Odilon Redon
(1840 – 1916)

Al principio de su carrera, Redon pintó casi de forma exclusiva en blanco y negro, creando inquietantes imágenes fruto de su imaginación. Fue adoptado por los poetas simbolistas, y los surrealistas lo consideraban uno de los precursores de su movimiento. Hacia 1890 empezó a trabajar con el color, pintando decorativas mamparas, pinturas florales y retratos. Sentía especial predilección por la pintura al pastel, que tiene cualidades similares a las del carbón, pero que da lugar a un color vibrante.

El éxito que le proporcionaron estas obras le llevó a empezar a representar escenas de la mitología clásica; muchos de sus cuadros ilustran la historia de Apolo y Pitón (el símbolo del mal). Redon admiraba la versión de Delacroix de la escena pintada en el techo de la Galería de Apolo en el Louvre, en esta imagen (h. 1905-1916), tomó prestada de Delacroix la idea de un carro empujado por un grupo de caballos elevándose a los cielos que él mismo describió como “la alegría de la luz del día en contraste con la tristeza de la noche y las sombras, como la felicidad de sentirse mejor después de un gran dolor”. Para Redon, el mito representaba no sólo el triunfo del bien sobre el mal y del día sobre la noche, sino del espíritu creativo sobre la materia.

Con información del libro de:
Sarah Carr-Gomm. Historia del arte. El lenguaje secreto de los símbolos y las figuras de la pintura universal. Ed. Blume. Barcelona, 2009. Pág. 18.

 

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