REDACCIÓN DE LA HORA

El arquitecto Eduardo Andrade Abularach proporcionó valiosa contribución a la obra “Contemplaciones: Historia, Arte y Cultura de la Semana Santa Guatemalteca” lo que sirvió de  fundamento para declarar “Patrimonio Cultural Intangible de la Nación” a la Semana Santa guatemalteca. En este documento explica el por qué la Semana Santa en Guatemala ha dejado huella y se ha fundido en el urbanismo y la arquitectura de sus ciudades a lo largo de casi cinco siglos y de ahí que el patrimonio intangible, espacios urbanos, templos, capillas, plazas y alamedas cobran vida cada año con las manifestaciones devocionales de Cuaresma y la semana mayor.

Las ciudades de la posmodernidad tienden a marginar las prácticas populares limitándoles cada vez más los espacios urbanos propios de ellas. Es así como, por ejemplo, en el Centro Histórico de la Nueva Guatemala de la Asunción, quedan pocos barrios que sean de uso residencial, siendo indispensable la presencia de vecinos para poder efectuar todos los usos y prácticas que la Semana Santa  requiere, es por ello que los itinerarios de los distintos cortejos procesionales, aparte de considerar recorrer los puntos iconos de la ciudad, tienden a cubrir estos barrios, que se ven cada vez más amenazados por el abandono del uso residencial de los mismos ante el auge de nuevos usos comerciales y degradaciones de calidad de vida, o por nuevas propuestas urbanas que ignoran por desconocimiento  la presencia real de este patrimonio intangible que constituye la fusión de ciudad, vecinos y tradiciones.

Es por ello que las reflexiones del arquitecto Andrade tienen como objetivo resaltar estos valores patrimoniales de urbanismo y arquitectura y su relación con el patrimonio intangible que constituye nuestra Semana Santa guatemalteca.

SINCRETISMO RELIGIOSO
Entre otras devociones piadosas cristianas, la devoción a la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo fue inicialmente implantada por los conquistadores peninsulares y sus descendientes criollos.

Con la labor evangelizadora de las órdenes misioneras, se transmitieron las devociones piadosas a los indígenas y mestizos. Estas  devociones fueron en sus inicios parte integral de la religiosidad oficial de la Iglesia desde el siglo XVI hasta la segunda mitad del siglo XX. Con posterioridad a la reforma del Concilio Ecuménico de Vaticano II en la década de los años 60 del siglo pasado, ha quedado bajo la denominación de religiosidad popular.

De este proceso surgen las prácticas devocionales de la Semana Santa guatemalteca actual, como un sincretismo religioso en el que se funden valores de todos los grupos sociales a lo largo de los siglos, naciendo un patrimonio cultural intangible con personalidad propia, motivo de su singularidad, ya no es europea, no es indígena precolombina y aunque toma sus fuentes originales de la Iglesia Católica, es simplemente guatemalteca, pues a lo largo de los siglos las diferentes etnias la han enriquecido con valores culturales propios.

Si el urbanismo y arquitectura son el espejo público de la sociedad que la habita, esta sociedad ha dejado plasmada en su urbanismo, su ciudad, arquitectura, plazas y calles, ese sincretismo propio de sus devociones cuaresmales. Es un balance cultural de donde surge la Guatemala contemporánea.

ESPACIO Y TIEMPO: SAGRADO Y  PROFANO
Dentro del espacio, motivo de la arquitectura y el urbanismo, las diferentes culturas a lo largo de la historia han diferenciado claramente los espacios sagrados y profanos: Sagrado es el espacio y recintos para el culto, son los templos, iglesias, catedrales y ermitas. Sagrados son los cerros en la Guatemala prehispánica, muchos de ellos perdurando hasta la actualidad.

