Por Jonathan Salazar
jsalazar@lahora.com.gt

Considerada un clásico de culto, aunque quizá muchos guatemaltecos aún no han tenido la oportunidad de verla antes, este año se cumple el aniversario número veinte desde que se estrenó, de una de las películas guatemaltecas con mayor y mejor proyección nacional e internacional, El Silencio de Neto (1994), sostuvimos dos conversaciones con Luis Argueta (el director) vía Skype para hablar un poco al respecto (Aclaro que fueron dos porque la tecnología y yo no somos buenos amigos y no pude grabar las entrevistas (no obstante Luis me tuvo paciencia y amablemente compartió con nosotros por otro medio su pensamiento), esto fue lo que este pionero de la antepenúltima época del cine guatemalteco respondió…

_Cul3_2¿Cuánto tiempo lleva viviendo en Nueva York, piensa regresar y radicarse en Guatemala, por qué?
Llevo más de 35 años en Nueva York. Sin embargo, como dijo un amigo en una reciente entrevista, «Luis Argueta es el migrante que nunca se fue.» Mi trabajo, desde Navidad Guatemalteca (1976), El Costo Del Algodón (1978), El Silencio De Neto (1994), Llamada Por Cobrar (2001), Guatemala 9.11.03 (2003), abUSAdos: La Redada de Postville (2011) y Abrazos (2014), todas tienen a Guatemala como centro. Mi trabajo es contar las historias de Guatemala y de los guatemaltecos. Yo radico en Nueva York (parte del tiempo) y en Guatemala (parte del tiempo) pero vivo en Guatemala. Guatemala me nutre, me inspira, me duele, me justifica.

20 años desde el estreno se dice fácil… ¿Qué ha pasado con El Silencio de Neto en todo este tiempo?
El Silencio De Neto sobrepasó todas las expectativas que Justo Chang y yo teníamos. Estuvo en cartelera 22 semanas, incluyendo la capital, Quetzaltenango, Escuintla y Coatepeque. Fue invitado a más de 20 festivales de cine internacional y premiado en 6 de ellos. He dado un sinnúmero de conferencias sobre el filme; lo utilizan en muchas universidades en EE. UU. y en Guatemala en cátedras de historia y de cine; se han escrito tesis y lo utilizan en los colegios en Guatemala. En Francia estuvo en cartelera dos semanas, se ha proyectado en muestras de cine en varios países de Europa y Latinoamérica (la más reciente en Barcelona, donde estrenó La Muestra de Cine Centroamericano la semana pasada.)

¿Cuáles son las críticas que más recuerda que recibieron con Justo Chang cuando recién se estrenó El Silencio de Neto?

Hubo muchísima crítica. En el libro EL SILENCIO DE NETO – Guión y Artículos Afines, hay 44 páginas de artículos de prensa. Recibió muy buenas críticas en Francia, España, EEUU (Variety, The Angeles Times, The Chicago Tribune.)

¿Dónde se siente más cómodo, trabajando en la ficción o en el documental?
Hacer cine es trabajar con imágenes, personajes y personas, tiempo, ritmo, música y sonido. Me encanta ensayar con actores y conversar con personas a las que entrevisto. Lo importante es crear un ambiente en el que ambos se sientan seguros y cómodos.

También se ha dedicado gran parte de su vida al negocio de la publicidad. ¿Qué le ha producido mayores satisfacciones el mundo de la publicidad o el cine?
Aún la publicidad es cine. Sin embargo, con lo que agradezco a la publicidad haberme dado la oportunidad de educar a mi hija, vivir en NY, hacer El Silencio De Neto, no la extraño. Ayudar a crear demanda por cosas que no necesitamos presentando falsas felicidades es costoso. Un día decidí que me quedaba un pedacito de alma y que ese ya no lo vendería. Por eso ahora hago lo que me satisface: Contar las historias de los guatemaltecos más vulnerables (los niños, los migrantes, los abuelos, los pobres) y señalar las injusticias del poder (la fábrica y el gobierno de EE. UU. en abUSAdos: La Redada De Portsville. En este momento estoy en la postproducción del tercer documental sobre mi trilogía de migración y la preproducción de un largometraje de ficción, “Donde Los Perros Se Vuelven Lobos”, basado en la novela del mismo nombre de Anabella Schlosser de Paiz. Con mi socio, coguionista y productor, Ángel Gil, buscamos contar la historia de un militar jubilado exmiembro de la inteligencia y miembro del Estado Mayor Presidencial que se arrepiente de lo que ha hecho y ha dejado de hacer en su vida. Al mismo tiempo es la historia de dos hermanos que se enfrentan el uno al otro con el fondo histórico de la Guatemala de los años 80. El proyecto ha llamado la atención internacional: nos invitaron a los Encuentros CINERGIA 2014 en Octubre recién pasado y al foro de Coproducción en el Festival de Huelva, España este mes. Será una coproducción internacional que espero rodar en Guatemala si encontramos apoyo.

