Madrid
Agencia (dpa)
A la espera del proyecto de rehabilitación que lidera Norman Foster, el artista chino Cai Guo-Qiang se ha instalado en el Salón de Reinos del Museo del Prado para desde allí crear las obras que la pinacoteca madrileña mostrará en la exposición «El espíritu de la pintura».
La primera de ellas, «Day and Night in Toledo», pudo ser contemplada hoy por un reducido grupo de periodistas, a los que el artista conocido internacionalmente por sus pinturas de pólvora y eventos de pirotecnia al aire libre explicó de dónde viene su pasión por este material.
Y es que según contó, cuando la pólvora se inventó en China, no estaba destinada a la guerra, «sino a la búsqueda de una medicina» para la vida eterna. Eso, precisamente, es lo que él persigue con sus creaciones, para las que por primera vez utilizará pólvora procedente de Valencia.
La residencia artística de Cao (Quanzhou, 1957) culminará el próximo 23 de octubre con la creación de «El espíritu de la pintura», una pintura de escala monumental (aproximadamente 18 metros de largo) que podrá contemplarse junto a las obras restantes en la exposición homónima que abre sus puertas el 25 de octubre en la sala C del edificio Jerónimos.
Partiendo de su admiración por El Greco y el estudio, durante los dos últimos años, de la colección del Prado, Cai pretende reivindicar las cualidades que definen el espíritu de la pintura: la sensibilidad del artista, sus aptitudes artesanales y la sensación de aventura que supone trabajar sobre un lienzo en blanco, explican desde el museo.
Así, en un diálogo con los grandes maestros que alberga la pinacoteca como Tiziano, Velázquez, Rubens o Goya, Cao tratará de difuminar los límites entre Oriente y Occidente convergiendo en el tiempo en una exploración espiritual de la pintura. Su proceso creativo está siendo recogido en un documental desde la mirada de la cineasta española Isabel Coixet («La vida secreta de las palabras»).
