Juan Ramón Jiménez es uno de los poetas fundamentales de la Generación del 27. Nació en Moguer, un pueblo de la provincia de Huelva (España), el 23 de diciembre de 1881 y falleció en Puerto Rico en 1958, mientras se preparaba para su regreso a España. Se le considera un incuestionable maestro de la lírica de principios del siglo XX; autores como Federico García Lorca o Alejandra Pizarnik, lo consideraron primordial para su obra.

Entre sus libros más conocidos están: «Platero y yo», «Las hojas verdes» y «Animal de fondo».

Yo no soy yo

Yo no soy yo.
Soy este
que va a mi lado sin yo verlo,
que, a veces, voy a ver,
y que, a veces olvido.
El que calla, sereno, cuando hablo,
el que perdona, dulce, cuando odio,
el que pasea por donde no estoy,
el que quedará en pie cuando yo muera.

A Dios en primavera
Señor, matadme, si queréis.
(Pero, Señor, ¡no me matéis!)

Señor Dios, por el sol sonoro,
por la mariposa de oro,
por la rosa con el lucero,
los corretines del sendero,
por el pecho del ruiseñor,
por los naranjales en flor,
por la perlería del río,
por el lento pinar umbrío,
por los recientes labios rojos
de ella y por sus grandes ojos…

¡Señor, Señor, no me matéis!
(…Pero matadme, si queréis)

Agua mujer
¿Qué me copiaste en ti,
que cuando falta en mí
la imagen de la cima,
corro a mirarme en ti?

Ahogada
¡Su desnudez y el mar!
Ya están, plenos, lo igual
con lo igual.

La esperaba,
desde siglos el agua,
para poner su cuerpo
solo en su trono inmenso.

Y ha sido aquí en Iberia.
La suave playa céltica
se la dio, cual jugando,
a la ola del verano.

(Así va la sonrisa
¡amor! a la alegría)

¡Sabedlo, marineros:
de nuevo es reina Venus!

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