Flaminio Bonilla

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Flaminio Bonilla Valdizón
flamabonilla@gmail.com

En el 22 de septiembre de 1992, en mi vieja columna de este vespertino dije: “Perfil psico-social de un político criollo” era y es, una Fábula y Crónica real, ahora 28 años después es casi lo mismo con los políticos corruptos. Digo esto que la Política es el estudio del gobierno de los hombres y una disciplina basada en la observancia, la discusión y la delimitación de valores. La política es una ciencia y es un arte. Una ciencia que desconocen la mayoría de los hombres dedicados a ella y un arte que ha sido pisoteado y mancillado por oportunista y mediocres, por traidores y serviles, por hombres irracionales que se han guiado solo por el instinto del poder y del dinero fácil, por aquellos que no tienen interés en servir a sus Pueblos, sino únicamente en el disfrute del dominio y de la fuerza.

Desde siempre habido políticos, insurgentes rebeldes y filósofos políticos que han sido brillantes e ingeniosos, creativos e intuitivos, forjadores de la historia. Entre los orientales tuvimos a Confucio, a Mencio, a LaoTse dentro de los antiguos; a ChiangkaiChek y al Dr. Sun yatSen entre los modernos. A los griegos Platón, Aristóteles y Sócrates. En la Edad Media a Sto. Tomás de Aquino. En el Renacimiento a Maquiavelo, Bodin y Rousseau. Luego vinieron Hobbes, Bacon, Baruch de Espinoza. Más adelante Locke, Montesquieu, Jeremías Bentham, John Stuart Mill. Luego Hegel, Marx, Lenin, Trotsky, Mussolini, Hitler, Churchill, De Gaulle, Zhou Enlai, Jrushchov, Alcide de Gasperi, Nehru, Ramón Magsaysay, Golda Meir, Ben Gurión, Willy Brandt, Ángela Merkel algunos de siglo XX y otros de siglo XXI etc. En América y entre otros, Haya de la Torre, Juan José Arévalo Bermejo, Jacobo Árbenz Guzmán, Salvador Allende, Juan Domingo Perón, José Mujica; los Comandantes guerrilleros y leyendas realidades como Fidel Castro, Ché Guevara, Luis Turcios Lima, César Montes, Augusto César Sandino, y otros más. Muchos de todos estos aplaudidos y venerados, otros maldecidos y odiados. Algunos fueron figuras heroicas y ejemplares; otros discutibles y hostiles a la democracia. Pero en todos o casi todos se dieron rasgos de grandeza y hasta de genialidad.

Este desfile de políticos y filósofos de la política estaría con los pelos parados y con deseos de volver a morir, si hoy día tuvieran la desgracia de figurar y engrosar las interminables listas de nuestros políticos criollos. Es lamentable, pero de años para acá, hemos sido gobernados, manipulados y sojuzgados por el poder de las cachuchas y de las botas en un pasado cercano y hoy por la falsedad, la hipocresía y la argucia de fariseos y cínicos que no han sabido hacer las cosas adecuadas. Un maestro de Economía de una Universidad de Estados Unidos, afirma: «Los Administradores tienen como objetivo hacer las cosas de la forma adecuada; los dirigentes políticos tienen como objetivo hacer las cosas adecuadas» Pero, ¿qué han hecho nuestro dirigentes de los últimos treinta y cinco años? Un líder debe realizar cosas adecuadas y accionar honestamente, un líder debe tener una visión correcta de las necesidades históricas de su comunidad y un olfato sensible y agudo a las necesidades de hoy y las del futuro. Los líderes políticos deben ser sencillos, honestos, honrados, disciplinados, trabajadores, preparados y habilitados en la conducción de la cosa pública.

A manera de esbozo, veamos cual es la ficha o perfil psicosocial y político de los que se llaman y sienten líderes de la política en nuestras latitudes:

CONDICIÓN SINE QUA NON: Un fariseo y un gran cínico.

REQUISITOS: Inmorales, insensibles, sarcásticos, desvergonzados; calculadores, hipócritas, rastreros y aduladores.

SUS AMBICIONES: Gobernar una Nación para hacerse ricos y famosos. Son más amantes de la popularidad que de la gloria.

SUS METAS: Aprovechar cualquier circunstancia histórica, social o política para obtener un provecho económicofinanciero; buscar las lentejas y el placer de una popularidad efímera.

SUS OBJETIVOS: Entronizarse en el poder de la conducción nacional de sus países y seguir alcanzando metas de deshonestidad, podredumbre, derroche y dinero mal habido.

SUS TÁCTICAS: Aparentar posiciones de prestigio y honestidad, actitudes de paladines de la justicia y la decencia; dar fachada de sensibles, socialista, justicialista y cristianos; defensores del pobre y del indígena; sensitivos con el hambre de los niños; solidarios con las luchas del obrero y del campesino.

SUS MAÑAS: Amigos de los acuerdos coyunturales que les ayudan a conservar poder y posiciones; artífices de componendas, mil tretas y marrullerías; jactanciosos de su seudohabilidad política; compadres de la argucia y de los consensos a base de monedas. Por ello, son falsos y mojigatos como Tartufo y su moral. Actúan en desacuerdo con los principios éticos para cometer actos inmorales, siempre y cuando consigan algún beneficio financiero para si o para su séquito de aduladores y lambiscones.

SUS GUSTOS: Lujosas mansiones, costosos autos deportivos, yates, viajes a costillas del erario, deportes de príncipes y reyes. Rodearse de tagarotes y lacayos.

LECTURA FAVORITA: Casi ninguna porque son escasos los que leen. Uno que otro prefiere leer la tira cómica, notas rojas y páginas deportivas.

LECTURA QUE ODIAN: «El Hombre Mediocre» de José Ingenieros.

CANCIÓN PREFERIDA: «El Celular» de los Tigres del Norte. Se siente realizados con un teléfono inalámbrico de largo alcance porque así emulan a los “orejas”.

COMIDA PREDILECTA: Todas aquellas en donde sean invitados y de gorrones.

PELÍCULA PREFERIDA: «Político pero honrado»

PASATIEMPO: Sentirse político.

FICCIÓN: Creerse populares y queridos por sus pueblos.

PERSONAJES: Tartufo, Sancho, Gil Blas, Guzmán de Alfarache.

SUS ASPIRACIONES: Escasísimas.

SUS CUALIDADES: Ninguna.

Los ejemplos son abundantísimos y se dan a diario en todas las latitudes de nuestra América y Guatemala. No tenemos ni paciencia para soportar a esta camada de nuevos ricos con Alejandro Giammattei, con un estado fallido, un fracaso social, político y económico, un gobierno ineficaz y débil, culpables de esas crisis de nuestros pueblos. Porque la recriminar no se la podemos endilgar únicamente a los poseedores del gran capital los Cacifes y la oligarquía y el mercantilismo empresarial, ni solo a los militares protectores y comparsas del pasado y ahora. La mayor culpa la tienen los políticos compadres del saqueo, la corrupción y la expoliación de nuestros países. Aquellos que empuercan las instituciones democráticas, que debieran ser siempre la más valiosa conquista del hombre social.

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