Durante todo el año las imágenes veneradas en Semana Santa se cobijan en espacios reconocidos como sagrados, dentro de los templos, en capillas de pasión, de esmerados diseños arquitectónicos, complementados con detalles de retablos, dedicadas a ellas por los fieles devotos. Las calles, plazas y plazuelas, de las ciudades son  espacios profanos propios de actividades cotidianas como  circular o efectuar el mercado. La ciudad, tanto en urbanismo como en arquitectura posee un universo espacial simbólico.

Surge la necesidad de tener una  transición entre el espacio sagrado y el profano: “El Atrio”. No es lo mismo un atrio que una plaza o plazuela, pues existen edificios religiosos que poseen ambos, por ejemplo, San Francisco el Grande en Antigua Guatemala, La Recolección y Santo Domingo en la Nueva Guatemala.

Otros de menor complejidad espacial, como por ejemplo Capuchinas, poseen por lo menos un pequeño atrio que es un vestíbulo exterior consistente en una explanada con algunas gradas que sirve de transición entre el espacio sagrado y profano.

La relación social está presente, previo al paso de la procesión, los vecinos se han, literalmente, apoderado de sus calles públicas, en los preparativos pertinentes. No existe otra ocasión colectiva festiva o conmemorativa en la que los guatemaltecos sean realmente dueños de sus calles,  dueños de su ciudad.

Antes de iniciar el año calendario, el guatemalteco está pendiente de confirmar “si la Semana Santa caerá el próximo año temprano o tarde”, marcará decisiones de viajes o programas de diversas actividades, y contará el tiempo a partir de “Primer Viernes de Cuaresma”,   y primer Domingo de Cuaresma, (aunque en la actualidad no coincida con el calendario litúrgico) para continuar sucesivamente hasta la Semana Mayor o Semana Santa. La semana de “Tentación”, la semana de “Lázaro”, la semana de “Dolores” son ejemplos de connotaciones de este calendario sagrado del guatemalteco.

Uniendo urbanismo, con el sincretismo religioso del espacio y del tiempo, se tienen los recorridos o itinerarios de las procesiones, estos representan un acervo de tradición, surgidos algunos a lo largo de siglos y  de décadas recientes otros, pero marcando calles y avenidas específicas de los centros históricos de las ciudades, en horas específicas.

Como es un patrimonio vivo, estos itinerarios son evolutivos y se adaptan a las nuevas necesidades y exigencias, pero si no se respeta su raíz medular de espacio y tiempo, es decir pasar por un punto nodal, sea plaza o templo a determinada hora, se pueden generar desafortunadas modificaciones.

El itinerario de una procesión, en lo que corresponde a espacios y tiempos, es un elemento importante de este patrimonio intangible, puede ser susceptible de adaptación, pero es frágil y fácil de ser destruido en su estructura básica.

URBANISMO:
A lo largo de tres siglos, los vecinos le dan su sello particular a la ciudad, ese sello de sus devociones de Cuaresma y Semana Santa: En la Nueva Guatemala de la Asunción, por ejemplo, varias calles reciben los siguientes nombres: “Calle de la Amargura” actual 13 avenida de la zona 1, por donde los devotos dirigen sus pasos para visitar a Jesús Nazareno de Candelaria. “Callejón de Jesús” actual 11 avenida “A” entre 5ª. y 7ª. calles zona 1, que inicia en el muro posterior al retablo de Jesús Nazareno de la Merced. Los Callejones de “Soledad “y “El Manchén”, dedicados a la advocación de las respectivas imágenes del templo de San Sebastián en la 6ª. avenida “A” del Centro Histórico. En fechas recientes surge “La calle del Consuelo”, 2ª. calle entre 2ª. y 3ª. avenidas, al costado del templo de la Recolección, dedicada a Jesús Nazareno de dicho templo.  Es famosa la esquina “Del Divino Rostro”, por la hornacina que cobija la advocación y la venta de dulces tradicionales de Guatemala.

