Por Lenina García
PENNAT*

1 de octubre: Niños y niñas reciben un regalo sorpresa, revientan piñata en la escuela, comen Big Mac en el colegio (para contribuir a una “buena causa”), les dan un abrazo o les invitan al cine. Pero del otro lado de “La Línea” la mayoría de niños y niñas de Guatemala, no solo el primero de octubre, sino los trescientos sesenta y cinco días del año, vive con desnutrición crónica por no comer los tres tiempos, no asiste a la escuela por ser pobre, corre el riesgo de morir a causa de la violencia, si es niña está en riesgo de ser abusada y tener un embarazo forzado y si es indígena, es doblemente discriminada.

¿Existirá cárcel para los ladrones de sueños? ¿Cuál es la pena mínima a quienes dejan sin salud a niños y niñas? ¿Cuál es la pena máxima por dejar muertos en vida a miles de niños y niñas?

Corrupción no es únicamente robar dinero, también se roban oportunidades, derechos, desarrollo. Hay varias “Líneas” que tachan la sonrisa de la niñez y siguen cobrando vidas en total impunidad.

Empecemos a nombrarlas…

La Línea que deja muertos en vida a millones de niños y niñas

En nuestro país se invierte al día Q70.00 por un privado de libertad y por un niño o niña la dramática cifra de Q6.301. Aunque más del 50% de la población en Guatemala sea menor a 18 años, la niñez y adolescencia no son prioridad para el Estado. Aunque los partidos políticos cada cuatro años utilicen a niños y niñas para sus campañas proselitistas, obsequien regalos y se tomen fotos con ellos, al momento de gobernar no reflejan ningún interés para mejorar de manera estructural la realidad de la niñez.

Con el actual gobierno se invirtió más en armamento militar que en educación, se gastaron millones de quetzales en comunicación, que en su mayoría fueron utilizados para campaña política, más no así en combatir la desnutrición crónica y otros flagelos que vulneran el bienestar de la niñez. Guatemala deja por la deriva al principal patrimonio de su desarrollo: los niños, niñas y adolescentes. Esa fuerza poblacional que es la portadora del desarrollo, la cultura, la fuerza productiva para un país, queda en total abandono y sin posibilidades reales de superación.

Se aproxima la aprobación del Presupuesto General de la Nación 2016 y si se avala tal y como se ha planteado, la inversión en niñez cambia “sorprendentemente” un centavo de diferencia por niño y niña. Esas decisiones son a puerta cerrada, tomadas en su mayoría por adultos. Así se fragua el destino de la niñez, así se tacha una enorme línea en los rostros de quienes ansían jugar, reír, soñar, ser felices.

La Línea que encarcela la libertad de los niños y niñas

Para muchos niños, niñas y adolescentes de Guatemala es más fácil adquirir un arma que un libro. A causa de la pobreza, la desintegración familiar y la desigualdad social, existe un gran porcentaje de niños y niñas que son reclutados para cometer actos ilícitos. El Estado y la población en general acusa a los niños y niñas de pandilleros, de lacras y exigen que sean castigados con todo el peso de la ley, -mejor si es con pena de muerte-, pero no ofrecen alternativas para su desarrollo. Existen muy pocos programas de prevención del delito, que animen a la niñez y juventud a participar en programas de arte, cultura, deporte. Y aun así, el gobierno concentra sus esfuerzos en reclutar a más policías, en construir más cárceles, en invertir más en un privado de libertad, que en un niño que viva en libertad.

La Línea que deja sin educación a 4.5 millones de niños y niñas

Según estadísticas del ICEFI, la cobertura educativa ha descendido dramáticamente en los últimos cuatro años. Esto implica que aproximadamente 4.1 millones de niños y niñas estén fuera del sistema escolar. Aunque en el 2010 Guatemala haya estado a un paso de alcanzar la cobertura universal en primaria con un 98%, en estos últimos años, esa posibilidad se desmoronó por completo ¿Dónde están esos 4.1 millones de niños y niñas? Pero hay quienes todavía piensan que robar es un asunto exclusivo de dinero.

