Por: Lucía Escobar

El 1 del mayo de 2020, en medio de la pandemia por el Covid-19 y en un atípico Día Internacional del Trabajo, salió a la venta El papel de la belleza, que reúne la obra poética de Luis de Lión escrita durante los años de 1972- 1984.

Los ocho poemarios reunidos por primera vez son: 1+1 (1973), poemas del volcán de agua (poemas míos), poemas del volcán de fuego, canciones para que usted les ponga música, el papel de la belleza, poemas para el correo, La Palabra Insurrecta (Panfletos) y Nueva Erupción.

Esta primera edición que recoge la mayor parte de la poesía del maestro, contiene fotografías de manuscritos originales, además de material inédito muy valioso que sobrevivió la persecución y la violencia a la que fue sometida su autor. El último poema de este libro, llamado “y Dios creó a la mujer” fue fechado el 14 de mayo de 1984, un día antes de ser detenido y desaparecido por el ejército de Guatemala.

El prólogo estuvo a cargo de Marvin García, poeta y director del Festival Internacional de Poesía de Quetzaltenango y Metáfora Editorial. Mayarí de León, la hija del escritor desaparecido y una de sus herederos, reunió, recopiló, ordenó y estructuró este libro tan esperado. En la introducción comentó: “Cada poemario ha sido seleccionado y revisado con todo respeto al escritor y a los ideales de las generaciones que representa Luis de Lión, a las compañeras y compañeros que ofrendaron sus vidas soñando en una luz que aún no llega y, a quienes lo han a leer en adelante”.

José Luis de León Díaz es el nombre “oficial” de Luis de Lión, quien nació el 19 de agosto de 1939 en la aldea San Juan del Obispo de Sacatepéquez, en un hogar sencillo, hoy convertido en museo y academia de música. El tipo de niñez y la vida de maestro rural que tuvo el poeta pueden rastrearse fácilmente a través de su poesía que recorre, como él, los caminos enmontañados de una Guatemala rural que aún tenía bosques que parecían selvas a los ojos de un niño que vuela barrilete, juega trompo, maneja la honda, el machete y lleva en la frente la huella del mecapal. Este niño se rastrea en poemas del volcán del agua (poemas míos).

En estas páginas también encontramos al hombre enamorado, al amante apasionado que se manifiesta en poemas del volcán de fuego, dedicados a su esposa, hoy viuda, María Tula González. A su hijo Luis Ixbalanqué le escribe en los poemas del volcán de agua (poemas míos) y a su hija Mayarí de León le dedica poemas para el correo.

Muchos de sus versos y de sus escritos son hoy documentos históricos valiosos para la memoria de este país, que narran episodios de la vida nacional y política convulsa de Guatemala, como la Revolución de Octubre, el asesinato del lider estudiantil Oliverio Castañeda de León en “Acerca del venado y sus cazadores”, el poema de la gran marcha de los mineros de Ixtahuacán y los azucareros de Pantaleón, o el poema de los muertos, donde recuerda a padres, sindicalistas, demócratas y estudiantes asesinados o despararecidos, como él.

El papel de la belleza contiene poesía inédita y también poemas que aparecieron dispersos en distintas revistas y panfletos, a veces con el seudónimo Juan del Día y Pedro Sicay. Canciones para que usted les ponga música son ejercicios que realizó como una tarea del Partido Guatemalteco del Trabajo que cumplió con disciplina y maestría, sin demeritar la literatura.

Este es un libro imprescindible, hermoso, que no deja de sorprender y que dará para escribir páginas y páginas de análisis y reseñas. Las ilustraciones de portada e interiores fueron realizadas por el artista guatemalteco Juan Pablo Canale. Para adquirir El papel de la belleza en toda Guatemala, escribir a ventasdelpensativo@gmail.com

Esta y otras se pueden adquirir, consultando en www.fceguatemala.com y a través de WhatsApp: 5017-3130 o por mensaje directo en redes sociales: FCE Guatemala. El envío es gratis en compras mayores de Q200, dentro del perímetro de la Ciudad de Guatemala y Q300 en los departamentos. Aplican restricciones.

Los convidados de agosto, de Rosario Castellanos
Las tradiciones y costumbres mexicanas son retratadas en «Los convidados de agosto» de Rosario Castellanos, quien elige un poblado llamado Comitán y la celebración del santo patrono: Santo Domingo de Guzmán, para explorar la vida de Emelina y de su familia. Emelina -como sucede con las jóvenes solteras en los pueblos- acostumbra salir a disfrutar de la feria y conocer al que podría ser el hombre de su vida; sin embargo, Castellanos convierte este sitio y esta celebración en un lugar y un momento para las adversidades y sufrimiento de la mujer.

Ciudad quebrada, de Humberto Musacchio.
En los fragmentos elegidos para esta edición se narra el momento exacto en el que la tierra estremeció a los habitantes de la ciudad de México el 19 de septiembre de 1985. Musacchio elabora una suerte de testimonio histórico a partir de la reacción de los habitantes ante la tragedia; documenta la parálisis de la vida cotidiana y la ineficacia de las autoridades.

Camino a casa, de Jairo Buitrago y Rafael Yorkteng
Un álbum ilustrado donde la fantasía encubre la nostalgia y aborda, con imaginación y ternura, un tema difícil: la ausencia del padre. Una niña pequeña pide a un león que la acompañe en su vida diaria, y al hacerlo compartirá con ella pobreza, tareas domésticas y la ausencia del padre. El león imaginario, símbolo de fuerza y protección dará a la pequeña esa compañía paterna.

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