El presidente Alejandro Giammattei no mencionó la importancia que tuvieron las remesas para evitar el descalabro económico. Foto La Hora/Presidencia

Ayer se informó de la reunión que tuvo Alejandro Giammattei con el senador republicano Bill Hagerty, quien vino al país para abordar los temas migratorios y según el comunicado del gobierno se mostró complacido al escuchar lo que le informaron sobre cómo se manejó la economía el año pasado, al punto de que la pandemia no provocó un descalabro. La verdad es que el gobierno está presumiendo con sobrero ajeno con eso del “buen manejo económico” porque de no haber sido por las remesas estaríamos en una situación de hambruna incontrolable. Por supuesto que para el senador republicano hubiera sido un balde de agua fría que se le explicara que vivimos de las remesas porque él viene a ver cómo detiene la migración y lo peor que le podría pasar es entender que aquí necesitamos que la migración continúe porque dependemos de lo que produce.

Dice la información oficial que el representante del sureño estado de Tennessee habló de acciones integrales y de largo plazo para detener la migración, lo cual significa, indudablemente, que hay que generar en Guatemala las oportunidades que, al no existir, obligan a la gente a emigrar. El principal factor que genera migración es el económico y es eso lo que hace que la gente emprenda la riesgosa aventura de entrar ilegalmente a Estados Unidos donde, aún con su condición irregular, obtienen trabajos bien pagados prácticamente al día siguiente de haber llegado y empiezan a mandar dinero para sostener a sus familias. La única receta que hay para evitar ese tipo de migración es, entonces, ofrecerle a la gente oportunidad aquí para que, con el mismo esfuerzo y trabajo que realizan allá, puedan mantener a sus familias.

O sea que la solución todos la tenemos a la vista y la entendemos, pero dar un paso en la dirección correcta implicaría un brusco cambio en el manejo de los recursos del Estado y de la Nación. En vez de apropiarse indebidamente del recurso público, mediante la corrupción, tendría que haber inversión seria para promover desarrollo, empezando por educación donde la cooptación de un corrupto sindicato lo hace imposible. Y en vez de que todos los privilegios queden acumulados para un pequeñísimo grupo que financia políticos para que les faciliten preservar e incrementar esos privilegios, debiera de generarse oportunidades para aquellas personas que viven en condiciones de abandono provocadas por un Estado que perdió el norte y el sentido.

Y lo del buen manejo económico, salta a la vista que presumen con sobrero ajeno porque todo se debe a las remesas.

Redacción La Hora

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