¿Dos procesos que luchan entre sí?

En realidad, lo que nos interesa es vivir más y bien. La esperanza de vida está determinada principalmente por el proceso de envejecimiento, así como por los factores que lo afectan. El envejecimiento es un proceso destructivo, al que se opone el mecanismo evolutivo de protección del cuerpo contra daños. Ambos procesos se manifiestan a lo largo de la vida de una persona desde la concepción. La relación entre ellos y el progreso de cada uno de esos procesos, divide todo el desarrollo individual en tres períodos: progresivo, estable y desadaptativo. La vejez es el período final del último.

Algunos han divido por razones de estudio el envejecimiento en:  envejecimiento natural, el envejecimiento prematuro o acelerado (progeria) y el envejecimiento retardado (retrasado), típico de los centenarios. Los cambios regulares en el cuerpo relacionados con la edad, que conducen al envejecimiento, se denominan homeoresis. Se caracterizan por heterocronía, es decir, una diferencia en el tiempo de inicio del envejecimiento de órganos y tejidos individuales, así como heterotopía, es decir, una tasa diferente de envejecimiento en diferentes partes del mismo órgano.

 

Entonces. Por qué se produce el envejecimiento

No se conocen a ciencia cierta todos los mecanismos del envejecimiento. Entonces lo que tenemos es teorías del envejecimiento. Existen más de 100 e hipótesis sobre sus causas y mecanismos. Estas se suelen dividir en dos grandes grupos: el primero que parten de que es un proceso genéticamente programado. El segundo grupo, de que es el resultado de procesos aleatorios que destruyen el cuerpo.

¿Qué encontramos en la genética?

Muchas teorías. Unas fijan la idea de la base genética del envejecimiento, sugiriendo la existencia de genes juveniles, debido a los cuales se implementa el programa de vida temprana, así como genes de envejecimiento, cuya expresión lo causa. Otras afirman que existe un mecanismo genético en que los mismos genes en las primeras etapas de la vida funcionan favorablemente para el desarrollo, mientras que en las etapas posteriores su función se transforma en desfavorable. Otras teorías de los genes, rechazan la idea de la existencia de genes especializados, argumentan que el envejecimiento es consecuencia de la aparición de trastornos en el genoma.

Recientemente, los genetistas han demostrado que, con el envejecimiento, la parte de la molécula de ADN que está libre de genes disminuye gradualmente; es posible que tal reducción de la molécula de ADN esté de alguna manera directamente relacionada con el envejecimiento del organismo y su muerte.

Las teorías de los trastornos:

Se ha demostrado que en el aparato genómico de las células, bajo la influencia de una amplia variedad de influencias, surgen varios tipos de defectos moleculares, algunos de los cuales no se reparan y conducen a la interrupción de la síntesis de moléculas de proteínas (mutación somática) en eso están de acuerdo todas las teorías de este tipo y a partir de entonces se vuelve acumular teorías: la teoría de la mutación genética, la teoría del daño al aparato genético por los radicales libres, la teoría de la acumulación de errores, la de regulación génica. Muchos ven la principal causa del envejecimiento en el hecho de que el mecanismo de reparación del ADN se altera con la edad.

 

Veamos dos teorías de trastornos importantes:

Según las teorías metabólicas, el envejecimiento es causado por la acción de una determinada sustancia o grupo de sustancias sobre el organismo, o es el resultado del «desgaste» de los tejidos y una consecuencia de una disminución en la intensidad y velocidad de los procesos metabólicos en el cuerpo para reparar.

Hay teorías metabólicas muy simpáticas. Allá por 1908, la teoría de la autointoxicación y la lucha de los tejidos del cuerpo, explicaba el envejecimiento, como resultado del envenenamiento crónico por venenos producidos en el intestino grueso, creando una «lucha tisular». En 1940 se presentó la teoría del envejecimiento primario del tejido conectivo uno de los tejidos que tenemos debido a la pérdida de propiedades originales de los coloides.

Hoy, las teorías metabólicas siguen siendo el foco de atención de los investigadores. Entre ellas: la hipótesis de los hidratos de carbono, en la que se define a la glucosa como un «mediador del envejecimiento»; la teoría de la acumulación de cuerpos pigmentarios, y especialmente la lipofuscina; la teoría del calcio, que explica el envejecimiento por una disminución del trabajo de las bombas de calcio. La teoría del daño de los radicales libres a las macromoléculas, incluido el ADN, presentada en 1957, se está desarrollando ampliamente en la actualidad: la lucha contra los radicales libres se lleva a cabo mediante el sistema de reparación, compuesto por antioxidantes de bajo peso molecular y enzimas antioxidantes; sin embargo, las capacidades de este sistema disminuyen con la edad.