La Línea que amarra el futuro de las niñas y adolescentes en Guatemala

Según el Observatorio de Salud Reproductiva OSAR, 1 de cada 5 niños que nacen en el país son hijos de una madre adolescente y muchas veces producto de violencia sexual. Aun así, se prohíbe en muchos centros educativos el acceso a una educación sexual integral. La cultura del patriarcado impide que muchas niñas y adolescentes asistan a la escuela, se capaciten, obtengan un trabajo o decidan sobre su territorio-cuerpo. La violencia sexual hacia niñas y adolescentes genera la perpetuación del ciclo de pobreza en las familias, la desigualdad social y el desarrollo del país.

La Línea que tapa la voz de los niños y niñas

En el reciente proceso electoral muchos sectores de la población motivaron las elecciones infantiles. Con mantas vinílicas, vallas publicitarias, se llamaba a la niñez al voto –aunque al final sean sus padres quienes les digan por quién hacerlo-. Pero cuando los niños y niñas expresan su voz casi nunca son escuchados. Cuando los normalistas se movilizaron durante el 2012 para exigir que no desapareciera la carrera de Magisterio fueron agredidos por antimotines y aunque se conformó una mesa de “diálogo”, se hicieron a un lado sus propuestas y planteamientos. Entonces ¿dónde quedaron los acuerdos de paz, la época de democracia?

La Línea de plomo que contamina a la niñez

Uno de los casos más emblemáticos de contaminación y ecocidio fue el del Río La Pasión en Sayaxché Petén, durante el mes de junio, en el cual 16 comunidades y alrededor de 30 mil familias resultaron afectadas, por el funcionamiento de una empresa de palma africana. Además de este caso, se suman los de explotación y exploración minera en San José del Golfo, en Santa Cruz Barillas, en San Juan Sacatepéquez y en innumerables comunidades que cuentan con recursos indispensables para vivir. Los niños y niñas son condenados a vivir en focos de contaminación, a contraer enfermedades. ¿Desde cuándo el oro es más importante que el aire, que el agua?

Juicio a los corruptores de las otras “Líneas”

En los últimos meses hemos sido testigos de una batalla ardua contra la corrupción. Ha sido un logro histórico para el país, tomando en cuenta los altos índices de impunidad del Sistema de Justicia. Se logró la captura, no sólo de funcionarios de gobierno, sino del Presidente y la vicepresidenta. Se desmanteló a la Red del caso IGSS-PISA y en especial a la Red de defraudación aduanera denominada “la Línea”.

Pero ¿dónde están los corruptores de las otras “Líneas que dañan especialmente a la niñez?

En este 1ero de octubre se hace imperativo reflexionar acerca del país que se está ofreciendo para la niñez, adolescencia y juventud. Es importante que la indignación no muera, que tenga la misma fuerza para denunciar actos de corrupción, como de pobreza extrema, desnutrición, deserción escolar, embarazos infantiles, violencia estructural, contaminación.

Todos los corruptores que transan con los derechos de la niñez deben ser denunciados y juzgados. Se debe romper con esa cultura de la desmemoria, del olvido.

Hay que considerar, sin ningún tipo de duda, la conformación de un nuevo movimiento político, plural y diverso, que aglutine en especial a población de niñez, adolescencia y juventud y demás sectores de sociedad civil, para sentar las bases de un proyecto de nación que garantice condiciones de vida dignas para la población. Defender la vida, la alegría, un mundo justo para los niños, niñas y adolescentes, no puede ser ningún delito, sino la lucha legítima por hacer de este país, un lugar más digno para ser felices, para cantar, para sonreír.

* Programa Educativo del Niño, Niña y Adolescente Trabajador

1Datos del ICEFI.

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