W. G. SEBALD (Winfried Georg Maximilian Sebald), Wertach im Allgäu, Baviera, 18 de mayo de 1944; – Norfolk, RU, 14 de diciembre de 2001. Susan Sontag nos dice de este autor: ¿Es todavía posible la grandeza literaria? Ante la decadencia implacable de la ambición literaria, la convergente ascensión del desgano, la verborrea y la crueldad insensible como asuntos normativos de la ficción, ¿qué sería en la actualidad un proyecto literario centrado en la nobleza? La obra de W. G. Sebald es una de las pocas respuestas disponibles a los lectores del idioma inglés. |
Al final
sólo quedarán
los que quepan sentados
alrededor de un tambor
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Es
como si yaciera
frente a un cielo
bajo y respirara
por el ojo de una aguja
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Sin contar
queda la historia
de las caras
vueltas hacia otro lado
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Por favor envíame
el abrigo marrón
de Rheingau
con el que antaño yo
daba mis caminatas nocturnas
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Cuando los rayos
caían se
veían las montañas
con sus profundos pliegues
la lluvia murmuraba
incesante hacia el valle
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Las manchas
rojas
en el
planeta
Júpiter
son huracanes
de tres
cientos
años
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El papel de escribir
huele
como la viruta
en el ataúd
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TRIGONOMETRÍA DE LAS ESFERAS
En el año de luto
el abuelo guardó
el piano en el desván
y no lo bajó
nunca más
En cambio con un catalejo
de latón explora ahora
los caminos circulares del cielo
Su cuaderno de bitácora registra
un cometa vagabundo
y la frase categórica
la Luna es un producto artificial de la Tierra
Por él sé también
que allí donde la noche da la vuelta
sienta un santo
y ruge como un león
Y no olvides me dijo una vez
que del signo de Aries
el viento del norte trae la luz
a los manzanos