Si en algo la medicina ha evolucionado rápidamente es en prolongar la vida y se tiene claridad en que los métodos mejorados de tratamiento médico y quirúrgico, han ayudado a posponer y aliviar muchas enfermedades que se presentan con la edad en búsqueda de una vejez más placentera. Desde mediados del siglo XX, la edad media de sobrevivencia mundial ha aumentado unos 10 años. Hoy en día, la esperanza de vida media de las mujeres es de 84 años y la de los hombres de casi 81. NO vamos a tocar acá, calidad de vida, ese es otro asunto.

Hay una cosa que a raíz de la actual experiencia y avance científico y tecnológico resulta cierta y que toda persona próxima o viviendo su tercera edad debería de tener en cuenta: Los órganos del cuerpo pueden funcionar bien en la vejez, aunque el riesgo de enfermedad aumenta a medida que envejecemos. Hacer ejercicio, comer bien y pasar tiempo con otras personas con regularidad, puede tener un efecto positivo en su salud y en el envejecimiento de los órganos y sus funciones. Las tres son actividades que funcionan juntas, por separado no.

 

El ejercicio: Nunca es tarde para empezar a hacer ejercicio. La actividad física y el entrenamiento muscular continuo y sistemático, pueden dar buenos resultados a lo largo de los meses y más de los años. El entrenamiento no tiene que ser muy intenso o durar largos períodos de tiempo. Caminar 30 minutos varias veces a la semana también da resultados.

Estar al aire libre durante un rato todos los días a la luz del día es bueno. La luz del sol aumenta el contenido de vitamina D en el cuerpo, lo que puede aumentar el bienestar; la vitamina D juega un papel importante en relación con la salud y su carencia o exceso es de riesgo en varias enfermedades, afortunadamente en nuestro medio la luz solar no es una limitante, la limitante es no exponerse de forma debida a ella. El sol también afecta el estado de ánimo. En el 2017, Jeffrey C. Hall, Michael Rosbash y Michael W. Young fueron galardonados con el Premio Nobel de Medicina, por sus descubrimientos sobre los mecanismos moleculares que controlan los ritmos circadianos. A través de su investigación, pudieron explicar cómo las plantas, los animales y los humanos optimizan su fisiología para que esté bien preparada para las diferentes fases del día. La actividad de algunos procesos biológicos presentan oscilaciones a lo largo del día y en ello la luz solar tiene su papel.

Asegúrate de comer bien: Lo primero es lo primero: saber qué es comer bien. La necesidad de energía disminuye a medida que se envejece. Esto se debe a que su metabolismo cae, pero también se ve afectado por la cantidad de movimiento que se hace. Puede ser difícil comer tanto como antes sin aumentar de peso y habiendo disminuido el ejercicio. Segundo: su cuerpo necesita alimentos que contengan varios nutrientes. Si el cuerpo recibe muy poco de cualquier nutriente, puede, por ejemplo, aumentar la susceptibilidad a las infecciones y disminuir la fuerza muscular y soliviantar las hormonas. Es muy importante recordar que todos los nutrientes que el cuerpo necesita, están en los alimentos que se consume. La disminución del apetito, los problemas dentales o las enfermedades pueden dificultar la obtención de suficiente energía o una dieta adecuada. También es importante beber suficientes líquidos, preferiblemente sin azúcar. Las células se vuelven menos sensibles a la insulina, lo que contribuye a un mayor riesgo de contraer diabetes

El contacto social es fundamental: Es de gran valor involucrarse en una actividad donde conoces a otras personas. Si además tienes el privilegio de tener relaciones gratificantes con familiares y amigos, por supuesto que también es positivo.

Vivir solo, sin contacto regular con los demás, aumenta el riesgo de sentirse enfermo mental y sufrir depresión.

