Vicente Antonio Vásquez Bonilla
Escritor

Antes que escritor, mi amigo.
Sin embargo, cuando conocí su obra literaria, mi admiración por él, creció. Fue autor de varias obras, entre las que se pueden mencionar, las muy ya conocidas: “El Valle de la Culebra”, “La Llama del Retorno”, “Ofensiva Final” y “Avatar”, las cuales integró en su última publicación, a la que llamó con el novedoso título de: “Novelario”.

Carlos escribió con el corazón, sirviéndole de base la experiencia personal, su formación profesional y la imaginación creadora.

Hablar de su obra total, es una tarea que involucra la investigación, el conocimiento literario y gramatical entre otras cosas. Que esta tarea quede para los críticos literarios y para los profesionales del conocimiento lingüístico. Y muchos, lo han hecho ya, con justicias y amplio conocimiento de su obra.

Yo solo quiero hacer notar, que las bases de su labor literaria parten: a) de su experiencia personal, como guatemalteco conocedor de la historia pasada de su país y de la que se desarrolló durante su vida personal; b) de su gusto y conocimiento literario para darle rienda suelta a la escritura y luego, c) de su imaginación creadora y muchas cosas más que suelen estar en el interior del escritor y que sólo él conoce.

A todo le puso corazón, a los actos de su vida que le dieron la experiencia, tales como su etapa de emigrante, el desarrollo de su profesión de antropólogo, el involucramiento en las artes populares de nuestra Guatemala, como los bailes tradicionales, en su estudio y acción. Su fase de maestro universitario, su entrega a las organizaciones artísticas literarias y muchas facetas más que adornaron su fructífera vida.

Estas humildes letras sirven para recordar al amigo que siempre estuvo dispuesto a apoyarme con sus consejos y con la acción y entrega necesaria para el logro de mis pequeñas metas.

El estudio profundo de su obra como escritor y de su carrera profesional queda, como ya lo dije, para eruditos en esas materias y agotar sus contenidos no es tarea fácil por su extensión y riqueza. Amigo Cargadoraso y Bailador, sólo no precediste en el viaje sin retorno, ya te alcanzaremos, solo es cuestión de tiempo, mientras tanto te recordaremos con cariño y admiración.

Chente.

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