Por Pablo Sanguinetti
Berlín /Agencia dpa
La exposición «El mundo en torno a 1914: Fotografía a color antes de la Gran Guerra» (desde mañana al 2 de noviembre en el museo Martin-Gropius-Bau de Berlín) recoge ahora una selección de esas impactantes imágenes que iluminan con otra perspectiva un momento clave de la historia y reviven un mundo ya extinguido.
«Se trata de un tesoro cultural de primer orden mundial», señaló hoy el director del museo, Gereon Sievernich, sobre los llamados «Archives de la planète» del banquero francés Albert Kahn (1860-1940), «el proyecto de foto y filmación más ambicioso antes de la Primera Guerra, si no de toda la historia de la fotografía».
Kahn encargó desde 1908 a cuatro fotógrafos recorrer el mundo y registrarlo con placas autocromas, una técnica pioneras de foto a color desarrollada por los hermanos Auguste y Louis Lumière. Sólo hasta 1914 tomaron unas 2.200 imágenes -de las que el museo expone ahora unas 120- además de 160 kilómetros de cintas de filmación.
La muestra incluye escenas tan diversas como un grupo de bramanes ante un templo en Pakistán, vendedoras de pollos en España, un niño derviche turco, un elefante indio, dos soldados griegos custodiando a un preso atado con una soga o una pareja sueca de recién casados posando en su salón, además de paisajes y monumentos como la Torre Eiffel en París, el Taj Mahal en la India o las Pirámides egipcias: todo un caleidoscopio del mundo hasta 1914.
La mayoría de las fotos sorprenden por traducir a color un universo visual conocido sobre todo en blanco y negro y por la súbita cercanía que cobran los paisajes y personajes retratados pese a la distancia temporal y espacial.
«Kahn quería reflejar un mundo que se disolvía en una primera forma de globalización y lo logró: ahora podemos verlo en fotos de brillante claridad», explicó hoy Lothar Altringer, uno de los comisarios de la muestra.
Pero además de una proeza técnica, el proyecto del mecenas era también político: «Tenía la visión de que por medio de la imagen se podía lograr la paz y el entendimiento mutuo», añadió el experto.
Kahn organizaba por eso reuniones en su casa en las afueras de París para proyectar y comentar las fotos. Los invitados, elegidos de una élite intelectual y política internacional, debían servir como «difusores» y contribuir al acercamiento entre las culturas del mundo para promover una paz que en 1914 terminó por ser imposible.
La muestra incluye además imágenes de otros dos proyectos pioneros de la foto a color y anteriores a Kahn: el del fotoquímico berlinés Adolf Miethe (1862-1927) y el del ruso Serguei Mijalovich (1863-1944). Los tres suman en conjunto más de 200 fotos que atestiguan un esfuerzo pacifista y técnico imponente aún hoy.