Por Ana Lázaro Verde
Madrid
Agencia (dpa)

Como buena aficionada a la vela, la reina emérita Sofía ha sabido navegar contra viento y marea en los tiempos más difíciles para la monarquía española y para su matrimonio con Juan Carlos de Borbón. Ahora, tras años de tormentas, llegan vientos favorables en su 80 cumpleaños, que celebrará este viernes con un concierto en su honor y una fiesta en familia.

El rey emérito la acompañará ese día al recital que ofrecerá la orquesta de la Escuela Superior de Música Reina Sofía pese a que la relación entre ambos es prácticamente nula. Aunque la casa real nunca lo ha confirmado, su separación «de facto» es un secreto a voces.

Sofía salió reforzada de los escándalos que rodearon a Juan Carlos I durante los últimos años de su reinado (1975-2014) y, desde hace tiempo, la reina emérita es uno de los miembros más valorados de la realeza española junto a su hijo, el rey Felipe.

De ella se destaca su prudencia, su saber estar, su amor por la cultura y por los animales (es vegetariana) y, sobre todo, su apoyo incondicional a sus hijos, incluso en los peores momentos.

Lo demostró cuando estalló el escándalo de corrupción que llevó el pasado mes de junio a prisión a su yerno, esposo de la infanta Cristina. Durante la instrucción judicial del caso y el mediático juicio, en el que Cristina estuvo sentada en el banquillo de los acusados, Sofía fue la única que siguió al lado de su hija.

Aunque las aguas vuelven poco a poco a su cauce, los últimos meses no han sido fáciles para la reina emérita y la familia real.

A la entrada de Iñaki Urdangarin en la cárcel se suma la crisis en Cataluña, donde los partidos independentistas reprobaron a Felipe VI y pidieron la abolición de la monarquía.

Al margen de la política, también tuvo gran repercusión el famoso «desencuentro entre reinas» del pasado abril, un incidente que Sofía protagonizó junto a la reina Letizia, quien trató de impedir una fotografía de su suegra con sus dos nietas a la salida de la misa de Pascua en la catedral de Palma, donde los fotógrafos esperaban el tradicional posado de la familia real.

Una vez más, Sofía salió mejor parada que Letizia, quien fue objetivo de bromas en las redes sociales y de abucheos en la calle.

«¿Es esto verdad?», llegó a preguntarse en Twitter Marie Chantal, esposa del príncipe Pablo de Grecia. «Ninguna abuela merece ese tipo de tratamiento».

La reina emérita siempre ha mostrado pasión por la ciencia, la cultura y los viajes. Lo avala su presencia, año tras año, en la ceremonia de entrega de los premios Príncipe de Asturias, los llamados «Nobel españoles», donde fue ovacionada hace unos días.

También por su labor al frente de la fundación que lleva su nombre, creada en 1977 con un pequeño capital que ella misma aportó y con la que desde entonces se han puesto en marcha más de un centenar de proyectos solidarios en todo el mundo.

Su más reciente objetivo es «limpiar el mar de basura y ayudar a los animales marinos», según reveló a un grupo de periodistas en la entrega de los Princesa de Asturias. La propia reina emérita acompañó hace unos días a un grupo de voluntarios a limpiar de basura las playas de la isla de Menorca y navegó en un barco científico.

Sofía quiere seguir en activo. Primogénita de los reyes Pablo I y Federica de Grecia, nació un 2 de noviembre de 1938 mientras España se desangraba en plena guerra civil. Pocos podrían imaginar entonces que aquella niña se convertiría en una de las protagonistas del final de la dictadura que arrancó en España un año después.

Su boda en 1962 con el entonces príncipe Juan Carlos le llevó a convertirse en reina de España en 1975 y a asumir la responsabilidad de devolver la monarquía al país después de más de cuarenta años.

Desde entonces, su figura ha representado la sensatez, la elegancia y la solidaridad, una imagen que se vio reforzada en los últimos años a raíz de los escándalos que salpicaron a su marido.

La participación de Juan Carlos I en plena crisis económica en España en una cacería de elefantes en Botsuana, donde fue fotografiado junto a su «amiga entrañable» Corinna zu Sayn Wittgestein, fue uno de los hitos que hundieron su imagen y avergonzaron a la reina.

Sin embargo, Sofía tampoco ha estado libre de polémica. En 2008, unas controvertidas declaraciones recogidas por Urbano en el libro «La Reina, muy de cerca» empañaron su 70 cumpleaños.

Colectivos de homosexuales y partidos de izquierda criticaron entonces las palabras de la reina, que se mostró reacia a llamar «matrimonio» a la unión de dos personas del mismo sexo y se posicionó en contra del aborto.

No somos de piedra. Hacerse el sordo cuesta. Callarse cuesta. Todos tenemos nuestro amor propio. Pero hay que tragarse el sapo: recibir, saludar, sonreír ‘qué tal’, como si nada. Peor sería que te sacaran de tu sitio.
Reina Sofía.

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