Por: Ilina Muñoz

Durante el semestre pasado me encontré con la novela “El gato”, del mexicano Juan García Ponce, una reedición del Fondo de Cultura Económica, editorial que marca a quienes estudiamos Letras o Lengua y Literatura. Después de leerla llegué a la conclusión de que, aunque se publicó por primera vez hace más de cuarenta años, se lee como si hubiera escrito ayer. El tema que toca es muy de nuestro tiempo. A partir de esa lectura trabajé en un proyecto de investigación más extenso que lo que ahora escribo y me llevó a hacer un pequeño rastreo acerca de lo que el erotismo ha significado en la literatura y en la evolución de las distintas civilizaciones que han poblado el mundo.

Este ensayo nació del intercambio de opiniones entre la doctora Virsa Valenzuela Morales, catedrática del curso: Literatura Hispanoamericana Contemporánea. Después de leer la novela y de encontrar un valor erótico en el gato que aparece entre los personajes, fue necesario buscar obras de notable importancia y que han influenciado en la literatura erótica.

Para nadie es un secreto que la sexualidad es un espejo fiel de nuestra esencia física y espiritual. A lo largo del tiempo ha germinado bajo distinto terreno el arpegio erótico literario; el “Cantar de los cantares”, atribuido al rey Salomón, da evidencia del deseo que se siente por la mujer amada, el “Kamasutra”, que, según las páginas en internet, apareció en el siglo II o VI de nuestra era, muestran la curiosidad por explorar los misterios del placer, del deseo y de la seducción. Se pueden mencionar otras obras, como el “Decamerón” del italiano Giovanni Bocaccio o bien, las novelas trasgresoras del marqués de Sade.

Sobre el campo en el que Juan García Ponce da rienda suelta a la exploración del deseo y la sensualidad, la figura del gato es el símbolo de erotismo. Por esta razón, el ensayo se enfoca hacia el movimiento estético que acompaña la travesía del gato, aún, cuando este se halle dormido, con ánimo de destacar su importancia dentro de la obra y el papel que desempeña.

A este tipo de felino a lo largo de la historia se atribuye papeles incómodos, producto del prejuicio, no sólo contra el gato sino también contra la mujer. Este hecho generó respuestas tan siniestras como la condena del gato y de la mujer a la hoguera, sobre todo durante los años más oscuros de la Edad Media. Pero, ya en tiempos de Juan García Ponce, mujer y gato resurgen de las cenizas, por medio del lenguaje.

La novela fue publicada en 1974 por la editorial Sudamericana y reeditada por el Fondo de Cultura Económica en el 2002 y 2013. El FCE siempre ha apoyado a la difusión de los autores latinoamericanos, difusión que se mantiene en nuestros días, prueba de ellos es la edición de pasta dura que encontré de la novela de Juan García Ponce.

Por razones de espacio, concluyo con reconocer la importancia de los libros del Fondo en la formación de los estudiantes de literatura y de otras disciplinas humanísticas.

Esta y otras obras se pueden adquirir, consultando en www.fceguatemala.com y a través de WhatsApp: 5017-3130 o por mensaje directo en redes sociales: FCE Guatemala. El Envío es gratis en compras mayores de Q. 200.00, dentro del perímetro de la Ciudad de Guatemala.

Cultura de paz Cultura de paz, palabra y memoria
En 2013 el Fondo de Cultura Económica emprendió la tarea de desarrollar un centro cultural en Apatzingán de la Constitución, Michoacán. Los pilares del modelo de acción que surgió a partir de esta experiencia y que ahora ponemos a disposición de los lectores son: una estrecha colaboración de los tres órdenes de gobierno (el municipal, el estatal y el federal); una intensa participación de la comunidad y el desarrollo de una cultura de paz, donde se cumplen los derechos humanos para todos y hay condiciones para imaginar y operar proyectos compartidos.

Llorar en la sopa, de Elena Poniatowska
A Elena Poniatowska le advirtieron cuando era joven que le permitirían escribir novelas pero no vivirlas. Por si acaso aquello llegara a ser verdad alguna vez, se apresuró a poner en su existencia esos cientos de personajes que se van asomando a sus textos (sus relatos, sus novelas, sus reportajes o sus entrevistas) para conversar con ella sobre aquello que más le importa y que, significativamente, nombra su segundo apellido: el amor. Elena Poniatowska, Premio Cervantes 2013, escribe las mil y una historias del amor, veinte de las cuales, bastantes de ellas de inspiración autobiográfica.

Zoológico, de Anthony Browne
Una familia -mamá, papá y dos hijos- pasa un día en el zoológico. Mientras ellos observan a los animales, los animales los observan a ellos. ¿Qué es lo que ve cada cuál? Una experiencia desconcertante, con el humor agudo y a la vez tierno de uno de los más reconocidos ilustradores de la actualidad. Anthony Edward Tudor Browne, es un autor e ilustrador de libros infantiles con reconocimiento internacional que tiene casi cuarenta títulos publicados. Fue nombrado Home Children’s Laureate para el periodo 2009-2011,

Artículo anteriorLa ansiada vacuna
Artículo siguienteYPF entra en “números rojos” hasta junio tras perder 989 millones de euros en el segundo trimestre