Miguel Flores Castellanos
Doctor en Artes y Letras

La gestión cultural, que es una disciplina que empieza a cobrar auge en Guatemala, tuvo como pionero y patriarca a Tasso Hadjidodou en la Alianza Francesa y más tarde a Ángel Arturo González en la Fundación Paiz. Ellos y otros cercanos amigos se dieron a la tarea de estructurar programas que hicieron exitosas sus actividades y brindaron el crecimiento de diferentes disciplinas del arte en ámbitos como el IGA, el Patronato de Bellas Artes y otros.

Esta disciplina nace casi paralelamente con la del curador. Juntos iniciaron la dinámica profesional en el trabajo con la cultura. El terremoto de 1976 fue el momento en que se tomó conciencia de la riqueza cultural y de qué hacer con él en el futuro, en ese momento el gestor cultural entró en acción. Como lo indican numerosos textos sobre el tema, la cultura no es una abstracción, la podemos ver en manifestaciones concretas, posibles de orientar por caminos que puedan redundar en beneficios para una comunidad y no solo como una distracción para algunos entendidos y las élites que la ven como un adorno curricular. Para eso existen las políticas culturales. En Guatemala no se ha tomado total conciencia del valor estratégico de la cultura como un difusor de estándares simbólicos y comunicativos. Tampoco como aglutinante de una sociedad con múltiples identidades colectivas.

Fue hasta hace poco cuando pudo visualizarse el impacto económico de la Semana Santa (un hecho netamente cultural) en La Antigua Guatemala, que no fue nada despreciable. La gestión cultural (no vinculada a la politiquería) redunda en la autoestima e imagen positiva de las personas y los territorios. Este país posee un gran legado cultural que se está perdiendo y que es urgente preservarlo para futuras generaciones.

La falta de una política cultural da resultados como Zunil, un poblado con una arquitectura característica de una época que se perdió, hoy es gris, más parecido a un barrio marginal que a un poblado señorial de la era colonial. ¿Cómo es posible el actual estado de conservación de ciudades con toque medieval de Europa?…

Las Casas de la Cultura del país deberán entrar en la era de internet, son el germen de algo que podría llegar a visualizar poblados ahora en el olvido, siempre y cuando se dé paso a las nuevas generaciones, que cuenten con gestores culturales eficientes y preparados y no vinculados a la política o a satisfacer egos personales. Pero también es necesario que las municipalidades puedan tener una orientación en materia cultural, que se sacudan viejos esquemas en que ven la cultura con una visión restringida de las actividades culturales y artísticas.

Habrá que asumir una concepción más amplia, como el universo simbólico compartido por las personas de una comunidad. Cada vez más se ve la necesidad de gestores culturales por todo el país. La cultura sufre los embates de la globalización y se está de manos cruzadas. México en un momento de su historia vinculó a los maestros como gestores culturales, debido a la política, fracasó, pero la idea fue bien planteada.

Ahora, la gestión cultural forma parte de algunos pénsum de Ciencias de la Comunicación, una carrera con la que tiene vínculos, estos nuevos profesionales cuentan con importantes herramientas en especial las audiovisuales y digitales, que podrán modificar el panorama de la gestión de los programas culturales en diferentes formatos. Revistas digitales, blogs, transmisiones en directo con un teléfono, son nuevas formas de vivir la cultura. Como en otros países pronto veremos nuevas formas de consumo de la cultura nacional. Ya lo hacemos con otras culturas con un canal como YouTube.

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