Dennis Orlando Escobar Galicia
Periodista

La chingona rial academia es el nombre del librito (75 páginas, tamaño media carta) publicado a finales del 2020 por Juan Antonio Canel Cabrera (JAC), narrador y periodista guatemalteco que fue miembro del irreverente grupo literario la rial academia, mismo que publicaba dos páginas dominicales en el diario de mayor circulación. Algunos aseguran –yo soy uno de ellos- que ese día aumentaba la venta de impresos y el número de lectores porque en dichas páginas firmadas por el grupo se decía sin tapujos y con lenguaje popular lo que otros callaban. Además, porque contenían caricaturas e ilustraciones del maestro Marco Augusto Quiroa (1937-2004).

Juan Antonio recurrió a sus vivencias e investigaciones para que en apretadas líneas –imprimir libros cuesta un ojo de la cara- se diera a conocer el origen y desarrollo del grupo literario; en seis breves pero concretos capítulos, escritos con sabor guatemalense, nos responde a los títulos ¿Qué fue la rial academia?, La semilla, En los periódicos, Retiro espiritual, La manera de escribir y publicar, En Siglo XXI, En Tinamit, y Legado y aprendizaje. “(..) presento al público este esbozo del proceso de formación, consolidación y ejercicio literario y periodístico del grupo la rial academia; sobre cómo se concibió y formó el grupo, sus objetivos, quienes fueron sus miembros, las actividades literaria y periodística que ejercieron y la importancia que la rial tuvo en la

formación literaria de cada uno de sus integrantes”. La obra “caneliana” me la leí de un tirón y con ansiedad porque fui uno de los asiduos lectores de las columnas de la rial y me dio mucho pesar cuando ya no publicaron en ningún medio de comunicación masivo; llegué al final tan pronto como había empezado pero, a decir verdad, me quedé con ganas de saber más, máxime cuando el mismo Juan Antonio nos deja picados con su frase: “de quien no voy a mencionar su nombre” o el motivo por el que a inicios un miembro se opuso a su ingreso. También me quedé con ganas de conocer una brevísima semblanza de todos los que integraron el grupo, no obstante que sabía algo de algunos como el caso del maistro Quiroa. Lo anterior lo considero valioso porque en un país como el nuestro que cuesta organizarse y llegar a consensos –me atrevo a decir que es por falta de cultura democrática y a nuestra diversidad cultural-, fue meritoria la integración del grupo “rialero”. La misma rial academia en sus inicios dejó entrever la dificultad y escribió que no tenían ninguna ideología, “porque la historia ha demostrado que tarde o temprano las ideologías se convierten en instrumentos de represión y esta es contraria al arte y a la vida.” En el mencionado escrito de surgimiento se agrega que “La Rial es un grupo abierto a todas aquellas personas que se dediquen a la literatura, ya sea como creadores o consumidores. No tenemos ningún requisito, aunque todos parecemos tener cierta incapacidad para taparle el ojo al macho”. Este párrafo merece un concienzudo análisis de contenido. Y el grupo se dio a conocer y de manera muy exitosa, de manera que en un pueblo como Guatemala, falto de líderes en favor de la mayoría, hasta de repente aparecieron pintas “La rial presidente”. Hasta me los imaginé en palacio nacional, con venadril en mano y limoncito, brindando por la victoria. Muy auténticos para un pueblo que se muere de hambre y de sed. Ellos sí cumplieron mi sueño o pesadilla del brindis pero en el bar Guadalajara, lugar donde se reunían y hasta en una de las paredes interiores pintaron un mural, echándose el respectivo cuto. Pero, finalmente vinieron las desavenencias y el grupo petateó (palabra usual del maistro Quiroa). De todos los miembros de la rial considero que JAC es el único que ha seguido validando el habla guatemalteca en sus escritos literarios y periodísticos. Léanse sus obras Incendio en el monte de venus, ¿Qué mirás?, La muerte se perfuma, El Alacrán es Juan, Realidad y fantasía de Elías Valdés, entre otras.-

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