Augusto C. Sandino nació el 18 de mayo de 1895 en Niquinohomo, también llamado La Victoria, Nicaragua. Allí, siendo adolescente, se enamoró de su prima, María Soledad Sandino. Con ella mantuvo relaciones de noviazgo hasta que tuvo que salir de su pueblo por un problema de deudas. Buscando trabajo llegó hasta Honduras donde laboró en la Compañía Honduras Sugar & Distilling. Antes de su salida Sandino le prometió matrimonio a Mariita, como la llamaba.
En esta carta, fechada el 3 de junio de 1922, le ratifica su amor y le confiesa sus dudas y conjeturas después de un año de ausencia. Ese amor no se realizó: Sandino viajó a México donde trabajó en la Huasteca Petroleum Co. para después regresar a Nicaragua donde inició la lucha de liberación con la batalla del Jícaro el 2 de noviembre de 1926. En medio de esa lucha se casó con Blanca Arauz, telegrafista de San Rafael del Norte, en mayo de 1927.
La transcripción conserva los errores ortográficos y de sintaxis de un obrero nicaragüense enamorado, de un hombre del pueblo para su primer amor. Ese obrero, andando el tiempo, se convertiría en el líder de la liberación nacional de su patria.

Tomado del sitio digital https://www.nexos.com.mx/?p=5507

Honduras Sugar & Distilling Co.
Capital Pagado 250,000.00 oro
Propietarios de
Gran Central “Abeja” y destilación
situados en Dutuville
Haciendas, Palmyra, Montecristo, Corinto y Victoria
La Ceiba y Dutuville, Honduras, 3 de junio de 1922
Sta. Mariita S. Sandino

Amor mío: estoy cumpliendo un año de estar ausente de ti vida mía; pero ese año de dura ausencia ni veinte más podrían ser suficientes para que en mi pueda disminuir el invariable amor que te profeso. Este año de triste ausencia no asido más que un año de remordimientos para mi asido un año de innumerables aventuras; no puedes tú ni quien no a aventurado comprender lo duro que es aventurar.

No tómes por el lado desfaborable para mi, la palabra de aventurero, pues eso puede llegarlo a ser cualquier hombre que las circunstancias se lo obliguen. Tamvien deves tener presente que el que a crusado por tales caminos es cuatro veses más hombre que los que si alguna ves han salido asido respaldados por la opulencia y por eso es que todo aquel que a crusado por caminos tan difíciles se cree cuando está junto a esos pajaritos que aun no saven lo que es mundo, como con el orgullo que se pueda sentir un villete de a 100.00 dollars ante unos centavitos de cobre.

Mariita; yo me siento muy apenado cuando recuerdo de las cartas que te he mandado y que no me las contestastes y tu cilencio me a obligado a que yo me forme una porción de conjeturas. Yo soy muy malisioso y cuando tengo mis horas de meditación me he logrado el imaginarme cuanto más pueden pensar de mi. Boy a referirte cuanto me supongo que disen.
Por ejemplo tu piensas esto.
Este a sido mi dolor de cabeza, es un embustero pero tamvien puede ser que me quiera, pues ya han transcurrido algunos años y no me olvida, pero mi mayor tuerse (*) es que aún no lo quiero mucho, pues yo creo que no bolverá y es mejor que no le honre con el contestarle porque de lo contrario, él seguirá de nesio y… talves yo pienso, si si no si, no si… es mejor que lo olvide. íhay Dios mío que me olvide! íhay Dios consedeme lo que te pido! no, no, este ya no ya no, me pesa! me arrepiento hasta… Otra cosa, ¿y de qué me he enamorado yo? él, no es un tipo, él, no es rico, y sobre todo, se fué… pero íes mejor es mejor! ¿y si buelve? pues no le haré caso, sí, sí estoy resuelta y qué me importa que se quievre la caveza este tonto.
Lo que díse entre si, tu -apreciable papá.
Ese no sírve para mi hija, ella no me estorva y para qué la boy a sacrificar con ese vago que lla no le gusta estar en su lugar, y es seguro que la locura que hizo fué intencional para irse. No, no, no hay modo que yo concíenta el que le contesten a ese vago, perverso, engañador.

Lo que díse tu abuelita. yo no digo nada, lo unico que digo es que él, no es malo, y que si se uvíese casado, él, pues fuera un esplendido marido, pero la tuerse lo persiguio.
Lo que dise tu mamá: Ese no buelve, ya le gustó la vagancia yo comprendí que era un mentiroso.
Lo que dise tu tiita mariita. yo, no creí que se casaran, pues siempre a él, lo miré muy informal.
Meteito y Zoilita, estoy seguro que ni estiran ni jalan cuando mucho enveses dirán que se alegran y enveses que pobre yo.
Esto es cuanto me imagino de ustedes. A ti te ruego que me perdones si mis malignas conjeturas te ofenden y deseo que sepas que mientras yo viva, no te olvidaré.
Saludes a quienes miento en mi malisiosa carta.
Tu vida mia, tu angel mío, resive un sin fin de vezos y avrazas de tu
Augusto
Maria mia si me quieres saluda a mi papá en mi nombre lo mismo que a mi mamá y por eso te doy un vezo más.
Adios. Tuyo.

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