Juan Fernando Batres Barrios

Entre el año de 1676 y 1677 se descubrió en tierras de Inglaterra el que sería el primer fósil de la historia. Un hueso que en realidad ni siquiera se sabía a qué cuerpo viviente había pertenecido, desde aquellos días hasta ahora, que vemos dinosaurios animados por computadora y dejó de ser noticia en los diarios los hallazgos científicos de esta naturaleza.

¿Qué es en realidad un fósil? La respuesta corta a esto podría ser que un fósil es un vestigio de un cuerpo muy, muy antiguo que se ha petrificado con el tiempo, o sea que de alguna manera se convirtió en piedra, podríamos decirlo. Hay fósiles de huesos, de plantas y hasta de humanoides que caminaron por esta tierra hace ya muchísimo tiempo. También se conocen algunos animales vivos que se les llama “fósiles vivientes”, esto corresponde a que, según los estudios de los expertos, no han cambiado casi nada desde sus primeras apariciones en el planeta. Un ejemplo de estos pueden ser los lagartos y cocodrilos, algunos crustáceos curiosos, etc.

En resumen, los fósiles son cosas muy viejas, cosas o seres vivientes de otra época, de un pasado muy lejano a este tiempo del internet y la velocidad de la información y era espacial y de comida rápida… Los fósiles son cosas que no necesitamos hoy en día. ¿O tú crees que sí?

Hoy he querido que me acompañen en una idea, en algo que ronda mi cabeza cada vez que abro mi computadora y entro a la red social. Sin duda es cierto que vivimos en una era privilegiada, en donde con un simple clic tenemos acceso a la información más reciente en todo el mundo, hace no menos de 100 esto era un sueño, algo que ocurría en china, por ejemplo, se lograba saber no menos después de una semana o algo así. Recuerdo que mi padre tenía una idea de comercializar un producto extranjero y el tiempo entre poder hacer la transacción con la empresa y recibir el producto solicitado era de más o menos tres meses… cuando ahora pides en internet algo y sin importar de donde venga es posible recibirlo en días.

Ahora tenemos portales virtuales donde no necesitamos interactuar con otras personas y aguantar sus errores, donde con apretar un botón automáticamente pedimos una pizza o unos zapatos y simplemente se cobra de nuestra cuenta bancaria sin ningún riesgo de equivocación humana.

Aunque en el cine hay películas que nos muestran el horror de que las máquinas tomarán el control del planeta, constantemente hay más avances hacia la inteligencia artificial y la robótica. Ahora tenemos dispositivos “inteligentes” desde un teléfono, reloj, hasta asistentes virtuales a quienes podemos pedirle todo tipo de información, hasta el que nos cuenten un chiste si estamos aburridos…

Vemos como poco a poco las nuevas generaciones hablan más en mensajes de texto y con algunos dibujos para expresar sus ideas en las redes sociales de comunicación y con esos teléfonos inteligentes, lo que menos se hacen son llamadas de voz, evitando el interactuar con otro ser humano, aunque sea a la distancia.

No estoy en desacuerdo al avance tecnológico en realidad, como he dicho tengo una computadora y entro todos los días a una red social a distraerme, hacer negocios y muchas cosas más. Los tiempos avanzan, es cierto, y el que no evoluciona con ellos se queda atrás en todo sentido. Pero ¿Será que no necesitamos de las cosas del pasado y que en realidad todo lo anterior es un fósil sin importancia?

Aclaro mi razonamiento para que me entiendan. Se nos ha dado tal poder en las redes sociales que no distinguimos entre una noticia falsa a una verdadera. Que, a través de ver tantas cosas, se desconfía de todo y no se cree en nada. O peor aún que se creen en todo y no se cuestiona nada. En ambas partes se tienen enormes errores de criterios y se hacen peleas sin sentido entre los que eran nuestros “amigos” … Por otro lado, las habilidades sociales se van perdiendo, siendo casi esclavos de los medios electrónicos de comunicación, cada vez menos tenemos un toque humano en nuestras vidas. Cada vez menos jóvenes salen a la calle a caminar simplemente tomados de la mano porque es más “cool” estar en una videollamada y enviarse esos videos graciosos para reír “juntos”.

