La autora mexicana Laura Esquivel, derecha, y el ilustrador mexicano Jordi Castells. Foto la hora: Berenice Bautista/AP.

Por BERENICE BAUTISTA
CIUDAD DE MÉXICO
Agencia (AP)

La escritora mexicana Laura Esquivel imaginó su novela “A Lupita le gustaba planchar” como un diagrama visual y por eso le pidió a su sobrino, Jordi Castells, que le ayudara a dibujar a los personajes de esta historia de suspenso sobre una policía testigo del asesinato de un funcionario.

Esquivel publicó la novela sin ilustraciones en 2014, pero no abandonó la idea de verla traducida a imagen. Ahora, cinco años después de la edición original, presenta su historia como novela gráfica.

Algunos pasajes se abreviaron o se retiraron. Otros elementos, como las emociones de Lupita, se intensificaron gracias a los dibujos de Castells.

Además de planchar, a Lupita le gusta analizar qué tipo de ropa interior lleva la gente, tomar alcohol y bailar, pero también vive con el recuerdo de un pasado doloroso como víctima de abuso sexual, lo que la lleva a tener una necesidad de sanar. Esquivel entiende su historia como una batalla entre la luz y la oscuridad.

“Ella, tratando de escapar de esta conciencia, cae en el alcoholismo, en las drogas, y eso no hace más que agudizar su problema. Es una mujer que está enojada… y que también reacciona de repente violentamente, pero eso no la alivia”, dijo Esquivel. “Es finalmente hasta que ella es capaz de hacer todo un trabajo interno y es, a través de otras mujeres en una comunidad indígena, que ella recupera el contacto con una tradición milenaria y se le abre un mundo de sanación”.

Esquivel cuyas populares historias como “Como agua para chocolate”, “El diario de Tita” y “Mi negro pasado” se caracterizan por tener protagonistas femeninas, no se identifica como feminista. Dice que en cambio le gustaría ver una unión entre hombres y mujeres para solucionar problemas globales.

Castells, de 36 años, nació en la Ciudad de México, pero ha vivido entre México y Estados Unidos. Estudió diseño gráfico y además de ilustrar varios libros ha desarrollado proyectos cinematográficos con su productora.

En una entrevista reciente a propósito de la publicación del título dijo que la adaptación gráfica permite vivir una experiencia totalmente diferente “y si leen primero ésta pueden leer después la otra para comparar”.

Llaman especialmente la atención recuadros sobre la cultura prehispánica inspirados en códices que se intercalan con la historia de Lupita, situada en la actualidad. Previamente Castells había colaborado en la novela “Malinche” (2006) de Esquivel, en la que también involucraron códices.

En los años desde la primera edición de “A Lupita le gustaba planchar” la violencia en México, que también envuelve a Lupita, no ha mostrado tregua.

Esquivel confía que como Lupita comenzó a sanar, México logre hacerlo también: “Ella tuvo que hacer ese trabajo interno y nosotros lo tenemos que hacer también”.

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