Marco Tulio Trejo

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Soy periodista, comunicador social y un soñador creador de opinión pública, para hacer conciencia que permita mejorar los problemas sociales, económicos y políticos que nos aquejan y nos mantienen inmersos en una sociedad con pocas oportunidades de vida para las nuevas generaciones. Estoy convencido de la importancia que tiene la prensa, en el fortalecimiento de la democracia, para coadyuvar a la consolidación de un Estado de Derecho con una certeza jurídica y el lema de mi señor padre siempre fue: “la pluma no se vende, ni se alquila”.

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Marco Trejo

Los robos y asaltos la 4ª. avenida entre 2ª. y 8ª. calles, zona 1 son el pan nuestro de cada día en el centro histórico, sin que la Policía Nacional Civil (PNC), tenga un contingente para evitar que un grupo de personas, muchos de ellos extranjeros, que vienen a causar zozobra y temor entre las personas que circulan por este sector, donde lo han convertido en un área de operaciones delincuenciales.

Muchas personas han subido videos o comentarios a las redes sociales para denunciar los atracos que perpetran este grupo de jóvenes, quienes en pandilla acosan e intimidan a los pilotos de vehículos que tienen que detener la marcha al marcarles el alto el semáforo de cada esquina.

Los supuestos maleantes se acercan a los vehículos y empiezan a golpear el techo o vidrios para lograr su cometido, mientras que otros levantan las manijas de las puertas para lograr abrirlas y pedir a gritos las pertenencias de los pilotos de vehículos, mucho mejor si son mujeres, quienes entregan inmediatamente sus bolsas o aparatos telefónicos.

Unas personas mencionan que estos sujetos no son combatidos por las fuerzas de seguridad, porque cumplen una función específica en favor de políticos y otros aseguran que por ser supuestos indigentes y personas que viven en la calle, la Policía Nacional Civil no puede capturarlos porque son defendidos por asociaciones que velan por los Derechos Humanos.

Lo que sí es cierto, es que estas personas cometen unos diez robos diariamente y han causado temor entre la población, quienes evitan pasar por estas calles y avenidas donde operan los individuos que han convertido los jardines de la Plaza de la Constitución en su casa, donde podemos ver que hay hasta colchones que utilizan para pasar las noches.

Estos robos se hicieron virales después de que el diputado Aldo Dávila, fue amenazado por estos sujetos, pero uno de sus guardaespaldas accionó su arma de fuego para evitar la agresión e hirió a uno de los asaltantes, quien quedó tirado en la vía pública.

Estos hechos se producen desde hace dos años y ninguna autoridad, ni policial mucho menos municipal, han actuado para evitar el accionar de estos personajes que tienen atemorizado a muchos trabajadores y transeúntes que laboran o tienen que pasar por estas calles para realizar sus diligencias cotidianas.

Es importante que el Ministerio de Gobernación (Mingob), actúe para desmantelar la banda delincuencial, la cual está integrada por unos diez hombres, quienes tras cometer los atracos se refugian en el sector, donde supuestamente guardan, el botín recolectado, para luego repartírselo.

No es posible que nuestras fuerzas de seguridad, no se interesen por mantener el control de las calles, sobre todo que en las inmediaciones del sector funcionan entidades de gobierno y varias empresas que se ven afectadas por dicho accionar delincuencial.

O será que existe un interés para que estos delincuentes sigan operando con total impunidad y que sirvan para intereses aviesos, de más de algún político, que los protege para que actúen en el momento que les requieran de su trabajo, tal como sucedió en la manifestación del 23 de noviembre pasado, cuando fue quemado un autobús del servicio colectivo de pasajeros.

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