Empecemos por una pregunta directa y sencilla: ¿Cree usted que los diputados van a aprobar una ley que impida la corrupción y obligue a la transparencia? La respuesta es obvia porque todos sabemos de qué lado está el Congreso en la lucha contra la corrupción y la impunidad, así como el papel que juega en impedir que podamos tener un sistema de justicia independiente del control de las mafias. Podemos continuar con otra pregunta: ¿Cree usted que, como dijo Sinibaldi y lo confirman los Q122 millones de Benito y Morales, las empresas constructoras son parte del problema de la corrupción o cree que son las víctimas?
Estamos ahora frente a la aceleradísima aprobación de una Ley de Infraestructura Vial que presentan como panacea para acabar la corrupción, como si la misma se pudiera eliminar por decreto mientras subsisten procedimientos y prácticas que la alientan y la postura de hablar de combate a la corrupción mientras se rellenan las maletas a donde van a parar muchas de las mordidas. Entre los promotores de la Ley hay muchos de los que se oponen a la elección de Cortes transparentes e independientes y apoyan que el Congreso elija a los magistrados de Gustavo Alejos, es decir, quienes han criticado a la CC por haber detenido ese proceso de postulaciones embarrado hasta el pescuezo.
Un viejo proverbio dice que hecha la ley, hecha la trampa y eso lo hemos visto en Guatemala hasta el cansancio. Mientras los que se encarguen de aplicar la ley sean los mismos pícaros que apañan a todos los diputados y exmagistrados que son acusados con pelos y señales por la única fiscalía que sigue comprometida en la lucha contra la corrupción, seguramente que aún copiando leyes de países transparentes aquí no servirían de nada porque los jueces encontrarán la forma, como lo hace la Corte Suprema de Justicia, de evitar que los pícaros vayan siquiera a juicio.
Si usted le tiene confianza a sus diputados y cree que van a aprobar una ley que detenga el saqueo que se hace desde el Ministerio de Comunicaciones apláudalos y apóyelos pero recuérdeles que sin Cortes independientes y, sobre todo, DECENTES, de nada servirá ninguna ley y que su principal obligación es elegir magistrados que no hayan pactado con Alejos.
Ya vimos cómo opera la alianza oficialista y tras qué va. El presupuesto y el nuevo plan que le regalaron al gobierno están amarrados a esa elección, como lo está la Ley de Infraestructura Vial. Saque usted sus conclusiones.
