Gustavo Bracamonte
Poeta

12

Te veo país con el hambre de animal
que fenece paulatinamente
a la orilla de la carretera,
animal sucio, cancerado,
ojos embreñados
como dos semillas secas
incrustadas en la muerte,
con la cabeza aplastada
bajo los pasos de los transeúntes
y el pelmazo del otro
que se divierte con milicianos rudos.
Te veo país como un sabroso pan
repartido entre unos
y condenando a otros
a la harina vacía de mundo.

16

Dispongo de una alegría
de canario prisionero,
canto viral,
a pedazo de hoja seca,
a plumas sueltas,
canto de onda metálica
con memoria infinita
que fríamente repite
“te quiero”, “te quiero”
con sus circuitos moviendo
pedacitos de garganta
cuya caja de herramientas
dispone de sonidos
que se activan
con la respiración.
Y mi alegría
se torna en una articulación
de relucientes piezas de oro
en la boca del mutismo.
Mañana, en mi memoria,
el canario será sustituido
por una impronta imperfecta
con la duración
de la inteligencia artificial,
cantará con sutileza,
los altibajos de la imaginación
arriesgándose a confundirse
con el ruido del sol al caer
sobre la masa gris de la tarde.

18

Hola hermano mono,
me dice Darwin,
te saldrán alas para volar
con el pensamiento ataviado
de un ser superior a dios
y a las criaturas que reptan
por la geopolítica,
serás mayor que los gorilas
que se arman
para sostenerse en el poder
hasta que la muerte
los devore con todo y sus fusiles.
Feliz evolución hermano mono,
hoy te rebelarás contra tu especie,
acabarás con ella,
serás el dios de las cenizas
y de la muerte de odios financieros,
nada detendrá
tu más preciada evolución bestial
ni siquiera una monada caricaturesca.
Darwin quedó como Darwin
y yo, monogustavopoetaurbano.

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