Roberto M. Samayoa Ochoa
Director del festival La Otra Banqueta

Elisa se refugia en el cello para soportar las burlas de sus compañeras del internado, quienes la tildan de marimacho. Su vida cambia cuando Rebeca, una nueva compañera, se acerca a ella, se hacen amigas y entre ellas surge el amor el cual transita por la vergüenza y por una falsa terapia de curación hasta que años después, estas dos chicas se encuentran de nuevo y su mundo se trastoca.

Esta es la historia de dos chicas chilenas a principios del siglo XX presentada en el filme «Mujer saliendo del mar» con el cual se abre en Guatemala la octava edición del festival de cine La Otra Banqueta el jueves 14 de noviembre y que tendrá presentaciones hasta el 23 del mismo mes en ciudad Guatemala, La Antigua Guatemala, Quetzaltenango y Escuintla.

La diversidad no está solamente en la realidad contextual sino también en quien la observa. Se puede vivir en un entorno diverso desde la perspectiva étnica, de creencias o sexual y pretender no ver esa diversidad y seguir percibiendo una realidad homogénea, monocromática y unidimensional. Esa forma de mirar y de comprender la realidad es aprendida y transmitida generacionalmente. Es el «habitus» desde donde a primera vista no hay posibilidad no solo de ver más allá sino también desde otra perspectiva. Pero es también una ignorancia que puede ser vencida no solo mediante el aprendizaje racional sino también desde el hecho que la persona esté abierta a dejarse interpelar y estimular por el entorno.

En cierta forma dejarse interpelar por el entorno implica interpelar la propia identidad y los propios comportamientos, aprendizajes y condicionamientos sociales tal como ocurre con José, el protagonista del largometraje de ficción dirigido por Li Cheng, grabado en Guatemala, protagonizado por Enrique Salanic, Manolo Herrera y Ana Cecilia Mota y ganador del León Queer del festival de cine de Venecia y que tendrá su premier durante el cierre del festival el 23 de noviembre.

Las historias del cine llevan a preguntarse ¿Viven las personas de la diversidad sexual de forma distinta problemas o situaciones como las adopciones, enamorarse, la memoria histórica, un asesinato accidental, la búsqueda del sentido de la vida, la soledad, la trata de personas, las envidias, los amores o la violencia sexual? Las respuestas pueden ser muchas y distintas como las historias. El festival también presenta historias construidas en Guatemala como los cortometrajes «Las cosas que no decimos» de Luis Midence y «Te amo Marissa» de Gigy Castillo.

Durante el festival también se cuenta la historia de «Lemebel», la vida de Pedro Lemebel, un artista visual y pionero del movimiento queer en Latinoamérica. Pedro Lemebel sacudió la sociedad chilena durante la dictadura de Pinochet en los años 80 mediante intervenciones artísticas públicas relacionadas con los derechos humanos y la homosexualidad. Estas dos obras se suman a otras 47 provenientes de quince países y de directoras y directores jóvenes que presentan historias de la vida diaria que viven personas de la diversidad sexual.

La Otra Banqueta pretende ser una herramienta incómoda que lleve a cuestionarse los límites establecidos y que desmonte el ver a las personas de la otra banqueta como las extrañas y las raras. Hay todavía muchas personas de la diversidad sexual que llevan el peso de la doble vida frente a sus familias que pretenden no ver lo evidente. Como toda experiencia de arte, los filmes presentados en el festival mueven emociones en mayor o menor medida dependiendo de la disponibilidad de quien lo vea porque la diversidad no está solo en quien hace la película o en quien actúa sino en quien se da la oportunidad de ver desde otro ángulo.

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