Todavía no se ha conseguido ofrecer una explicación satisfactoria a la combinación de personajes que aparece en la obra maestra de Botticelli (1478), un cuadro que, curiosamente, se lee de derecha a izquierda. A la derecha, Céfiro, el dios del viento del oeste, persigue a Cloris. Al atraparla, ésta exhala flores y se convierte en Flora, la diosa de la primavera, que esparce por el suelo las flores de su vestido bordado. En el centro, Venus hace gestos a las tres Gracias, que bailan en un círculo eterno. En el extremo izquierdo, Mercurio molesta a una nube con su caduceo. Cupido vuela sobre el arco que rodea la figura central, sugiriendo que probablemente el tema central de la obra sea el amor. Las flores y el bosque fueron pintados para imitar un tapiz, que era sin duda el tipo de decoración mural más costoso.

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