Clynton R. López Flores
Filósofo

Martin Heidegger

En 1954, casualmente Martin Heidegger publica su obra The Question Concerning Technology,1 el mismo año que en Guatemala se da la llamada contrarrevolución.

La contrarrevolución fue un golpe de Estado, una invasión o la renuncia de un presidente, depende de quién haga la interpretación de ese evento histórico en Guatemala.

La obra de The Question Concerning Technology plantea, luego del silencio de Heidegger después de la segunda guerra mundial, la noción que en alemán es Gestell y que dio origen al neologismo en inglés, como enframing. Una noción clave en el pensamiento del Heidegger tardío.

La contrarrevolución en Guatemala fue un movimiento militar liderado por el coronel Carlos Castillo Armas y apoyado por la CIA (Central Intelligence Agency) de los Estados Unidos. Este movimiento derrocó (o hizo renunciar) al presidente democráticamente electo del Coronel Jacobo Árbenz Guzmán.

La pregunta que pretende contestar Heidegger en el texto en mención es ¿cuál es la esencia de la tecnología moderna? La esencia de la tecnología moderna no es, como habitualmente se cree, un simple medio para un fin, o una simple actividad. Es ambas cosas, pero, es algo más. ¿Qué es ese algo más? Es una forma de des-ocultamiento, o des-velamiento. Esa forma de des-ocultamiento contemporáneo implica una doble relación un challenge – standing reserve. Es decir, emplaza (o totaliza) la naturaleza como recurso y reinicia el ciclo convirtiéndola en el ejército de reserva2.

La revolución de octubre de 1944 la lideraron Árbenz, el coronel Francisco Javier Arana y el civil Jorge Toriello. Esta revolución popular, de algunos miembros de la clase media, miembros del magisterio nacional, simpatizantes de gobiernos militares y simpatizantes de los movimientos comunistas. Esta revolución estableció una nueva constitución y Juan José Arévalo ganó las elecciones. Un autodenominado socialista espiritual, quizá autodenominado así como un camuflaje para ocultar la ontología material que subyace a las nociones socialistas del siglo XX. Además de reformas sindicales y magisteriales se dice inició la imposición de un impuesto en las llamadas tierras ociosas del país. Así como el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social, IGSS.

Heidegger lleva a cabo esta denuncia como un camino para entender el tiempo de la metafísica cumplida. En algo que Gianni Vattimo va a denominar un tiempo en el cual el sujeto ha sido dislocado de su posición privilegiada y la subjetividad se convierte en únicamente un mudo testigo de la objetividad. Las exploraciones filosóficas en torno al ser han cesado y todo es una simple repetición de lo mismo, en ontologías materialistas que no dejan lugar a otros florecimientos del ser, aunque se digan espirituales.

Jacobo Árbenz asume el segundo período democrático de la revolución de octubre en 1951. Se dice que su plan de gobierno era una carretera al atlántico, una hidroeléctrica llamada Jurún Marinalá, y sobre todo una reforma agraria. La reforma agraria tomó forma y ejecución en el denominado Decreto-900 del Congreso de la República de Guatemala. Los ecos del pasado, a través de mis antepasados que vivieron dicha época, coinciden en que el movimiento era comunista. Artistas, maestros, obreros y amas de casa componen estos ecos del pasado. Ningún terrateniente. El pánico cunde sobre la invasión a las casas de habitación privadas del país. ¿Quién puede detener ahora a los comunistas? El único contacto de esos ecos del pasado con la United Fruit Company es como usuarios, felices, del ferrocarril que los lleva felizmente a Esquipulas a ver a su Señor.

Milán Kundera, en opinión de este humilde lector, uno de los más grandes literatos del siglo XX en su Art of the Novel delinea brevemente la denuncia de Husserl y Heidegger, el primero en la Crisis de las ciencias europeas, y luego Heidegger en Ser y Tiempo, resumiéndolo como el olvido del ser. El argumento de Kundera es que en la filosofía materialista de la modernidad se ha olvidado al ser, la novela, desde su nacimiento con Cervantes ha tomado el relevo en el cuidado del ser. La novela ha explorado y se mantiene viva gracias a esa exploración de nuevas dimensiones del ser en sus relatos. Esta actividad la mantiene al margen del tiempo de la metafísica cumplida, o de la totalización del mundo en objetos y la relación challenge – standing reserve.

El antiimperialismo de Árbenz (casualmente coincide en vehemencia, sensación, y hasta sentido con aquellos de Chávez, se pueden escuchar algunos en los documentales de la USAC en honor al centenario de su nacimiento), es campo fértil para que simpatizantes del anticapitalismo proliferen en las esferas políticas del país. La revolución se vende como un intento de establecer una moderna democracia capitalista. Pero, ante todo demócrata. ¿Alguno de los revolucionarios habrá leído La democracia en América de Alexis de Toqueville? ¿Se habrán percatado que la mayoría investida con el poder de establecer las leyes (sin más límite que el deseo de la mayoría misma) es el poder potencialmente más caprichoso, demencial y aterrador que pueda existir? El pánico de los anticomunistas es más que justificado…

