Por Oscar Iván Maldonado

A más de un año de la exposición Guatemala se re(v)bela (Alianza Francesa de Guatemala, marzo 2016), el fotógrafo Daniel Hernández-Salazar continúa el proyecto que inició en el ambiente de protesta del país de mediados de 2015.

_CUL23_1BEn su propuesta, desafiante en fondo y forma, Hernández-Salazar propone retratar a todas aquellas personas que responden a su convocatoria abierta en dos tomas: una vestidos, la otra, desnudos. Con esto, busca retar los estereotipos, prejuicios y temores que nos impone una sociedad conservadora y machista respecto a nuestros cuerpos, los cuales poco tienen que ver con las aspiraciones de estima, tolerancia y libertad que compartimos muchos de nosotros. Siguiendo los mismos propósitos, Xela se re(v)bela se suma a lo que parece ahora convertirse en una larga serie de propuestas similares que el artista continuará desarrollando en otras ciudades del país y allende nuestras fronteras.

El desnudo es uno de los temas privilegiados de Hernández-Salazar y ha sido recurrente en casi todas sus series y exposiciones, desde Epifanía (Guatemala, 1989), hasta Memento vitae, Memento mori (Amberes, 2014-15). Fue el eje principal de su muestra Ecce Homo, primera exposición fotográfica de desnudo masculino en Centroamérica (Antigua Guatemala, 1995). Sin embargo, Hernández-Salazar no sólo utiliza el desnudo con fines estéticos, sino también le otorga una fuerte carga política y de denuncia. Su obra más conocida, Esclarecimiento, icono que recuerda los abusos durante la guerra en Guatemala y nuestro pasado inconcluso, presenta cuatro ángeles desnudos.

En Xela se re(v)bela, Hernández-Salazar mantiene la misma postura retadora de la primera nuestra de la serie, la cual caracteriza buena parte de su trabajo. Desvincula el desnudo artístico de la concepción del cuerpo ideal -de allí la razón de convocar a ciegas, sin considerar la apariencia física; confronta a una sociedad puritana y conservadora con el uso del desnudo como forma alternativa de expresión y, además, se opone a los estereotipos que desprecian la diversidad, fortalecen las estructuras de poder y fomentan la violencia.

Ni los modelos de ambas series, ni el autor del proyecto, se atreverían a negar que el cuerpo considerado estereotípicamente estético representa un ideal de salud y belleza que la mayoría apreciamos y al que quisiéramos acercarnos. No obstante, muchos comparten con el artista la crítica de convertir al cuerpo ideal en instrumento de poder, sometimiento y discriminación, factores que en definitiva han contribuido a desnaturalizar la desnudez. De allí que los modelos buscaran “sentirse bien dentro de su piel” al posar desnudos, y hayan encontrado en la sesión fotográfica un acto profundamente liberador. “Al quitarme la ropa, me sentí como una mariposa saliendo del capullo”, mencionó una de las participantes.

El interés de los modelos por participar en las sesiones en la Ciudad de Guatemala y Quetzaltenango tuvo matices que marcaron una clara distinción de género. Entre los hombres, las sesiones fotográficas significaron reafirmarse o adquirir confianza en sí mismos con respecto a su cuerpo y aceptarse dentro de una diversidad de tamaños, formas y colores. “Vinimos acá a superar todos nuestros miedos” decía un modelo, mientras que otro argumentaba con igual tino que “finalmente, el cuerpo ideal es más bien la excepción y todos los demás somos la norma”. Las modelos femeninas mostraron una sólida determinación: posar constituyó para ellas un medio para re-apropiarse de sus cuerpos, y les permitió expresar que ellas son las únicas dueñas de su cuerpo y, por ende, las únicas que pueden decidir sobre él. Algunas consideraron la sesión fotográfica como un bálsamo sanador que les devolvía la autoestima y seguridad.

En Xela se re(v)bela, el mensaje político de pertenencia étnica, local y de género fue más manifiesto que en la serie precedente. A través del uso del vestido o de textiles tradicionales -o incluso de la camiseta de equipo de fútbol local, los modelos mostraron su orgullo, identidad y herencia cultural, al mismo tiempo que en su toma al desnudo quisieron dejar manifiesto lo que nos une: “el ser humano, nuestra identidad universal,” como mencionó una participante maya-quiché.

El juego de palabras en se re(v)bela resultó ser muy apropiado no sólo a los propósitos e inquietudes de Hernández-Salazar, sino también a los de las personas que participaron. ReVelarse y ReBelarse se volvieron dos componentes de un binomio indisoluble. Independientemente a cómo cada quien consideró a uno como medio para llegar al otro, la asociación de ambos resulta hacer del proyecto un acto de empoderamiento y liberación, y un canto a la vida… particularmente en este país donde nadie la tiene ganada, como nos lo dice el deceso de dos de las cien personas que han participado en esta muestra.

En Xela se re(v)bela, artista y modelos asumen el propósito compartido de contribuir al cambio social y de construir una sociedad más abierta, tolerante, propositiva y, sobre todo, libre. “Veo mi participación -dijo uno ellos—como el ladrillo con el que contribuyo a construir una sociedad diferente. Algún día, cuando alguien vea mi foto, pensará en mi contribución.”


Asista a la inauguración

La exposición fotográfica se inaugura el sábado 20 de mayo a partir de las 19:00 horas en Casa Noj (7ª. calle, zona 1 de Quetzaltenango) y estará abierta al público hasta el 30 de junio de 2017. Puede visitarse en horarios de 8:00 a 12:00 y de 14:00 a 18: horas. La entrada es libre.

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