Veinticuatro años después, «Las Juanas» están de regreso en una versión más oscura de la exitosa telenovela colombiana: «La venganza de las Juanas».
La nueva versión de la novela de 1997, esta vez en formato de serie, se estrenó en Netflix. Fue escrita por Jimena Romero, quien retoma la historia original de su padre, el fallecido guionista y escritor Bernardo Romero.
La historia original, en la que cinco mujeres descubren que son hijas del mismo hombre, tenía elementos de realismo mágico y mucho humor. En esta sigue habiendo magia a través de Juana Bautista (Sofía Engberg), una chamana maya, pero el giro es hacia el suspenso, el género favorito de la escritora.
«Quería llevarla por un camino totalmente diferente porque la historia comienza con un misterio: son cinco mujeres que no saben quién es su padre», dijo Romero en una entrevista por videollamada desde Miami.
Como en la original, las Juanas comparten una marca de nacimiento, pero mientras que en la primera versión se tardaban más en resolver el misterio del lazo que las une, en la nueva, acorde a los tiempos actuales, todo se aclara rápidamente con una prueba de ADN.
En la original el padre que encuentran es fantástico, conversador y arrepentido por no haber estado en sus vidas. En esta, Simón, el padre de las Juanas interpretado por Carlos Ponce, es muy diferente y no quiere saber de sus hijas recién encontradas. Otra de las cosas que Romero quiso cambiar es el perdón para el padre de las Juanas, que a su parecer llega demasiado fácil en la original.
Las Juanas conservan su nombre, pero algunas han cambiado sus profesiones.
Juana Manuela «Manny» (Zuria Vega) no es boxeadora, trabaja en un club de desnudistas como bailarina, y Juana Valentina (Renata Notni) ya no es vendedora en una tienda de electrodomésticos, ahora es periodista y está enfocada en el tema de desaparición de mujeres. Juana Caridad (Oka Giner) sigue siendo monja, aunque ya no es totalmente inocente. Juana Matilde (Juanita Arias) se mantiene como cantante y Juana Bautista sigue conectada con las energías y la adivinación, pero en este caso bajo la tradición maya.
La historia se cambió de país de Colombia a México, aunque a través de Juana Matilde sigue vivo el lado colombiano pues su personaje, al igual que la actriz, es de ese país.
Vega hizo sus propias escenas bailando «pole dance», una hazaña que le dejó las piernas «todas moreteadas». La actriz había practicado este tipo de acrobacias cuando era veinteañera, pero con dos hijos y 10 años después sentía que comenzaba de cero.
Juanita Arias había tenido escenas musicales antes, pero no al nivel que exigía su interpretación de Juana Matilde, quien tiene 11 canciones en la serie.
«Fue prepararme como una cantante se prepara. Yo realmente no canto espectacular como canta Juana Matilde, pero sí me metí a mis clases de canto», dijo desde Madrid la actriz, para quien además de la técnica vocal era importante lograr imprimir sentimiento en su interpretación y dejar de lado la pena al cantar ante un público.
En el caso de Engberg, no le costó tanto trabajo adentrarse al mundo de Juana Bautista, pues era algo que ya conocía gracias a su madre.
Notni dijo que al tratar de interpretar a una periodista sin caer en clisés se incrementó su admiración y respeto por este oficio.
En la serie, Juana Valentina asume el liderazgo entre sus hermanas para buscar a su padre, mientras que Manny se vale de otros medios para llegar a él cuando se da cuenta de que está más cerca de lo que se imagina. La realidad que enfrentan tiene peligros, como feminicidios y violencia sexual, pero ninguna de las Juanas se detiene.