En Antigua Guatemala tenemos el Barrio “del Manchén”, así como diversos barrios que forman el corazón de la identidad de todas las ciudades alrededor de las devociones que se practican en Semana Santa y de los templos de los que toman su nombre.  La topografía se rinde a la devoción de los guatemaltecos al bautizar los cerros circunvecinos con nombres como: “Cerro del Manchén” y “Cerro de la Santa Cruz”.

PLAZAS Y PLAZUELAS
En la Plaza se centralizaban durante La Colonia todas las actividades que no podían efectuarse en el interior de los templos, calles, patios de las casas o en los salones de los palacios. En la actualidad es el punto más importante del itinerario de una procesión. Frente a la Catedral se procede al acto de bendición de los devotos participantes de la celebración.

No todas las ocasiones fueron motivo de fiesta en la plaza, son conmovedoras las descripciones de las procesiones de rogativas con Jesús Nazareno de la Merced, Patrón Jurado de la Ciudad, con ocasión de pestes, temblores, terremotos y plagas, dirigiéndose entre el clamor de los vecinos hacia la Plaza Mayor de Santiago, para ubicarlo en el atrio de la Catedral, con  su rostro en posición tal, que la mirada de sus ojos se dirigiera al volcán de Fuego, motivo de la calamidad. Quedando allí a veces hasta tres días, entre ruegos y plegarias resguardándolo en el interior de La Catedral por la noche.

Para las procesiones de Cuaresma y Semana Santa, así como en otras ocasiones festivas la plaza era decorada con banderas y colgaduras de lienzos o cortinajes, flores y arcos de triunfo. Algunas de estas manifestaciones perduran hoy en día al paso de las procesiones, decorando ventanas y fachadas de residencias y templos. Era frecuente en la plaza las “mascaradas”, las que perduran el día de hoy, en lo que se refiere a costumbres chapinas de Semana Santa, como convites en días  previos, recolectando fondos: se ven desfilar a los famosos muñecos de “Judas” para ser ahorcados el día Sábado de Gloria, (hoy Sábado Santo).

ALAMEDAS
Relacionadas a la Semana Santa guatemalteca, varias alamedas merecen especial mención:
En la Nueva Guatemala de la Asunción, cabe mencionar varias alamedas que son recorridas tradicionalmente por las procesiones en solemne paso.
Es curioso lo ocurrido con la “Avenida de los Árboles”: Originalmente este nombre correspondió a la 17 Av. Al norte del Centro Histórico, pero con los cambios urbanos, han escaseado en ella los árboles que le daban nombre, por lo que la generación actual ha corrido este calificativo a la actual 15 avenida del mismo sector que consta de más árboles, teniendo así un curioso caso de adaptación de la memoria colectiva. Son especialmente solemnes en su paso por esta alameda la procesión del Señor de los Milagros la mañana de Domingo de Ramos, y el lento retorno de Jesús de las Tres Potencias hacia su parroquia de la Santa Cruz la noche de Lunes Santo.
La alameda de la Avenida Juan Chapín, se llena de alfombras de aserrín, que se han trabajado la noche anterior, para que la mañana de Jueves Santo, multitud de devotos observen en impresionante silencio que impone el respeto al paso de Jesús de Candelaria, interrumpido por el ruido de la tradicional matraca y las notas de las marchas fúnebres.
De gran valor patrimonial urbano es la 1ª. calle de la zona 1, que en su traza original se rebela a la  rigidez reticular del Centro Histórico y se adapta a la topografía circundante de las faldas del Cerro del Carmen. Del Parque Isabel La Católica en  la 9ª. Av. a la 11 Av. Es una de las alamedas más bellas de esta ciudad, con sus sauces llorones, que presiden el paso de la mayoría de procesiones de Semana Santa, entre ellas: el inicio de la procesión del primer jueves de Cuaresma del Señor de los Milagros, Jesús de la Buena Muerte de Santo Domingo, procesiones infantiles de Jesús de Candelaria y Niño de la Demanda de la Merced, Jesús del Consuelo de la Recolección, Jesús del Rescate de Santa Teresa, Jesús de Candelaria, Señor Sepultado de Santo Domingo y Señor Resucitado de la Merced, entre otras.

