Edith González

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Nací a mediados del siglo XX en la capital, me gradué de maestra y licenciada en educación. He trabajado en la docencia y como promotora cultural, por influencia de mi esposo me gradué de periodista. Escribo desde los años ¨90 temas de la vida diaria. Tengo 2 hijos, me gusta conocer, el pepián, la marimba, y las tradiciones de mi país.

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Edith González

En 2004 llegaron a Guatemala los esposos Elena y Adrián Boboc, entrenadores de gimnasia, rumanos que crecieron bajo  normas del comunismo  y principios de la iglesia  ortodoxa, que reconoce solo el poder de su propia autoridad jerárquica. Quizás por ello son personas groseras, intransigentes y se abrogan derecho de sobre entrenar hasta lesionar, amedrentar y hacer bulling ridiculizando e insultando a las alumnas.

Obtienen plaza en la Federación Nacional de Gimnasia y en 2011, bajo su tutela, Guatemala obtuvo triunfo en Gimnasia en los Juegos Panamericanos y dos años después en 2013 en los  Juegos Centroamericanos con Sofía Gómez. Han pasado 7 años y no han logrado otro éxito, pese a que esos triunfos alentaron a muchas niñas a practicar la gimnasia

Los Boboc han cobrado mes a mes 65 mil quetzales, sin que se pueda ver el resultado de la inversión del Estado. En este momento, entrenan a sólo 4 gimnastas. Una de 17 y 3 niñas entre 11 y 12 años. ¿Y dónde están las de 16, 15, 14, 13 años? Para septiembre de este año aún habían niñas de esas edades, pero se fueron, por malos tratos, desmotivación y lesiones. Para la siguiente olimpiada después de Japón, no hay generación de gimnastas.

Docenas de talentos han sido desperdiciados, por los señores Boboc a quienes hasta los entrenadores guatemaltecos les temen. La metodología de gritos y mal trato, creada tras la cortina de hierro, en el periodo comunista y su falta de actualización les hace mantener un ambiente de terror en el gimnasio.

Viendo Atleta A en Netflix, pensé en los sueños rotos de estas niñas que aspiraron a ser gimnastas y hoy sufren de lesiones en la columna y piernas con el autoestima destrozado, arrastrando la dignidad y cargando un gran daño psicológico, porque fueron forzadas más allá de lo posible.

El presidente de la Federación Nacional de Gimnasia ha cedido por más de 20 años su responsabilidad de dirigir la organización a su esposa. Quien contrata y decide el futuro de las niñas y entrenadores. El proceso de selección, no toma en cuenta un ranking, el sistema más justo y universalmente aceptado en los lugares donde se tiene éxito en el deporte.

Es momento ya que los señores Boboc renuncien y se retiren, ya causaron mucho daño. Y una medalla de oro Centro y Panamericana en 16 años a más de 10 millones de quetzales, ha sido muy caro para un país con tanta necesidad y que cuenta con buenos y capaces entrenadores a los que no se les ha dado oportunidades.

Hay cientos de entrenadores más exitosos, con técnicas nuevas y especializados en el mundo, que podrían reemplazar a los nefastos Boboc. Por lo que si ellos no toman La decisión la Federación debe retirarlos por el bien de la gimnasia y de las niñas.

Si estos cambios no se dan pronto, no tenemos futuro en las siguientes décadas, todo el proceso será un mal recuerdo, habrán muchas niñas frustradas, fracturadas, ojala y no lisiadas de por vida, eso sí los Boboc tendrán dinero y nosotros a cambio solo los sueños vendidos de otra atleta olímpica. ¡Hay que actuar ya !

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