Oscar Clemente Marroquín

ocmarroq@lahora.gt

28 de diciembre de 1949. Licenciado en Ciencias Jurídicas y Sociales, Periodista y columnista de opinión con más de cincuenta años de ejercicio habiéndome iniciado en La Hora Dominical. Enemigo por herencia de toda forma de dictadura y ahora comprometido para luchar contra la dictadura de la corrupción que empobrece y lastima a los guatemaltecos más necesitados, con el deseo de heredar un país distinto a mis 15 nietos.

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Ayer el sistema de información National Public Radio de los Estados Unidos difundió una entrevista con el asesor presidencial Juan González para abordar el tema de la migración que constituye uno de los problemas más serios que ha tenido que encarar la nueva administración, porque alguna gente cree que ha aumentado el flujo de migrantes como consecuencia del cambio de gobierno, pasando por alto que aún con la pandemia a tope el fenómeno no se pudo detener y que el mismo muro nunca llegó a impedir que la gente entrara a Estados Unidos, no digamos que siguiera saliendo de sus países con el sueño de resolver sus problemas convirtiéndose en uno de los millones que, tras haber entrado ilegalmente, tienen la satisfacción de ver cómo con su trabajo pueden ofrecer a sus familias lo que aquí era imposible.

Juan González tiene conocimiento del tema y sabe que a lo largo de los últimos 5 años más de 100,000 niños han sido detenidos en la frontera y durante el gobierno de Trump fueron tratados como criminales, separados de sus familias y algunos hasta llegaron a morir cuando estaban bajo la “custodia” del personal de aduanas y migración. El problema no empezó el 20 de enero con la nueva administración, sino que se le ha puesto más atención porque los republicanos, con astucia, elevan el tono del problema migratorio porque recuerdan que fue ese el que le terminó de dar el triunfo a su partido con Trump, quien, tras haber generado la mayor radicalización racista desde la lucha por los derechos civiles en los años sesenta, ahora cuenta con los supremacistas blanco como columna vertebral de su fuerza política y por lo tanto el ingreso de “gente café” puede ser políticamente explotado.

En la entrevista con NPR, José González dijo que el problema migratorio es complejo, pero que no se puede pasar por alto que en estos países existe una élite depredadora que tiene su cuota de responsabilidad porque al acumularse privilegios y beneficios gracias a su influencia en el poder, han generado esas enormes barreras sociales que impiden que el que nace pobre tenga siquiera esperanza, no digamos oportunidades, de mejorar su condición de vida y poder ayudar a sus familias. Mientras existan esas condiciones, producto del acaparamiento de todos los beneficios, privilegios y ventajas para los que conforman esas élites depredadoras que hay en la región, será imposible evitar la migración y basta ver cuántos de nuestros compatriotas se fueron en los últimos cuatro años, cuando se suponía que el muro no los dejaría pasar y se les trató inhumanamente en la frontera para entender que no hay forma, ni siquiera la brutalidad usada con los niños, que sirva para detener la migración.

Entender que a lo largo y ancho del mundo la gente emigra en busca de mejores oportunidades es básico para tratar de comprender lo que ocurre ahora. La migración es consecuencia del hambre y la necesidad, lo que es ciertamente explotado por los “Coyotes”, pero hay que asumir que la razón principal es la necesidad ingente de subsistir y ante eso no hay ni muro ni nada que valga.

Y si la élite depredadora es, además, la que financia a los políticos para así hacer mayor la depredación, pues el resultado está a la vista.

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