Y todo ese esfuerzo para qué

Empecemos nuestra reflexión ubicándonos en la edad: Ya a mediana edad (40-50) se empiezan a notar cambios en el cuerpo, y depende mucho de cómo se ha vivido, cómo se ha formado el cuerpo y a qué ha sido sometido cuerpo y mente a que se le ha acostumbrado cómo se van desarrollando esos cambios. Dependiendo de eso y nuestra salud, el envejecimiento puede ir a distintas velocidades en los distintos órganos. Hay otro dato de importancia: el riesgo de enfermedades que causan discapacidades físicas y mentales aumenta con la edad, pero a menudo los órganos del cuerpo aún pueden funcionar bien incluso en la vejez.

Quiere saber un poco más

La mayoría de las funciones del cuerpo tienen el mismo nivel de funcionamiento hasta los 70 años. Entonces empiezan a cambiar. Quiere ejemplos.

  • Con la edad, los vasos sanguíneos se vuelven más rígidos y la presión arterial a menudo aumenta.
  • El corazón se vuelve menos elástico y la capacidad del corazón para bombear la sangre en el cuerpo disminuye. Se nota cuando te tensas.
  • Disminuye la capacidad de los pulmones para absorber oxígeno del aire.
  • A los riñones les resulta más difícil limpiar el cuerpo de productos de escoria. A la edad de 80 años, la función de los riñones se reduce aproximadamente a la mitad de su capacidad original. Y una cosa importante entonces: los medicamentos que se excretan a través de los riñones permanecen más tiempo en el cuerpo. Por lo tanto, la dosis suele cambiar.
  • La capacidad de la vejiga disminuye y es posible que necesite orinar con más frecuencia.
  • El revestimiento del estómago ya no brinda una protección tan buena contra los contenidos ácidos del estómago.
  • Es común sufrir estreñimiento. Entre otras cosas, esto puede deberse a que: te mueves menos, bebes menos y no comes suficiente fibra dietética.
  • Las articulaciones y los músculos se vuelven más rígidos y la masa muscular disminuye. Al mismo tiempo que disminuye la masa muscular, aumenta la masa grasa. Esto significa que el porcentaje de grasa aumenta en porcentaje con el aumento de la edad.
  • La artritis es muy común en los ancianos. Varias articulaciones pueden verse afectadas. La osteoporosis es más común en mujeres que en hombres.
  • Y algo que preocupa a todos: Con la edad, la piel se vuelve más delgada, menos elástica y más seca. Puede comenzar a tener arrugas. Esto significa que la piel se vuelve más sensible y actúa menos como barrera protectora. Las heridas tardan más en sanar. La circulación sanguínea en la piel también disminuye y la piel se vuelve más sensible al frío y al calor.
  • Y los sentidos: El cristalino del ojo se nubla y la visión se deteriora. Se vuelve más difícil percibir tonos altos y distinguir el habla en un ambiente ruidoso. La capacidad de equilibrio se deteriora.
  • Y la mente: Muchas personas experimentan que la memoria se daña. El sueño se deteriora y puede uno empezar a dormir más superficialmente. Por ejemplo, puede despertarse varias veces durante la noche. Y finalmente La vida sexual se ve afectada. Todos esos cambios necesitan de ajustes mentales que debemos hacer

 

Un consejo a todas y todos: Los cambios nunca son iguales en todos y no significan necesariamente enfermedad no se compare no sirve de nada más que para angustiarse.

Alfonso Mata
Médico y cirujano, con estudios de maestría en salud publica en Harvard University y de Nutrición y metabolismo en Instituto Nacional de la Nutrición “Salvador Zubirán” México. Docente en universidad: Mesoamericana, Rafael Landívar y profesor invitado en México y Costa Rica. Asesoría en Salud y Nutrición en: Guatemala, México, El Salvador, Nicaragua, Honduras, Costa Rica. Investigador asociado en INCAP, Instituto Nacional de la Nutrición Salvador Zubiran y CONRED. Autor de varios artículos y publicaciones relacionadas con el tema de salud y nutrición.
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