Por Carlos Alberto Cerda

Pablo Sigüenza ha encontrado una pócima para conjugar microsituaciones a partir de una buena parte de la columna vertebral del homo: la filosofía escondida detrás de los momentos aparentemente simples; el aquilatamiento de vivencias de personajes de fácil identificación en el entorno centroamericano; la reivindicación del reconocimiento pleno de la identidad cultural de las comunidades, y, las implicaciones del eros en acción con énfasis en la sabiduría femenina, entre otros.

La pócima de Pablo, encendida con el fuego de la ficción, es capaz de confrontar e incomodar a la fracción de la sociedad que suele ser indiferente, dolosamente, a lo evidente. Estos relatos tienen el encanto de alegrar a los tradicionalmente invisibles y enojar a los que son adictos al figureo: ¡fantoches que aspiran a perpetuar la ficción a precio de lo humano!

Este libro no es una expresión literaria comprometida ciegamente con las lides sociales, pues éstas están llamadas a librarse en otros campos, sino, una expresión creativa que señala, con dulce crudeza y forma de redacción artística, la hipocresía social. Simple, es un librito que, desde las olas de la literatura, persigue humedecer el rostro del lector: ya sea con la lágrima del que sabe conmoverse, o, con un escupitajo en la conciencia de los que en privado o en público se burlan de las implicancias de la identidad cultural de las comunidades.

¿Aún tienes el valor de continuar en estas líneas? Si te quedaste, te invito a que desnudemos un poco la creación de Pablo, solo un poco. Pues, te tocará desnudarla a ti toda cuando obsesivamente vayas a la librería a rastrearla: para comprarla o, como hacemos algunos, a leerla en pausas obligadas, con el pretexto de un acto mercantil que nunca ocurre. Todo es válido cuando se busca, sin tregua, el buen arte que alimenta al alma. Especialmente, en un país marcado por la desarticulación social, derivada por la desigualdad y los bajos niveles de desarrollo.

Filosofía escondida
El lector encontrará en el texto “Dinosaurio o mariposa” (p. 19) el poder de las situaciones infantilmente inocentes, capaces de remover los cimientos más consolidados de la filosofía. “Cuando despertó, el dinosaurio todavía est… (…) ¡A todos nos da miedo hija!”, un texto que nos pone a pensar en las palabras de Juan Luis Vives: “El corazón es lo primero que vive en los animales y lo último que muere. En él tiene su comienzo y su término la vida”. Pablo con este texto, desde la figura de un relato brevísimo, se consagra como un autor capaz de triturar un volumen altísimo de sensaciones y convertirlas en un corto diálogo trascendental. Un padre, medianamente conmovido, no dudará en reproducir este relato en la pared del cuarto de su descendencia. Yo lo haría sin pensarlo, y si no tengo fondos para contratar a un pintor, lo escribiría con un pedazo de carbón. ¿Y qué?

Exquisito eros
Sigüenza tiene la honestidad de poner en escena situaciones sin el empleo de filtros, algo que es abrumador, desgastante y, especialmente, valiente. No me atrevo a comentar un texto capaz de paralizar los sentidos (“Bienaventuradas”, p. 67):

¿Acabaste cielo?
¡Sí mi amor, que rico, sos genial Julia!
Ahora seguí tocando aquí Carlos, suavecito.
¿Así mi amor?
No, un poco más arriba y más suave.
¿Te gusta así Julia?
¡Sí, así mismo, seguí, no parés!..
Bienaventuradas las mujeres que saben tocar su cuerpo y enseñan a sus parejas, porque de ellas es el reino de este mundo.

Con este texto, Pablo le encuentra sentido a una de las sentencias de la grande Dorothy Parker: “Si nadie hubiera aprendido a desnudarse, muy pocas personas estarían enamoradas”. El mundo andaría mejor si los hombres, por fin, fuéramos capaces de escuchar a las bienaventuradas. Es un relato con la fuerza para derribar vetustas formas que hacen desagradable la intimidad.

Aquilatamiento de vivencias
“Si bebe no maneje” (p. 13) compite en intensidad con “Aspiraciones profesionales” (p. 24). Prefiero el segundo por un asunto de moderación y réplica de momentos absurdos en un entorno donde el “licenciado” aspira, a precio de sangre, a sostener un estatus bastante cómico, junto con la academia. El corporativismo extremo trae consigo paradojas dignas de colarse en la literatura. Aquí un ejemplo.

Reivindicación cultural
El texto “Los animales del bosque y la ciudad” (p. 20), es una sugerente fotografía de lo que suele ocurrir con bastante regularidad en tierras centroamericanas. No lo reproduzco, porque tienes que leerlo tú mismo, te vas a reír de la postal del fantoche político por excelencia que regularmente visita los territorios bajo su administración para concretar sus negocios privados, y, aprovechar, desde luego, a compartir un breve discurso con la esperanza de comprensión y aplausos de los sabios locales. Hace poco fuimos víctima de la parafernalia de la elección de los gobernadores en Guatemala. Este texto, es de obligada lectura para los políticos. ¿Me siguen señores diputados? Si no la atrapan a la primera, comiencen con la lectura de “La cocina campesina” (p. 16), visiten lo que el autor describe como el corazón y la trinchera de la consulta comunitaria.

Mi crítica
Solo un poquito de seducción en el traslape de momentos. Las escenas exigen puentes que lleven al lector a la sorpresa, quizá más zonas grises entre el verde y el gris duro en algunos casos. Hay relatos, como el del hombre sin las dos manos, que al final, discurren en lo elemental. No obstante, hay que reconocer que textos como ese deberían ser bien pagados para ser utilizados en campañas sobre “Si toma, no maneje”.

En cuanto a los abiertos elogios, prefiero recurrir a la pluma de la gran escritora Ana María Rodas, quien está presente en la p. 11 del libro: “Un libro inteligente, escrito con el ánimo de hacernos reír a ratos, dejarnos melancólicos o francamente dolientes”. Tres poderosas fuerzas, hijas del eros, la cultura, las vivencia y la reflexión.

“Relatos verdes en escala de gris”

AUTOR: PABLO SIGÜENZA RAMÍREZ
EDITORIAL: MAGNA TERRA EDITORES (2015). 119 PÁGINAS. COLECCIÓN CONSEJA
DISPONIBLE EN LAS PRINCIPALES LIBRERÍAS DEL PAÍS.

LA SECCIÓN CULTURAL DE LA HORA OBSEQUIARÁ UN EJEMPLAR DEL LIBRO A QUIÉN ESCRIBA UN CORREO ELECTRÓNICO A JSALAZAR@LAHORA.COM.GT SOLICITÁNDOLO. NO OLVIDE COLOCAR SU NÚMERO TELEFÓNICO.

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