_Cul3_3Hablando un poco acerca de sus métodos… ¿Cómo aplica usted la antropología a sus trabajos cinematográficos?
No soy antropólogo por lo tanto no aplico la antropología cuando filmo. Busco aplicar la “regla de oro”, tratar a los demás cómo quiero que me traten a mí. Expresar mi respeto por el otro, aunque no comulgue con sus ideas, y demostrarle que estoy sinceramente interesado en su historia personal.

¿Qué necesita el cine nacional para constituirse en un referente del buen cine latinoamericano?
Practicar. Practicar. Practicar. Y ser seriamente severos con nosotros mismos. Ser nuestros críticos más fuertes y más sinceros. Cómo dice el gran cineasta guatemalteco-chileno, Rafael Valdeavellano, «las excusas no se filman.» No es aceptable presentar nada que no esté terminado y revisado y vuelto a revisar. No pretendamos que vean nuestro trabajo si tenemos que hacer excusas por alguna deficiencia. Si mi abuela dice que mi película es la maravilla y yo no estoy satisfecho, no la muestro.

¿Cuáles son sus impresiones alrededor del trabajo de los cineastas guatemaltecos emergentes?
Es maravilloso que hoy haya una producción nacional que -sin ningún apoyo estatal- que la gente quiera ver dentro y fuera del país. Acabo de ver el primer largo metraje de Jayro Bustamante (en proceso de terminación) Ixcanul. Es una obra que refleja una visión personal impregnada de talento, compasión y un sentido profundo del cine. Ixcanul dará mucho que hablar y Jayro llegará muy lejos. Así como él hay otros cineastas jóvenes que nos enorgullecen.

Para finalizar…
¿De qué manera contribuye el cine a la construcción de la identidad nacional?
Se ha dicho que un país sin cine es un país sin memoria histórica. Para mí el cine es una herramienta de conocimiento de quienes somos. Creo que es esencial crear un cine guatemalteco que sea el espejo en que nos veamos y aprendamos a querernos como somos. Con nuestros atributos y con nuestros defectos. Con nuestro humor, persistencia, trabajo, fraternidad y profundo sentido de amor a la tierra donde dejamos el ombligo. Y también, con nuestros miedos, egoísmos, prejuicios, intolerancias. Así como los 14 niños de Abrazos llegan a Guatemala a conocer a sus abuelos y la tierra de sus antepasados y adquieren un nuevo entendimiento de lo que es ser guatemalteco, así creo que nos ocurre cuando emprendemos el viaje a que un filme auténticamente nuestro nos ofrece.


Algunos de los premios que obtuvo la película

– Festival Latinoamericano -Nueva Inglaterra, Estados Unidos-: Mejor Opera Prima

– Festival Latino de Nueva York: Mejor Film

– Festival internacional de Biarritz -Francia-: Premio especial del jurado.

– Festival de cine de Huelva -España-: El Quijote

– Festival de cine internacional de Puerto Rico: Mención Especial


El Silencio De Neto se puede comprar en:

De Museo, Sophos, Librería Metáfora en Antigua Guatemala. Casa del Libro, Proyecto Cultural El Sitio, La Casa del Conde.

Además, se puede ver en línea en Vimeo on demand en luisarguetaa.com o comprar en www.thesilenceofneto.com

Artículo anteriorDomingo Lemus con Daneri Gudiel; sus experiencias alrededor del cine
Artículo siguienteRECORDAR ES VIVIR