La necesidad de pertenecer que ha llevado al ser humano a su desarrollo grupal a través de los siglos está llevando hoy en día a una autodestrucción sin cuestionar. ¿Qué están dispuestos a hacer muchos con tal de recibir los muy queridos “likes”? Muchos comunicadores mienten a sus seguidores, otros exageran todo, si esto no es también mentira, otros se arriesgan a tal punto de perder sus vidas.

Vemos cada vez más común en una mesa donde está una familia completa, donde casi no se tocan los alimentos, sin importar si se está en casa o un restaurante de lujo, y no existe ninguna charla entre ellos, pero todos están muy comunicados con el mundo a través de sus teléfonos inteligentes.

Y el trato humano está casi por sucumbir. ¿No nos hemos dado cuenta de que cada vez menos personas dicen buenos días por la calle? Que cada vez menos se escucha un por favor y un gracias, que estamos perdiendo ese agradecimiento por lo que los demás hacen por nosotros… Y yo sé que en este momento todos pensaremos en alguna ocasión en que nosotros si actuamos de esa manera y diremos que nosotros si somos bien educados y al mismo tiempo se nos vendrá a la memoria un sin fin de veces que las otras personas fueron así de abusivas con nosotros… Y puedo apostar que también se nos vendrá a nuestra cabeza el sin fin de ocasiones en donde quisimos hacer lo correcto, pero quizás estábamos apurados, o teníamos muchos problemas en nuestra cabeza para recordar ser cortés. Recuerdo a alguien que tuvo mucha influencia en mi vida varios años atrás y una frase que decía: “A todos los juzgamos por sus acciones, pero a nosotros mismos nos justificamos por nuestras intenciones”.

La vida es lo que es y no podemos pelear con lo agitada que se ha vuelto, eso es muy cierto. Sería casi tonto pretender que los tiempos pasados fueron mejores en todo sentido. Tenemos grandes avances y muchas comodidades que nuestros abuelos ni siquiera podían soñar… recuerdo simplemente que en mis tiempos de niñez no se podía obtener algunas frutas todo el tiempo porque eran importadas y hoy en día las veo hasta en oferta en el supermercado.

Pero a lo que quiero llegar es que yo soy un Fósil, soy este tipo de persona que si veo a alguien en la calle le digo buen día. Que si estoy en el bus cedo un asiento, no solo a una chica bonita. Trato de decir buen provecho a un extraño cada vez que estoy en un restaurante y sobre todo trato de ser agradecido por cada servicio que me brindan, sin importar que ese sea el trabajo por el que les pagan a las personas… Ser agradecido es ser un fósil hoy en día, pensar en los demás no solo cuando tienen logros, si no inclusive cuando se pelean contigo, tratar de entender los puntos de vista ajenos y agradecer un simple vaso de agua o incluso una mala mirada. Una vez un anciano me decía: “uno necesita hasta de una mala mirada a veces” y es cierto.

La idea que quiero dejarles hoy es simple, seamos todos unos fósiles. Conservemos ese toque de calidez humana que se tenían en tiempos antiguos. Brindemos hoy más que nunca un buen día a alguien que no conozcamos, quizá él salió muy preocupado de su casa y esa frase le haga bien. Agradézcale al guardia por esta ahí parado en la puerta, es su trabajo, pero él al hacerlo le hace sentir más seguro a usted. Seamos fósiles del siglo XIX al tratar a una dama, no porque creamos que no es capaz, sino porque es merecedora de gentileza por el simple hecho de ser un humano. Ayude a un anciano que quizás ya no puede obtener las oportunidades que antes tenía.

Colmemos nuestra vida de actitudes fósiles que están en desuso, para hacer más humano nuestro mundo. Y propaguémoslo también en las redes sociales, dando los buenos días, no peleando por cosas que en realidad no sabemos con certeza. Vivamos más cerca de los que tenemos a lado sin dejar de lado a los que están lejos…

Volvamos a ser Fósiles de buenas costumbres y de hacer con los demás lo que quisiéramos que hicieran con notros como lo dijo aquel carpintero hace ya tanto tiempo.

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