 

Las teorías conformacionales, son también populares en la actualidad. Se han propuesto las teorías de membranas y la teoría del entrecruzamiento de macromoléculas. De acuerdo con las teorías de membrana, la estructura de las membranas de los tejidos, cambia con el envejecimiento, lo que cambia significativamente sus propiedades, incluida la interrupción del transporte de sustancias y, por lo tanto, las funciones de la célula. Se supone que los cambios relacionados con la edad en las membranas celulares se basan en procesos de radicales libres, así como en cambios en la reticulación de macromoléculas es decir sus enlaces, debido a la formación de puentes disulfuro (estos puentes son una forma oxidada de los grupos sulfhidrilo), los enlaces intermoleculares se fortalecen, lo que reduce la funcionalidad de las macromoléculas. Esto, en particular, se ha demostrado en relación con el colágeno y la elastina, que forman la base del tejido conectivo ¡desdichadas arrugas! Recientemente se ha establecido que las proteínas cerebrales de las personas mayores están altamente entrecruzadas.

Las teorías celulares del envejecimiento son otro grupo que en realidad determinan culpables a los principales mecanismos celulares y entonces entran en juego, los cambios moleculares mencionados anteriormente. En el marco de las teorías celulares hay una que se ha vuelto popular: la teoría inmunológica que explicaba el envejecimiento como consecuencia de un estado inmunodeficiente del organismo, una disminución de la vigilancia inmunológica y como resultado de la activación de la producción de autoanticuerpos (teoría autoinmune).

Las teorías organísmicas ven el envejecimiento como una función de todo el organismo. En el marco de esta dirección, las teorías de los «relojes biológicos», las teorías del origen evolutivo del envejecimiento, las teorías que consideran el envejecimiento como resultado del desarrollo, la diferenciación y especialización de tejidos, así como teorías adaptativas-regulatorias.

El último grupo de teorías que parte de los 90 es el más prometedor, ya que integra las ideas existentes sobre la gerontogénesis y conecta los procesos que ocurren a nivel molecular y celular con los mecanismos de adaptación del cuerpo a las condiciones ambientales cambiantes.

En esta última teoría, el envejecimiento es considerado como un proceso de integración de los microdaños que ocurren durante cada acto individual de adaptación en los sistemas de respuesta inmediata y en los sistemas de apoyo. Cuanto mayor sea la intensidad de la respuesta del cuerpo a los factores adaptogénicos o de estrés, mayor será la tasa de aparición de la vejez. Esto se evidencia, en particular, por el hecho de que el estrés prolongado de los procesos de adaptación, conlleva cambios similares a los seniles. Además, desde hace tiempo se sabe que la longevidad, como la brevedad, se caracteriza por una cierta dominancia en algunos en un lugar. Entonces, la longevidad ocurre principalmente en áreas rurales con un clima templado y un estilo de vida favorable. Por el contrario, en países muy cálidos, o en regiones del Norte y el Ártico, donde existen mayores requisitos para las capacidades de adaptación del cuerpo, hay una vida corta, un inicio más temprano de cambios seniles y patología relacionada con la edad. Según algunos, la actividad física intensa, característica del deporte, así como la actividad mental intensa, son factores poderosos en el envejecimiento del organismo. Al mismo tiempo, la actividad física moderada y el endurecimiento moderado, aumentan la capacidad de adaptación del cuerpo y resisten el desarrollo de la patología.

Entonces ¿de qué hablamos?

De este modo, el envejecimiento – se trata de un largo y necesario proceso de adaptación del organismo, que procede de una constante disminución de las capacidades funcionales, pero precisamente por ello, de la conservación del equilibrio y la coherencia en el funcionamiento de moléculas, genes, las células, órganos y sistemas y, en definitiva, de la conservación de la vida.

En la evolución, el envejecimiento se ha desarrollado y consolidado junto con la capacidad de adaptación; procede tanto más intensamente cuanto mayor sea la capacidad de adaptación del organismo. El envejecimiento como proceso fisiológico no puede estar estrictamente determinado por ciertas estructuras genéticas, pero la capacidad de envejecer (así como la capacidad de adaptación) está determinada por la totalidad del material genético. El envejecimiento de un organismo está interrelacionado en todos sus niveles, desde el molecular hasta el organísmico y el ambiental natural y social. Al mismo tiempo, ningún nivel puede llamarse dominante. Cuanto más bajo es el nivel de organización considerado, más antiguo es el mecanismo de envejecimiento desarrollado en este nivel. Últimamente las teorías supraorgánicas del envejecimiento, afirman que la causa principal del envejecimiento son los efectos adversos del medio ambiente, incluida la radiación, cambios bruscos en temperatura, humedad, etc.

Los datos presentados muestran, que la cuestión de los mecanismos del envejecimiento y las causas que lo provocan, en muchos aspectos, sigue sin estar clara. Y en segundo lugar que esos mecanismos son diferentes en los diferentes órganos y tejidos.

Alfonso Mata
Médico y cirujano, con estudios de maestría en salud publica en Harvard University y de Nutrición y metabolismo en Instituto Nacional de la Nutrición “Salvador Zubirán” México. Docente en universidad: Mesoamericana, Rafael Landívar y profesor invitado en México y Costa Rica. Asesoría en Salud y Nutrición en: Guatemala, México, El Salvador, Nicaragua, Honduras, Costa Rica. Investigador asociado en INCAP, Instituto Nacional de la Nutrición Salvador Zubiran y CONRED. Autor de varios artículos y publicaciones relacionadas con el tema de salud y nutrición.
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