Por BERENICE BAUTISTA,
CIUDAD DE MÉXICO
Agencia AP

En un momento en el que la relación entre México y Estados Unidos se ha vuelto mucho más tensa, el presentador Conan O’Brien ha llegado como un emisario de buena voluntad para grabar un especial de su programa.

Lo que más ha disfrutado es el buen humor de la gente, como cuando les mostró una alcancía para pedirles pagar el muro que planea construir el presidente Donald Trump en la frontera con dinero de los mexicanos.

«¿Este programa tendrá bromas sobre Trump? Claro, pero el punto de este episodio es mostrar la belleza y el humor, y la fortaleza y la grandeza de la gente mexicana», dijo O’Brien a propósito del capítulo de «Conan» que estrenará el 1 de marzo a las 10:00 p. m. por TBS en Estados Unidos.

O’Brien les pidió 500 pesos y les dijo que a cambio pondría su nombre en un ladrillo. Fuera de bromas, su postura es muy distinta.

«Me hace sentir mal que la gente en México pueda tener una perspectiva distorsionada», dijo. «Que piensen que todos los estadounidenses están gritando ‘¡construyan el muro!’, cuando creo que en realidad es una minoría».

El presentador también visitó Cuba con su programa, justo después de que el expresidente Barack Obama dijera que regularizaría las relaciones diplomáticas con La Habana.

«Me gusta hacer mi comedia con la gente que vemos con sospechas en Estados Unidos», señaló. «Mi meta es ir con mucha humildad. Creo que es muy importante porque creo que a veces la gente puede pensar que los estadounidenses nos proyectamos como imperialistas y podemos ser unos brabucones».

La idea del viaje a México surgió en enero y la anunciaron casi al mismo tiempo que Trump tuvo una llamada telefónica con el presidente mexicano Enrique Peña Nieto en la que dijo que podría enviar soldados estadounidenses al país para ayudar a acabar con los «bad hombres».

Entre los invitados locales a su programa se destacan el actor Diego Luna y el expresidente Vicente Fox.

«Me parecía justo que alguien que ha estado en el gobierno y tiene una opinión muy fuerte contra el muro pudiera expresarse», dijo sobre el segundo.

Al abordar el tema de la religión en México, O’Brien, quien entre sus múltiples actividades en el país fue padrino de una quinceañera, recordó su educación en el seno de una familia de origen irlandés en un suburbio de Boston.

«Mi madre y mi padre eran muy católicos y nos educaron para ser así, pero irlandés católico, eso es muy diferente de lo que he visto en México», expresó. En México «parece que hay una sensación mayor de disfrutar la vida y a veces en el catolicismo irlandés se trata de no disfrutar la vida mucho a menos de que sea con alcohol», agregó con humor.

En su momento los irlandeses tuvieron sus problemas como inmigrantes en Estados Unidos, como los están teniendo ahora los mexicanos sin documentos para permanecer de manera legal en el país.

«Mi abuela decía que había letreros que decían que ciertos empleos no eran para irlandeses. Ella recordaba que fue maltratada por ser irlandesa católica», afirmó.

O’Brien tiene cinco hermanos y entre todos se turnaban para acompañar a su padre, un científico, en sus múltiples viajes de trabajo. En uno de esos viajes le tocó venir a la Cuidad de México cuando tenía unos 10 años y era un niño pecoso y pelirrojo. Hoy ya no tiene pecas.

«Las señoras mexicanas se me acercaban para tocar mi pelo naranja y se me quedaban viendo, yo me quería morir de la vergüenza», recordó. «Es gracioso porque ahora que he regresado y soy adulto estoy muy contento de que las mujeres mexicanas me quieran tocar».

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