Oberhausen (Alemania)
Agencia (dpa)
Las narices colosales, las jirafas y la paleta colorida que conforman el particular universo del humor del dibujante argentino Guillermo Mordillo podrán contemplarse a partir de este domingo en la ciudad alemana de Oberhausen, en el centro-oeste del país.
La muestra «El muy optimista pesimista» exhibirá hasta principios del próximo año más de 150 dibujos originales que el creador latinoamericano ha ido elaborando durante décadas. A sus 85 años recién cumplidos, Mordillo sigue esforzándose por dar lustre a su principal objetivo: «hacer humor para no llorar».
«Él ve el mundo con humor. Es su forma de hacer frente a muchas amenazas», señala Christine Vogt, directora de la Galería Ludwig de Orberhausen que organiza la exposición.
Esta no será la primera vez que Mordillo desembarque con sus dibujos en Alemania. Su obra fue expuesta en los últimos años en el país, así como en los estados vecinos de Austria y Suiza.
De hecho, su humor mudo dio la vuelta al mundo y lo convirtió en una de las máximas personalidades del humor gráfico internacional. Las múltiples interpretaciones que pueden darse a sus viñetas le permitieron llegar a públicos tan disímiles como el alemán, el chino y el japonés. Y las narices gordas le permitieron armar personajes «que no fuesen ni muy masculinos ni muy femeninos».
Mordillo asegura que en su obra hay mucha influencia del burlesco del cine mudo, Buster Keaton y Charles Chaplin.
El dibujante nació el 4 de agosto de 1932 en Buenos Aires. A los 23 años recibió una invitación para ir a Perú y dejó Argentina pensando en estar fuera un año, que se convirtieron ya en 62. Nunca volvió a residir en su patria, que visita cada año. Desde entonces vivió en Lima, París, Mallorca, Ginebra, Zúrich y hoy reparte sus días entre Mallorca y Mónaco.
En la actualidad, lejos de pensar en retirarse, trabaja en el proyecto del largometraje «Crazy Island, inspired by Mordillo» y en una serie de televisión, a cargo de una productora europea.