La novela, sin embargo, corre el riesgo de introducirse en la dinámica challenge- standing reserve relationship. Es decir, lo que Kundera denomina el espíritu de nuestros tiempos, un espíritu totalizador donde la humanidad ha pretendido unificarse en un solo sentido. Si en la época del Art of the Novel era los medios de comunicación tradicionales, hoy en día la repetición de lo mismo acontece en los medios sociales en internet, (basta con ver los comentarios mayoritarios de Tiempos recios… los comunistas en Guatemala no existían… era un invento conservador). En este sentido Tiempos recios ¿entiende la historia en una relación de challenge – standing reserve para la repetición de lo mismo? Por lo tanto, ¿atestigua esta novela la muerte y fin de la novela? Ya no explora nuevas dimensiones del ser sino repite lo que todos repiten, es más lo que todos deben repetir, tal cual Kundera describe como el fin de la novela.

Jacobo Árbenz es descrito en la novela, como un personaje con carácter pero noble, decidido pero jamás imprudente. Una característica sobresale, en muy pocos momentos de la novela se puede presumir que Árbenz está actuando en interés personal sobre los intereses de los guatemaltecos y sobre todo de los desposeídos. Vargas Llosa parece hablar de un ser desposeído de todo interés personal, un político que escapa a la lógica de Public Choice, y que nos hace pensar en Politics with Romance.

“What Orwell [Vargas Llosa] tells us could have been said just as well (or even much better) in essay or pamphlet”3. La historia cuando se utiliza para expresar una ideología totalizante (y cae en una lógica tipo Gestell) la novela cesa de mantener el mundo de la vida, vivo. No está investigando nuevas dimensiones del ser.

Vargas Llosa se preocupa más de la United Fruit Company que, por ejemplo, quizá entender como los latinoamericanos pueden vivir la vinculación a la ideología dominante del mundo actual (political correctness, or just modern left) a través de un parricidio. Los padres de Jacobo Árbenz, y María Cristina Vilanova, ambos, el primero como capataz, y el segundo como terrateniente ejercían la tiranía contra las masas desposeídas. Explorar esa noción latinoamericana de la izquierda a través del parricidio, probablemente dejaría más atención al ser, que a la mentalidad anti-capitalista. Vargas Llosa nunca menciona que luego de caída la United Fruit Company, los ciudadanos guatemaltecos (cualesquiera campesinos o clase media) jamás disfrutaron (hasta el día de hoy) de un servicio de tren para visitar a su señor de Esquipulas.

“La consciente e inteligente manipulación de los hábitos organizados y las opiniones de las masas es un elemento importante de la sociedad democrática”4. De esta forma (citando un libro del consultor de la United Fruit Company) define Vargas Llosa la propaganda. Según él, (y sobre todo al final del libro, en El Después) la United Fruit desató la ira del gobierno norteamericano, eso sí, bien hecho en mi opinión, criticando el Crony Capitalism. Ese mal perverso de utilizar los medios materiales y coercitivos del Estado para beneficiar a grupos organizados en los diferentes países. En eso no se equivoca Vargas Llosa existió y existe en Estados Unidos y Guatemala. Pero, pudo escribir un ensayo con otro tipo de evidencia más allá de sus propias creencias. En lugar de una novela tipo, casi panfleto.

¿El fin de la novela? Kundera dice: But aren´t hundreds and thousands of novels published in huge editions and widely read in Communist Russia? Certainly; but these novels add nothing to the conquest of being. They discover no new segment of existence they only confirm what has already been said; furthermore: in confirming what everyone says (what everyone must say) they fulfill their purpose, their glory, their usefulness to that society”5. ¿Acaso no es lo que hace Vargas Llosa en esta novela? El sentimiento anti – Trump y antiimperialista que tiene que repetirse en Latinoamérica, se ha apoderado de todo el mundo, hasta de la iglesia católica6. Francisco clama contra la propiedad privada en su encíclica de 2015 Laudato si’.

Hoy todos deben ser personas con sensibilidad ecológica, antiimperialista (ejemplarizada en Trump) Vargas Llosa se suma a más de lo mismo.

DESPUÉS

“The novel spirit is the spirit of complexity. Every novel says to the reader. Things are not as simple as you think”7. Vargas Llosa dice (fuera de la Novela, pero para dar cierto sentido a su novela: “fue una gran torpeza de Estados Unidos preparar ese golpe militar contra Árbenz poniendo de testaferro al coronel Castillo Armas a la cabeza de la conspiración. El triunfo que obtuvieron fue pasajero, inútil y contraproducente. Hizo recrudecer el antinorteamericanismo en toda América Latina y fortaleció a los partidos marxistas, trotkistas y fidelistas. Y sirvió para radicalizar y empujar hacia el comunismo al Movimiento 26 de Julio de Fidel Castro”8.

¿Se puede interpretar a Vargas Llosa como que Fidel era un Árbenz?, ¿o al revés? En fin, esta novela pudo ser un panfleto, o un ensayo con mejor evidencia que las propias creencias del autor. Este último párrafo trata de asegurar todo lo dicho. No dice nada nuevo que no dijera y repitiera hasta el cansancio mi profesor de historia del colegio. La novela si no inspecciona modalidades diferentes del ser, es propaganda. En este caso propaganda ¿anti-Trump?

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