecomunicaciones;
pero tenemos miedo
a quedarnos solos
detrás de una página
detrás del silencio.

***
Tienes diecisiete años
y te enganchas al móvil
como si fuera amor.
Das un giro y ves
otros mundos posibles
abres una puerta
esa no te conviene,
no te cuentan la historia
entonces te la inventas
confiesas que alguna vez
usaste la palabra amor,
te sorprende la muerte asistida
del siglo pasado
y preguntas la verdad sobre ella
viene el eco de las respuestas como una onda
sacude la mente y quiebra distancias.

***
Escribo debido a tu silencio
no cabe en el frasco de mi mente
la comprensión de vivir sin el ruido
sin el estruendo
y, sin el llanto de esta tierra.
A veces, pienso en la fortuna
de tu silencio,
pero cómo vivir sin este bullicio
de balas y sombras,
cómo vivir sin gritarlo.

***
Escribí un poema llamado
el abril que nos espera
fue uno entre rejas
en silencio
y cadáveres por el planeta
pero,
abril es mucho más
que muerte, cárcel y silencio
abril tiene en sus manos
raíces de árboles que crecerán
con voces nuevas y humanas.

***
Me viste ir
mientras el frío quemaba,
sonaban las hojas
bajo mis pies.
Mismo dolor dentro de mí,
se quejaban agonizantes.
Parado junto a la puerta que cerraste
veo salir una voz
que vuela, ahora inalcanzable
como tus labios
como tu risa.

***

La brisa,
la nota de Sol
Los del viento, de Isabel de los Ángeles Ruano,
y tú, amor
con tus manos en el piano
y yo,
recordando tu melodía.

***
Fragmento poético después de leer La muerte de Iván Ilich
Pero a Iván Ilich la muerte no le habla, ella llega y lo observa insistentemente, tal vez siente
compasión. ¿Acaso sólo ella es verdad? — se pregunta Iván. “Ella se asomaba por un
momento” y le observaba tras las flores. Una soledad compartida. Hoy, ella me despierta y
me pregunta: ¿Qué quieres? a mí sí me habla, la escucho porque me interesa. ¿Quieres vivir? me pregunta. No puedo responder a eso, ella lo sabe. Entonces me plantea salidas: médico, fe… guardo silencio. Como la muerte es obstinada, hace una tercera pregunta: ¿Quieres morir? y estoy por contestarle cuando un dolor me sacude de nuevo. Tal vez siento miedo. Ya no me dirige la palabra, seguramente siente compasión también por mí y está en algún sitio, escondida tras las cortinas o las flores.

Selección de textos por Roberto Cifuentes Escobar

 

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