CANNES, Francia
AP

Cannes, con sus yates anclados junto a la costa y sus lujosas tiendas delineando la Croisette, es un lugar poco común para que un socialista orgulloso llame su hogar.

Pero el director británico de 79 años Ken Loach ha presentado 12 películas en competencia en el Festival de Cine de Cannes a lo largo de los años, incluida la ganadora de la Palma de Oro «The Wind That Shakes the Barley» («El viento que acaricia el prado»). Se lo ve en Cannes casi más que a cualquier otro cineasta.

Ayer, Loach estrenó «I, Daniel Blake», un drama conmovedoramente realista sobre un viudo de mediana edad (Dave Johns) en el norte de Inglaterra que, tras sufrir un ataque cardiaco, no puede ni trabajar ni recibir beneficios del gobierno. El filme sigue sus frustraciones, a veces graciosas y frecuentemente dolorosas, mientras se va abriendo camino en un sistema bizantino que parece diseñado para aplastarlo.

Como muchas películas de Loach, la política en «I, Daniel Blake» es indiscutible. Es una polémica ardiente, narrada de manera emotiva y directa.

«Hay una crueldad consciente en el modo en que organizamos nuestras vidas hoy en día, donde a las personas más vulnerables se les dice que son pobres por su propia culpa», dijo Loach a periodistas. «Si no tienes trabajo es tu culpa que no tengas trabajo. Olvídense de Gran Bretaña, hay desempleo en masa en toda Europa».

Loach, al igual que los hermanos belgas Jean-Pierre y Luc Dardenne, ha estado trayendo a Cannes su distintivo estilo de realismo social. Este año, «I, Daniel Blake» se une a otro filme que aborda las divisiones económicas, aunque con estilos de producción muy diferentes.

«Money Monster» de Jodie Foster, que se exhibió fuera de competencia, trata sobre un contrariado inversionista en bancarrota (Jack O’Connell) que toma como rehén a un experto en finanzas de la TV (George Clooney) durante una transmisión en vivo. Es un raro estreno de Hollywood que late al ritmo de la ira del movimiento Occupy, aunque llegue cinco años después de que los manifestantes acamparon en los alrededores de Wall Street.

Mientras «Money Monster» es una gran producción con estrellas de primera línea (también actúa Julia Roberts), Loach prefiere usar rostros desconocidos y narrar su historia con menos adornos.

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