Por Salazar Ochoa
Bien dicen que un buen título engancha y este es el caso de la más reciente exposición individual de Erick Menchú. Cuando vi el nombre de la muestra en el muro del feisbuc de vaya usted a saber quién me convencí de buscarlo inmediatamente para concretar una reunión. Un alma generosa se apiadó de mi breve, pero agónica búsqueda y me proporcionó el número del celular de Erick para así poder conversar con la mente detrás de la “antropología ilustrada”.
Esta vez Erick no pudo tomarse la molestia de preparar un material de prensa para esparcir a diestra y siniestra el mensaje sobre la inauguración de la muestra, la escasez de tiempo se lo impidió y quizá por eso usted ni siquiera se enteró. Da igual, según se puede apreciar en un video que circula en la red, la inauguración estuvo prendida y llena de espectadores.
El proyecto (el montaje de las ideas de la mente a la realidad concreta) empezó a gestarse a finales de 2015, la producción de las piezas se hizo este año a partir de enero y el espacio que albergaría la muestra estaba arreglado desde hace mucho tiempo. Hacía también ya muchísimo tiempo (cinco años quizá, según Erick) que ciudad de Guatemala no conocía las imágenes y símbolos que atravesaban la mente del artista, su última exposición individual (una recopilación de grabados) tuvo lugar en 2011.
La idea original de “Antropología ilustrada” se vino fraguando con ensayos previos tres años atrás, un personaje (hombre entacuchado con un maletín) es el eje y catalizador de todo el concepto que posteriormente germinaría en la muestra que hoy se exhibe en La ERRE, galería de arte, Vía 6, 2-60 de la zona 4. A continuación un fragmento de nuestra conversación.
Ese personaje se parece bastante a vos…
Ese soy yo, es un auto retrato.
Pero vos nunca usás traje
Esa es la idea, quise ser yo mismo. Cuando empecé el proyecto le pedí a un amigo que posara con el traje para las fotografías que se convertirían en pinturas pero al final sentí que tendría más sentido si era yo mismo. Entonces le dije a este cuate que me tomara las fotos a mí.
Todo está interrelacionado. Yo no soporto estar en traje, gracias a dios mi trabajo no me lo pide y haciendo lo que hago siempre he tenido esta reflexión, allí sí que cada quien trabaja en sus vocaciones, en lo que puede y en lo que las circunstancias le permiten.
Yo no podría trabajar con traje todos los días como muchas personas que tienen esa obligación, ya sea como oficinistas, cajeros o ejecutivos. Las pocas veces que me he puesto traje no lo he soportado, ese calor y esa incomodidad. Recuerdo que hace años cuando hicimos una exposición como grupo La Torana en el Museo de Arte Moderno Carlos Mérida, me puse un traje, según yo para verme así como más profesional, más chilero pero luego, viéndome dije “qué mulada con traje, ¿Por qué me puse traje?. Creo que allí empezó esa animadversión hacia el traje que a la vez cumple una función, es un ejercicio, infringirse un castigo. El arte es complejo.
¿Qué sentís cuando ves a alguien con traje, alguien que va caminando por la calle bajo el sol del mediodía envuelto en un tacuche?
Depende de la actitud que le vea, pero a veces los veo con un desánimo como si fueran al matadero o algún lugar horrible. En realidad siento un poco de pena. Aunque a veces veas gente bien alegre en traje generalmente cuando los veo percibo una especie de manada de uniformados que pertenecen a un engranaje de la sociedad. Tiene que ver, además, con la idea que nos han vendido de la masculinidad y del hombre exitoso.
Generalmente un político lleva puesto un traje ¿Hay alguna relación con lo que estás mostrando?
La idea la traía de antes pero coincidentemente surgieron estos escándalos que vienen a reforzar al personaje. Nunca sabés exactamente qué hay adentro del traje. Puede ser una persona súper ética como puede ser un gran ladrón.
¿Quiénes están detrás del aspecto curatorial de la muestra?
La verdad es que no hubo tanto qué decidir, siempre cuento con el apoyo de Norman Morales. Siempre confío en su buen criterio para el montaje y todo eso.
¿Por qué decidiste trabajar varias técnicas y no una sola?
Originalmente iba a ser solo pintura pero también tenía una instalación que quería montar desde hace mucho. No hay una razón específica, quise hacer algo más complejo que fuera de la mano con las pinturas. Las esculturas son parte también, a veces uno se imagina las cosas en un diálogo.