La Nueva Guatemala de la Asunción, trazada bajo criterios de la ilustración, pero con influencia del trazo urbano de La Antigua Guatemala, reprodujo este esquema, en la actual 6ª. Av. del Centro Histórico, desde San Francisco hasta el Calvario, con su Calle de los Pasos y sus respectivas capillas para cada estación, quedando en la actualidad únicamente escasas fotografías de las mismas para no caer en el olvido. Merece interés mencionar a nivel de urbanismo que se designó un solar similar al de La Antigua Guatemala para el templo de Nuestra Señora de los Remedios, entre San Francisco y el Calvario, respetando el urbanismo de la destruida Antigua Guatemala, este templo nunca se construyó, pero esta disposición, es el origen del solar que posteriormente conformó el parque de la Concordia, conocido como Gómez Carrillo, y el Calvario recibió las funciones parroquiales así como las imágenes de Nuestra Señora de los Remedios.

ARQUITECTURA
Templos y monasterios majestuosos, en su interior poseen capillas que albergan a las imágenes devocionales de Semana Santa, son cobijo de devociones diarias durante todo el año, especialmente los días viernes de cada semana, dedicado a visitar a las imágenes de pasión preferenciales de culto. Los viernes de Cuaresma se montas altares dedicados a la imagen de devoción, denominados “Huertos”.

ERMITAS
Aparte de los templos de primera categoría, surgen numerosas ermitas y oratorios, con especiales advocaciones relacionadas con la devoción de los guatemaltecos a la Pasión de Jesucristo y Semana Santa, en emplazamientos topográficos de perspectivas visuales que se integran al entorno, especial mención aquí del emplazamiento de “las iglesias del Calvario” en las afueras de las trazas originales de la mayoría de poblados de Guatemala, contiguos a los cementerios.
A manera de ejemplo de estas advocaciones relacionadas con la Semana Santa se pueden mencionar las siguientes ermitas, en el caso de La Antigua Guatemala, algunas de ellas en ruinas:
Nuestra Señora de los Dolores del Cerro, Nuestra Señora de los Dolores del Llano, Nuestra Señora de los Dolores del Manchen, La Santísima Trinidad, La Cruz del Milagro, La Santa Cruz y otras a lo largo y ancho de toda la república.

CAPILLAS ABIERTAS
La Semana Santa en Guatemala de hoy,  hace uso de plataformas o podios, con amplia decoración de cortinajes y arreglos florales, para efectuar ceremonias especiales, frente a plazas, plazuelas o atrios, especialmente misas solemnes y actos de consagración de veneradas imágenes, en las que se tiene prevista una asistencia multitudinaria y el interior de los templos no es suficiente para acogerla. Tal es el caso de variados montajes que se han efectuado en fechas recientes frente al atrio de la Catedral Metropolitana, o el atrio de la parroquia de San José (Catedral de Antigua Guatemala), extendiéndose los ejemplos a los montajes efectuados frente a las fachas de las iglesias de pueblos y ciudades en toda la república de Guatemala, con ocasión de consagraciones de imágenes devocionales, que se procesionan en Cuaresma y Semana Santa.
En  el caso de Guatemala quedaron en desuso en el siglo siguiente, y debido a los frecuentes terremotos y reconstrucciones, entre otras causas, son más abundantes las descripciones testimoniales, mereciendo especial mención los restos de capilla abierta que se encuentra en San Francisco El Grande, La Antigua Guatemala,  entre la fachada del templo y el ingreso al convento, esta era de tipo a ras del suelo. Otro ejemplo importante es el que se encuentra en Santiago Atitlán, Sololá, frente a la entrada de la casa parroquial,  de tipología de balcón.

Arq. Eduardo Andrade Abularach

 

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