Por Danilo Lara

“Star Wars es un estilo de vida” dijo uno de los miembros adultos de “Yavin IV”, el club de fans chapines de Star Wars, luego de someternos con entusiasmo a 5 (sin paja, 5) ligeramente distintos tráileres de “Rogue One”, incluyendo uno en alemán y otro con subtítulos chinos. Fue para una convención reciente de cómics y lo primero que pensé fue que en algún lugar de la galaxia una esposa fiel seguía acumulando frustraciones sexuales.

O sea, lo entiendo. Todos necesitamos un cacho de escapismo. Odiar la película Batman v Superman, y poder expresar las razones de mi odio hacia ella, ha sido una de las actividades que en este 2016 más me han ayudado a lidiar con los horrores reales del mundo. Además –y esto es algo que nunca había confesado– a veces, mientras me baño, configuro alineaciones del Barsa y efectúo fichajes imaginarios, pues me permite aislar la mente del tortuoso repaso de todas las oportunidades desperdiciadas en mi vida.

Pero, a menos que tu actividad primordial fuera circular entre La Mesilla y Ciudad Cuauhtémoc contrabandeando detergentes mientras viajás con un orangután y abordás a las damas sin respetar su espacio personal, yo no creería que tu estilo de vida pudiera considerarse “Star Wars».

Luego vi Rogue One y yo mismo salí con el corazón echando chispas. “¡De ahora en adelante voy a vivir el estilo de vida Star Wars, muchá!” grité en mi interior. Y por los siguientes días me convertí en un rebelde.

Es lo que te hace esa película. Está confeccionada de manera minuciosa para ello: la historia de una granjera humilde que comienza perdiéndolo todo, siendo rescatada después por los más radicales opositores al régimen, de quienes a su vez se rebela con la fe perdida en la pureza de las revoluciones y un alma despolitizada, solo para recibir el llamado de su pasado y encontrar finalmente, entre los matices y su corazón, la única forma con sentido de revolucionar: la suya propia, culminando en un apoteósico poema visual a la lucha y el sacrificio.

Lo que Rogue One –y en diferentes medidas todas las de la saga–te provee es el espíritu de rebelión. Te abastece de la ideología hacia dónde tenés que canalizar ese espíritu. Así que te deja pensando, “¿Quiénes son los opresores, quién es El Imperio? ¿Es el Gobierno? ¿El Capitalismo? ¿Mi papá? ¿La señorita del Burger King que me dijo que si no quería hielo en mi bebida, de todos modos, me iba a echar menos producto? ¿Son los tiras que me acaban de parar por transportar detergente de contrabando y a un orangután petenero no registrado?”.

De algún modo, es lo que hace a la franquicia tan exitosa, su raíz es mitológica y sus arquetipos tan puros que casi cualquiera puede proyectar su propia lucha, su visión del mundo, en ella.

Por ejemplo, este es un fragmento de un post de Gloria Álvarez puesto en forma de prólogo de Star Wars:

Episodio VII
EL POPULISMO CONTRATACA

Con la caída de este muro debió quedar claro ante toda la humanidad que las predicciones prometidas por Carlos Marx en sus escritos, llevadas a la práctica no trajeron paz sino genocidio y en lugar de bienestar, miseria. Pero en América Latina la ignorancia sobre los errores de otros nos llevaron a seguir experimentando con fórmulas fracasadas.

¡Guau, Glow, ese Marx suena como un auténtico Señor Oscuro de los Sith!

Y este lo modifiqué levemente a partir de un post de los de #JusticiaYa, escrito con similar convicción en la causa y algo de cursilería.

Episodio VII
EL DESPERTAR DE LA PLAZA

Sabían que no sería fácil. Reformas como esa ponen en riesgo los intereses más oscuros. Sin embargo, allí estuvieron y están: nunca más en silencio.

Les vieron a los ojos, hombro con hombro, y sabían que esa primera batalla seguirá y en el encuentro con los demás está su verdadera fuerza.

Seguro que Gloria y el colectivo #JusticiaYa tienen ideas bien diferentes de lo que El Imperio representa y están seguros de que en esa historia ellos serían los buenos, La Rebelión.

Así que si tú, amigo lector, también quieres llevar el “estilo de vida Star Wars”, más que aprenderte datos innecesarios sobre el número de bujías que usa el Halcón Milenario o la consistencia de las heces de un wampa, te sugiero cultivar una conciencia política y el espíritu para impulsar tus ideales. O si no, tengo un primo que consigue orangutanes peteneros… ¡Inbox! 😉

Ahora, si a lo único que te querés REBELAR es a la idea de interactuar con gente en este último fin de semana del año, ahí te van 10 sugerencias de películas que a mí me gustan y están actualmente disponibles en Netflix.

