Por Juan B. Juárez

«Guatemala cálida» es el título de la serie de paisajes que el artista Antonio Hernández presenta en la galería El Carmen de la ciudad de Antigua Guatemala en una exposición que se inauguró el sábado 12 y permanecerá abierta hasta el 29 de marzo.

A pesar de que en Guatemala el paisaje como tema artístico figura como una de las fuentes de la pintura moderna y de la identidad de los guatemaltecos, y de que existe toda una tradición que se extiende por todo el siglo XX refrendada por ilustres y reconocidos artistas, actualmente es un género en vías de extinción. De allí que lo primero que podemos decir de la obra de Antonio Hernández es que constituye, por un lado, un acto de valentía y, por otro, un acto de humildad.

Por el lado de la valentía, Hernández decidió nadar contra la corriente: alejarse de lo que está de moda y comprobar con su trabajo más esmerado que la tradición del paisaje no está agotada. Por el lado de la humildad, estudiar con profundidad y detalle esa tradición y desarrollar todo un oficio rico en recursos para responder a las exigencias del género y a las sutilezas que requiere la expresión de las emociones que produce la observación de ciertos aspectos de la realidad geográfica, humana y cultural de Guatemala.

Su obra, en efecto, parece destilarse sabiamente de los mejores paisajistas de Guatemala. La paleta clara y armoniosa de Humberto Garavito, el riguroso estudio de la luz y la solidez geométrica de José Luis Álvarez, la amable lejanía de los paisajes de Mazariegos y las tenues y poéticas brumas con las que Isabel Timeus envolvía sus imágenes -por mencionar sólo unos cuantos nombres ilustres de la tradición paisajística-, todo eso y más aparece revitalizado y con un nuevo aliento en sus paisajes, en una mezcla muy sobria y equilibrada, propia del que ha encontrado su camino y avanza por él con una seguridad y una determinación cada día más firme.

Y allí están sus obras más recientes para comprobarlo. La luz suave que ilumina sus imágenes y da forma sólida y tangible a todo lo que en ellas se representa, no procede directamente del sol, sino que ha sido filtrada no tanto por la diversidad horaria y ambiental cuanto por la sensibilidad del artista. En la obra de Hernández, en efecto, no todo se debe a la técnica; la calidez que emana de ella es lo que hace convincentes a esas imágenes que no sólo rescatan un género sino que también devuelven al espectador la tranquila confianza en sus intuiciones y valores estéticos, sin importar que estén o no estén de moda.
Estos indudables méritos técnicos y expresivos nos hacen afirmar que tanto por la vía de la valentía como por la de la humildad Antonio Hernández está logrando realizar sus más altos objetivos artísticos y le espera un futuro tan grande como la realidad guatemalteca que está redescubriendo.


Visitas a la exposición

Puede ser visitada de lunes a sábado de 9:00 a 19:00 horas en El Carmen Galería de Arte: 3ª. Avenida Norte 2 D, Antigua Guatemala. Permanecerá abierta al público hasta el 30 de marzo. Entrada libre.

Artículo anteriorInauguración del Festival de Educación Económica-Financiera
Artículo siguientePlataforma en línea de Claro ofrece consejos de bienestar