Por Axel Botur y Elena Box
Los Ángeles
Agencia (dpa)
Si durante las galas de los Globos de Oro y los BAFTA las alfombras rojas se tiñeron de negro como simbólica respuesta al movimiento #MeToo, en la gala de los Óscar volvió el colorido, capitaneado por el blanco y el rojo. A continuación, un repaso a los mejores y peores modelos de la alfombra roja:
– A sus 80 años, la ganadora de los Óscar Jane Fonda fue una de las más aclamadas de la noche al derrochar elegancia con un vestido largo en blanco de Olivier Rousteing para Balmain, de corte recto, marcadas hombreras y un original escote. Lo combinó con un bolso a juego con detalles plateados, al igual que sus sandalias, sin olvidar el pin de la campaña «Time’sUp» (se acabó).
– La estadounidense Allison Janney, que más tarde levantaría el Óscar a la Mejor Actriz de Reparto por «Yo, Tonya», también figura en el top de las más elegantes de la velada gracias a un escotado diseño en rojo de la libanesa Reem Acra, con bolso a juego y collar de perlas. Y de rojo lució también la actriz más nominada de la historia, Meryl Streep, con un diseño de Christian Dior alta costura de escote triangular y fino cinturón.
– Lo que no cuajó fue la combinación blanco-rojo que eligió la actriz estadounidense Blanca Blanco: si en los Globos de Oro fue una de las más criticadas por saltarse el «dress code», esta vez tampoco acertó con un diseño escotadísimo y con una amplia apertura en la falda. El año pasado, su nombre ya se escuchó -y no por méritos cinematográficos- cuando llegó a los Óscar vestida de amarillo y, al parecer, sin ropa interior.
– La mexicana Salma Hayek no suele figurar tampoco en la lista de mejor vestidas, y estos Óscar no fueron la excepción: eligió para la ocasión un vestido de Gucci en tono lila que, con sus lentejuelas (paillettes) y adornos de pedrería resultaba demasiado recargado. Las bromas en Twitter no se hicieron esperar, con usuarios que compararon su look con el de una «lámpara victoriana» o unas cortinas.
– Frente al habitual negro de los esmoquin masculinos, el joven protagonista de «Call Me By Your Name», Timothée Chalamet, demostró por qué se está convirtiendo en todo un icono de estilo al elegir un look con pajarita totalmente en blanco. Su compañero en el filme, Armie Hammer, también deslumbró al optar por un diseño en terciopelo granate con pajarita negra, mientras que el veterano guionista James Ivory, que levantó el Óscar al Mejor Guión Adaptado, lució en su camisa el rostro de Chalamet.
– No obstante, para original -algo que no siempre es positivo-, el patinador olímpico Adam Rippon: icono de la comunidad LGBT, eligió un esmoquin deconstruido firmado por Jeremy Scott para Moschino con arneses de cuero. Para completar un look que acaparó todas las miradas, lució unos mocasines negros sin calcetines.
– No se quedó atrás la veterana cineasta belga Agnès Varda, a quien la Academia entregó en esta edición el Óscar de Honor. A sus 89 años, la «abuela de la Nouvelle Vague» eligió un modelo de Gucci aclamado y criticado a partes iguales, pero a todas luces arriesgado: camisa, túnica y pantalón que combinaba un estampado floral con rayas rojas y azules en los bordes, a juego con su cabello blanco teñido -a la mitad- de burdeos.
– También de pantalón, aunque nada que ver con el modelo de Varda, apareció Emma Stone, que el año pasado se coronó como Mejor Actriz por «La La Land». Esta vez acudió al Dolby Theatre con un diseño de Louis Vuitton compuesto por chaqueta roja satinada, fajín rosa fucsia y unos pantalones pitillo en color azul marino. Y demostró, con ello, que se puede brillar en una alfombra roja sin necesidad de vestido.
– El toque nostálgico de la velada lo puso la estrella puertorriqueña Rita Moreno, que 56 años después de conquistar el Óscar por su papel de reparto en el musical «West Side Story» subió al escenario luciendo exactamente el mismo modelo de estampado floral en negro y dorado, pero actualizándolo. Así, cambió el escote halter por otro con forma de corazón y adornó su cabello corto con una banda.
