Enán Moreno
Escritor y académico

En la pasada Feria Internacional del Libro (Guatemala, 2018) compré algunos textos, entre ellos Alas y raíces, del poeta Sabino Esteban Francisco, cuyo nombre remite ya a su ascendencia indígena (él pertenece al pueblo Q´anjob´al). Editado por Catafixia Editorial en 2013, este libro contiene una selección de poemas anteriormente ya publicados por el autor. La edición es bilingüe: q´anjob´al y español; la traducción es del mismo poeta.

Inicialmente, al leer los poemas, se observa la brevedad de los mismos y el empleo del verso libre, y en cuanto a la temática, una variedad de temas que abarcan geografía, flora y fauna del entorno rural (selva, cerros, río, árbol, luciérnagas, mariposas), percibiéndose una actitud afectiva y armoniosa con la naturaleza. Están presentes, también, las reflexiones acerca del entorno y de la realidad del sujeto poético. La temática se amplía, y se enriquece, con el sentimiento amoroso hacia la mujer y a la propia familia. Y el poeta, en fidelidad a su cultura, también ofrece visiones propias del mundo indígena.

De niño, el poeta padeció, junto con su familia, los males del conflicto armado en el país, el cual dejó su huella en él; de ahí que estas vivencias se plasmen en algunos poemas, como el que así se titula: Conflicto armado.

Los poemas de Sabino muestran limpieza, claridad, sencillez y sugieren cierta inocencia. Está presente en ellos el asombro ante el descubrimiento de lo cotidiano. La poesía, aquí, surge de la realidad inmediata: del paisaje, de los habitantes, de los seres naturales que, a veces, cobran vida, se animan. Son poemas en armonía con la naturaleza y el entorno rural, lo propio del poeta. ¿Bebió Sabino de las aguas poéticas de Arango y de Ak’abal? Lo sabe él. En todo caso, su poesía tiene raíces en esas aguas y así va abriendo sus alas.

Para el lector, sin embargo, nada de lo dicho puede ser mejor que una muestra de los poemas.

UN NIDO
Mi corazón es un nido/ con latidos de pájaro.// Lo subo entre las ramas,/ se acurruca en tu vereda.// Desde que no pasas/ tu vereda se arrulla/ como culebra triste// y me siento tapacamino/ ahogado en mi canto.

REMIENDO
En la sombra rural/ de estos cerros/ la miseria/ no sólo rompe las ropas:/ los campesinos/ remiendan hasta el corazón.// Si rompiera también/ la sombra/ ellos pondrían/ un remiendo de luz.

MI MADRE
Mi madre/ tiene sus años bordados/ en la palma de sus manos.// Y bien quedan marcados/ en cada pixtón que tortea.// Es de comer sus pixtones/ para aprender el sabor de sus arrugas.

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