Napoleón Barrientos

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Guatemalteco con educación para el análisis de coyuntura, administración, dirección, alta gestión y coordinación de proyectos de seguridad, defensa, logística y manejo de crisis, con experiencias en el liderazgo de grandes unidades militares e interinstitucionales, actualmente consultor independiente y doctorando en ciencias sociales.

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David Barrientos

Si el problema de la migración es de larga data, su solución o es muy decidida o es de muy larga solución, como se ha manifestado es producto de la pobreza en la que viven muchos centroamericanos; paradójicamente en países con múltiples recursos, pero poco o mal aprovechados, en los que se incluyen el recurso humano con cualidades de buenos trabajadores y dispuestos a los desafíos, aspecto que se manifiesta en su disposición de abandonar a los suyos para buscar un mejor futuro. Para los Estados Unidos de América es un tema geopolítico mal atendido por muchos años, que hoy se lo encomiendan a la vicepresidenta Kamala Harris, quien según algunos medios de comunicación ha manifestado que lo tratará como lo hizo el vicepresidente Biden en su momento, comentario que no deja muy buenas expectativas dado que el programa para el Triángulo Norte durante la administración Obama no fue más que parafernalia político diplomática, por lo menos para los centroamericanos, en tal sentido las recientes manifestaciones de esperanza para los centroamericanos generan muy pobre expectativa, pues ya se ha tenido sin resultados concretos.

Si la pobreza en la región está identificada como el principal problema y disparador de la migración, lo que debe buscarse obviamente es, si no acabar con ella, lograr una mejora sustancial y para ello es importante identificar los factores que propician esa condición, que sin duda está sobre diagnosticada por organismos internacionales que las han visto pasar, han convivido con ella, es mas la han propiciado y tolerado, en consecuencia es de capital importancia no seguir con los mismos actores como intermediarios o interlocutores; acabar con la pobreza requiere de acciones muy puntuales y prácticas. La pobreza solo tiene víctimas que atender de manera urgente, no cabe en tal combate la polarización ideológica que seguramente tratará estar de por medio, si así fuera sin duda los recursos para tal efecto no serán bien aprovechados.

Si la pobreza es producto de falta de oportunidades, lo que hay que propiciar es la creación de oportunidades, lo que se traduce en empleo; es mas serían empleados de bajo costo y muy cerca de la hasta ahora robusta economía norteamericana, entonces ¿por qué vestimos con ropa de marca elaborada en China? si la podemos elaborar con nuestras manos, ¿por qué importar de Tailandia si pudiéramos manufacturar nosotros? ¿por qué importar la zeolita de Cuba si la tenemos enterrada en Guatemala? ¿por qué compramos el limón producido en los Estados Unidos Mexicanos, si lo podemos cultivar nosotros? y así podríamos seguir señalando aspectos concretos.

La señora Harris no podrá resolver nuestros problemas, pero si contribuir a valorar nuestros recursos, nuestra cercanía, nuestra voluntad, nuestras potencialidades; eso sí también a terminar con los humanos nacionales y no nacionales depredadores, que exprimen hasta el último céntimo de los recursos de esta empobrecida región con tremenda impunidad, alevosía y ventaja. En la medida que un plan concreto, desideologizado, realista y práctico; en la misma medida será de real importancia para la región, y sin duda bien recibido por los países del llamado Triángulo Norte.

 

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