Richard Pryor: En Concierto (1979)
Pryor es de los meros meros de la comedia estadounidense. Chinga con la sociedad, la política, el racismo y los asuntos cotidianos. Si entre tus propósitos para el 2017 está por fin decir algo de lo que todos en la office se rían a la hora del almuerzo (como se ríen de todo lo que dice El Nayo, “ay sí, soy El Nayo y digo cosas chistosas y la gente me quiere”), este es un buen punto de partida.

Purple Rain (1984)
Este año se llevó a un montóooon de gente talentosa (talentosa DE VERDAD, no como vos, El Nayo, que solo sos el chistosito de la oficina). Uno de ellos es Prince. Así que nunca es tarde para apreciarlo con esta obra semi-autobiográfica y con un soundtrack fascinante.

¿Quién engañó a Roger Rabbit? (1988)
Yo aún no sé en dónde voy a estar la noche del 31 de diciembre. Pero lo que sí sé es que, si permanezco en casa, lo que haré es ver Roger Rabbit. Voy a pasarla viendo mientras imagino que el 2016 es el mundo de gente real y la noche es el túnel que conduce al 2017, en donde todos somos caricaturas. Voy a ser una foca con un poncho de Momostenango en el 2017.

Zodiac (2007)
Si siempre te has preguntado qué siente tu perro durante la cuetería del 31, podés ver Zodiac, porque debe sentirse como vivir en la Bahía de San Francisco a finales de los 60, sabiendo que un asesino serial preciso e implacable acechaba las noches veraniegas. Una atmósfera de terror e incertidumbre expresada como solo David Fincher puede hacerlo.

Stardust (2007)
Basada en una novela de Neil Gaiman, esta es una película sobre un hombre atravesando un umbral en busca de una estrella fugaz pa’ regalársela a la chava que le gusta. Tiene elementos fantásticos clásicos y tuists modernos, que es lo que Gaiman mejor combina. Además, Robert De Niro y Michelle Pfeiffer la pasan bomba en cada una de sus escenas. Tengo ganas de volver a ver esta bonita película y eso es señal de que el 2016 no pudo podrir del todo mi corazón.

Bernie (2011)
Yo sé que Jack Black no es garantía de una buena experiencia cinematográfica y que “Bernie” no dice mucho sobre lo qué va a ocurrir. Pero, créanme, esta película de Richard Linklater (Boyhood, Antes del Anochecer y Escuela de Rock) es un excelente estudio de un personaje complejo. De veritas.

Adultos Jóvenes (2011)
Este es un cliché joliwudense: la canche culebra que lo tiene todo, o sea popularidad, belleza, algún talento y un traido hot. Piensen en Regina George de Mean Girls. ¡No, mejor piensen en María Joaquina de Carrusel! ¿Qué pasó en la vida de María Joaquina después del cole? ¿María Joaquina se llegó a sentir sola y fracasada sin la admiración de sus compañeritos y la sensación de poder que experimentaba al despreciar a Cirilo? Ahora imaginen las respuestas a esas preguntas en una historia escrita por Diablo Cody (Juno) e interpretada por la grandiosa Charlize Theron como María Joaquina. Maravilloso.

Cloud Atlas (2012)
Las hermanas Wachowski suelen combinar grandes ideas con ejecuciones entre hermosas y caóticas. En este caso, es un poco de ambas. Pero esta historia, sobre el impacto de hasta los más pequeños actos de bondad, es de las cosas más inspiradoras que se me ocurren para empezar un nuevo año.

Capitán Phillips (2013)
Tiene todo para disfrutarse en familia: suspenso; un barco; eventos de la vida real; al actor preferido de todo papá, Tom Hanks; piratas y oportunidad para que todo papá diga, “Aah, este cuate sí sabe manejar la situación. Les voy a contar brevemente algo que nos pasó una noche, hace años que veníamos con su tío allá por Palín”.

The Nice Guys (“Dos Buenos Tipos”, en español. “Dos Cuates Calidá Vos, Mirá, Palabrita” en guatemalteco de alguien ligeramente ebrio) (2016)
Esta es una de las mejores licas del año, una gema muy poco apreciada. Es una bendición que haya llegado a Netflix. Deléitense con dos horas de violencia hilarante al más puro estilo de Shane Black, el director de Iron Man 3 y escritor de Arma Letal, entre otras.

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