Miguel Flores

La estética es definida por algunos autores de una manera amplia, como el estudio de las experiencias estéticas y juicios estéticos en general, y no solo relativos a la belleza. Cuando se emiten adjetivos como bello, feo o elegante se hacen juicios estéticos, que a su vez expresan experiencias estéticas. La estética estudia esta experiencia y juicio, de su naturaleza y de los principios comunes. La estética en manos de una persona sirve para marcar distinción.

Algo común en los políticos es su falta de conocimiento estético, por mucha alcurnia o poder económico que tengan. Un ejemplo de esto es la hoy famosa casa de Manuel Baldizón. Las fotografías que la prensa ha circulado nos muestran una verdad que estaba oculta o camuflada. El ingreso a residenciales Praga permite llegar hasta la residencia llamada “Casa Praga”.

A Baldizón debió impresionar esa ciudad de tal manera que se apropia de uno de los leones de su escudo. Esa vivienda de un solo nivel, en una gran extensión de terreno, quiso emular emplazamientos palaciegos que, en los verdaderos palacios, son jardines elaborados o un pequeño bosque. Sabe Dios, cuántos árboles fueron talados en ese espacio que tal vez en un momento fue boscoso, hoy parece un enorme campo de futbol.

El recorrido desde la puerta de ingreso a la propiedad, hasta la puerta principal de la vivienda, actúa como un prologado recorrido. El lapso en llegar al pórtico de entrada agrega solemnidad al espacio de habitación, es un preámbulo que exhibe las tierras del propietario.

La prensa ha difundido pocas fotografías de los interiores, dentro de estas destaca la sala, que está dividida en cuatro ambientes, conformados por un sofá y dos sillones tipo trono, las telas son doradas y los muebles muestran veteados del mismo color, es una imitación chapina actual del barroco, cuyos maestros son los artesanos de San Juan Sacatepéquez y La Antigua Guatemala. No hay alfombras, los muebles descansan sobre el frío piso, al parecer de granito.

El blanco de sus muros sirve de sostén a un gran televisor plano. El arte que se deja entrever parece ser pintura popular guatemalteca colocada a una altura mayor de lo normal, algo común en las personas que no saben la colocación de una obra de arte, incluso se pueden ver cuadros sobre los dinteles de una de las puertas.

La casa muestra falta de diseño, y esto se hace evidente en las ventanas del fondo, cuatro para ser exactos, todas cubiertas por cortinas estilo imperial, nombre que los fabricantes locales han dado en llamar a estas cortinas drapeadas, y, claro el color tuvo que ser dorado. Lo que resalta son dos lámparas que imitan candelabros palaciegos, pero con bombillas, dignos de una velación de Semana Santa antigüeña. Se completa la estancia con una lámpara “colonial” de hierro negro, con pantallas de lámparas de aceite.

Se está ante un ejemplo de una peculiar estética, de alguien con suficiente dinero para hacer realidad su sueño y sus verdaderas intenciones, ejercer el poder. La decoración de la “Casa Praga”, se queda en un simulacro distópico. Pero lo más lamentable es poder constatar su pensamiento obsoleto, trasnochado, ultraconservador de su propietario.

El Estado de Guatemala emite discursos estéticos cuando brinda conferencias de prensa, presentaciones públicas, y publicaciones. Es común ver hoy la falta de esta percepción estética en la acción de los gobernantes y sus allegados.

En las primeras conferencias de prensa del actual gobernante fue posible ver los interiores de Casa Presidencial, ocultos a la vista del común de los mortales. Uno de los salones, con espejos, muestra de la decoración neoclásica del gusto de Ubico, el primero en habitar la Casa Presidencial, espejos biselados, marcos sobredorados, dignos de colección.

Hoy en día las conferencias de prensa, tanto en la casa del Presidente, como en el Palacio Nacional (que sigue no siendo de la Cultura), los espacios quedan anulados por los banners vinílicos. Los ministerios y entidades gubernamentales tienen sus mantas de grandes dimensiones para, según ellos, decorar el acto, es decir agregar belleza, pero no lo logran.

Los elementos estéticos, tanto del Palacio Nacional como de la Casa Presidencial, fueron diseñados para ser soporte de esos actos protocolarios y representan el espíritu de una época, al taparlos están negando parte de la historia.

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